Ahora que Rafael Sánchez Ferlosio, publica un resumen de sus textos gramaticales, bajo la forma de ‘Altos estudios eclesiásticos’, hay otros clérigos encubiertos que también formulan unos repentinos ‘Estudios gramaticales’ de matriz política.
Demostrando que hay una Gramática Civil, otra Gramática Política, otra Gramática Eclesiástica y, una más, Gramática Militar.
Inventando de nuevo, no los ‘Tres Estados’ previos a la Revolución Francesa, sino los ‘Cuatro Estados’ del mundo posmoderno.
Y olvidando, otras tantas veces, la tan traída y llevada ‘Gramática Parda’.
Que ya se sabe que es una simplificación popular de los ‘Altos estudios eclesiásticos’.
Como Cesar Luena, Secretario de Organización del PSOE, cuyo apellido deja cierta proximidad a la madre Lengua.
Luena como Lengua. O tal vez como Luna. Y los lunáticos
En esa premonición aproximativa, Luena ha identificado a Podemos como el Complemento Indirecto, “porque favorece la división de la izquierda”.
De igual forma que ha visto a la otra competencia gramatical de Ciudadanos, como el Complemento Directo, “porque van directamente a votar al Partido Popular”.
En esta teoría riojana, Luena lo es, de la Lengua, Luena ha olvidado lo mejor de su propuesta gramatical.
Ha olvidado la frase, en primer lugar, en la que los complementos son desempeñados por los partidos emergentes.
Y ha olvidado, en segundo lugar, la asunción de los papeles predominantes. Esto es ha olvidado señalar al Sujeto y al Predicado.
¿PSOE Sujeto? Y ¿PP Predicado? O ¿es al revés?
Hay quien sostiene que el Partido Popular es el Sujeto. Porque sujeta y ata.
Mientras que el PSOE es el Predicado, porque vende movilidad y movimiento.
Aunque eso no sea siempre así.
Y no es que el PSOE sea, consecuentemente, el Predicado del Sujeto PP, en una frase ininteligible y no pronunciada.
Un Sujeto no tiene su opuesto en el Predicado, sino en el Objeto.
Los que formulan la Propiedad Inversa de esta declaración gramatical o de este vértigo político-gramatical, advierten la metáfora del bipartidismo bajo la forma histórica de que ‘Tanto Monta, Monta Tanto’ el Sujeto como el Predicado.
Aunque lo peor no sea la transitividad de la cabalgada grabadina, sino no saber dónde está el Sintagma Nominal. Que no es, propiamente, un caballo.
El otro problema, olvida Luena, es que el Complemento Directo, no sólo delimita y concreta al Verbo, sino que en las formas pasivas, adopta el papel del Sujeto.
Invirtiendo todo su razonamiento, en un solo cambio de tiempo verbal.
Y, olvidando Luena igualmente, que el Complemento Indirecto recibe la acción una vez que ha pasado por el Complemento Directo.
Así cualquiera se equivoca.
José Rivero
Divagario
El PSOE es un cuantificador de otro adverbio: «bastante lejos» de lo que queremos los españoles.
El PP funciona como predicado dirigido hacia un sujeto y junto a una cópula verbal: «están divinamente» detrás de un plasma…y también bastante lejos de la realidad.
Pues yo creo que toda la acción parte del SUJETO, y es el tipo de sujeto al que debe conocer el elector.
Mis suegros se montaron en un taxi el otro día, y coincidió que el taxista fue el mismo que llevó de vuelta al fulano Sánchez a un debate-entrevista en Televisión.
Cuando el taxista hizo la carrera y le giró 50 euros, que Pedro Sánchez se negó a pagar, pese a haber convenido, como es costumbre, que el taxi lo pagaba la cadena de TV.
Un personaje público debe ser muy idiota y prepotente para irse sin pagar de un taxi, y muy poco elegante.
El taxista, lo está comentando a todos sus clientes, como yo también haría si estuviera en su lugar.
Sospecho, que nuestros cuatro candidatos más famosos, no harían cosa distinta.
ES EL SUJETO EL QUE PREOCUPA, ni la acción verbal, ni los complementos.
Me parece que vuestra gramática está un poco desfasada. Los avances de la lingüística han desfigurado y complicado bastante aquello que estudiabais antaño.
En primer lugar, ahora se estudian las gramáticas de lenguas posibles e imposibles y se exige que puedan formalizarse, esto es, que puedan reducirse a programación informática. No se analizan solo las funciones sintácticas, sino las informativas (tema, rema, tópico, foco) y las semánticas (agente, paciente, instrumento, destinatario, lugar, tiempo) y el predicado, que puede ser principal y secundario, lo puede formar cualquier palabra, no solo el verbo. El sujeto es solo un complemento argumental más del verbo.
El predicado del verbo está constituido por dos tipos de complementos, los argumentales o argumentos, también llamados valencias, que son los desarrollos formales que exige el significado del verbo (directo, indirecto, de régimen directo, de régimen indirecto, agente, atributo), y los adjuntos o periféricos, que son complementos que no exige el significado del mismo (circunstancial y predicativo).
Los verbos del español tienen entre 0 y 5 valencias. Cero valencias tiene, por ejemplo «llueve»: no tiene necesidad de ningún complemento, ni siquiera de sujeto. Dos valencias tiene «muere», porque requiere de sujeto, de alguien que muera. Dos tiene «rompe», porque necesita un sujeto que rompa y un complemento directo que sea roto. Tres tiene «enseña», porque necesita un sujeto que enseñe, un complemento directo que sea enseñado y uno indirecto que sea aquel al que se enseña. Más raros son los de cuarto y cinco valencias. El que más tiene es español el verbo «rentar»: necesita de sujeto, de complemento directo, de indirecto, de tiempo y de modo. Una especie de fórmula de interés compuesto. Es curioso que sea un verbo económico el que más valencias posee.
Y, en cuestión de complementos indirectos, hay que distinguir los argumentales de los no argumentales o dativos, que pueden ser concordados o no.
Como veis, muy lioso todo. Tres mil páginas les ocupa el asunto en la Gramática descriptiva de Bosque y Demonte y en la de la Real Academia que, en el fondo, también ha escrito nuestro manchego Ignacio Bosque.