Un receso, por favor

Antes de comenzar el pleno de octubre del Ayuntamiento de Ciudad Real, los portavoces de los diferentes grupos políticos que lo integran – PP, PSOE, Ganemos Ciudad Real y Ciudadanos- acordaban que, «en vista de que últimamente las sesiones se alargan demasiado en el tiempo, y para que todo el mundo pueda descansar un poco o salir a beber agua», hacer un receso de diez minutos transcurridas dos horas de pleno. Se haría en el momento en el que finalizara un punto del orden del día, «para no interrumpir ningún debate».
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Y así fue, después de rechazar la moción de Ciudadanos sobre la bajada del IBI, la presidenta de la Corporación anunció que se procedería a efectuar un receso de 10 minutos, tal como habían pactado los portavoces al inicio del pleno.pleno-recesos

Pero la sesión se alargó más de la cuenta, y transcurridas otras dos horas -más o menos- y después de votar la moción de Ganemos sobre violencia machista, el concejal de Ciudadanos Pedro Fernández solicitó a la alcaldesa que se realizara un nuevo receso. Pilar Zamora respondía que no habían pasado las dos horas y que sólo quedaba una moción por debatir, rechazando así la petición de Fernández. «Se le está haciendo muy largo al portavoz de Ciudadanos», bromeaba la alcaldesa.

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8 COMENTARIOS

      • ¿Qué has hecho, revisar todos mis comentarios a ver de donde podías sacar algo para atacarme? Jajajajja, inténtalo con algo mejor, he aguantado por aquí mierda de trolls mayor que la tuya, venga, tu puedes hacerlo mejor! Confío en ti!

        • ke va, solo e necesitao un renglón tullo. tranki, padre jo, le animo a seguir corrigiendo esta ciudad a base de click.

  1. jajajajaj mira mi pedro, que ya es hombrecillo enchaquetaó
    ay hermoso que bien te ha sentado la primera comunión,
    ahora que queréis recreo ?
    la carrera política es vocacional, no confudirse !

  2. Desconozco el contenido de la propuesta de bajada del IBI defendida por Ciudadanos —partido que, como cualesquiera de los otros, no es santo de mi devoción—, pero por principio estoy de acuerdo con cualquier medida encaminada a contrarrestar la carga de este impuesto a los particulares, que a cambio de ningún servicio se ven obligados a pagar anualmente un canon por el legítimo uso y disfrute de sus viviendas.

    El origen de este tributo ha de rastrearse en una institución asociada al régimen feudal, la infurción, que consistía en pagar al señor de cada lugar un diezmo, en dinero o en especie, por el solar de las casas, pues quedaba sobreentendido su dominio absoluto sobre el suelo y las almas que lo habitaban.

    Sería, en verdad, un acto de justicia para los contribuyentes suprimir este residuo medieval de la política fiscal, y ante la merma de liquidez que supondría para las arcas públicas una decisión de tal magnitud, propongo anticipar otras disposiciones complementarias, como empezar a gravar ese mismo concepto a empresas que aún siguen exentas de abonar un solo céntimo por su extenso patrimonio inmobiliario, como es el caso de la Iglesia Católica.

      • En ningún momento he afirmado o pretendido insinuar que eso sea una solución, sino un acto de equidad tanto más necesario cuanto que resulta impracticable dado el calamitoso estado de las conciencias en nuestro país, donde todavía existe no sé si una mayoría, aunque sí una masa inercial que se alarma siempre que se cuestionan los privilegios mal fundados de la clerigalla.

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