Ascética de la memoria 

Jesús Millán Muñoz.- 0. ¿El ser humano de nuestro siglo necesita un autocontrol correcto de la memoria? ¿Necesita aprender de forma correcta moral y psicológica los recuerdos, la memoria, la facultad o función de la memoria? ¿Sin un autocontrol de la memoria, de los recuerdos el ser humano no puede crecer ni psicológica, ni moral, ni espiritualmente…? ¿Ni en sus actividades de ocio o profesión o vocación o en su faceta social y cultural…?
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1. ¿Decían los clásicos que sin un control correcto de los recuerdos, de la memoria el ser humano es como una casa sin ventanas, sin puertas, sin chimenea y por tanto, entra en la propia conciencia multitud de estímulos, recuerdos, sentimientos, afectos, deseos del pasado o del presente sin orden, sin medida…? ¿O demasiados temores del futuro, que después se materializarán o no…?

¿En un mundo en el que estamos expuestos a tantas percepciones y estímulos, cómo buscar un equilibrio entre el presente y el pasado, entre lo que tenemos que hacer y pensar hoy, y las mareas del pasado, aunque sean de un pasado muy lejano o cercano…? ¿Cómo olvidar de forma correcta, o como asumir lo realizado, pensado o deseado o sentimientos o actos, que se estructuren de forma correcta en la conciencia, en el ser humano, en el hoy…?

¿Cómo recordar lo esencial y no dejarse adjetivar y manipular por cientos de detalles secundarios…? ¿En la vida normal y rutinaria, siempre de forma correcta psicológica y moral y eficiente en las realidades en las que un ser humano está inserto?

¿Sin un autocontrol correcto de la memoria, la mente o psique humana se convierte en un campo de lucha entre multitud de afectos, recuerdos, sentimientos, ideas, pasiones, emociones, conceptos, ideas, representaciones mentales…? ¿Cómo un enorme mono que diría Buda que está de rama en rama, y nunca descansa, nunca piensa y recuerda de forma correcta y adecuada y eficiente y mesurada…?

¿Sin un mínimo control correcto, a nivel psicológico y moral de la memoria, el ser humano es como un barco sin rumbo está recibiendo constantemente estímulos, internos y externos, no pone un dique, y es como un papel en manos de huracanes y tempestades…?

¿Ocuparse de las cosas y de las ideas es bueno y correcto, pero siempre que sea en una medida, si se llega a la intranquilidad, al continuo sufrimiento por recuerdos, temores, penas, angustias, se está haciendo un uso no correcto de las facultades o funciones o potencias psicomentales, y por tanto, solo se sufre o se sufre sin necesidad, o se sufre en una cuantificación o cualificación mayor de lo correcto…?

¿En la tradición clásica la memoria desordenada, se decía es como una noria que no hace nada más que dar vueltas y vueltas a las cosas? ¿Porque una cosa es penar y repensar una cuestión, y otra es que dicho pensamiento te obsesione, al final, el individuo pierde la libertad interior…? ¿Una cosa es pensar con datos nuevos y conceptos una cuestión antigua, y otra es roer y roer, que al final se roe a uno mismo la misma alma, la misma mente, la misma carne…?

2. La memoria debe ser aconsejada por la esperanza. Siempre racional y mesurada y con sentido común y de forma moral correcta. Dejar a los tiempos que traigan sus tiempos. Dar tiempo al tiempo, según la formulación popular.

Tener una moralidad correcta ayuda de forma esencial. Tener posiblemente un concepto metafísico y religioso y espiritual ayuda a sobrellevar los sufrimientos de la vida, siguiendo a un ministro de cultura, Semprun de Felipe González, en el campo de concentración dónde estaba decía que soportaban mejor dicha realidad aquellos que eran comunistas y aquellos que eran católicos, porque ambos tipos de personas creen que el futuro siempre será mejor que el presente…

Desarrollar ideas y estímulos y sensaciones y recuerdos que amplifiquen la paz, la paz interior. Mirar el pasado y darse cuenta que siempre hemos ido, la humanidad hacia mejor, y por tanto, esperamos con cierta racionalidad que así suceda en el futuro. Incluso, aunque existan noches y turbulencias y huracanes y tormentas y tifones después viene la calma, después viene el día…

A las preocupaciones hay que darle una medida. No se pueden obviar y olvidar las preocupaciones, pero todo haciéndolo con una medida, con racionalidad, examinándolas y dándoles una importancia correcta. No darle importancia es malo y negativo, darle mucha, pues también…

Saber y entender que el ser humano puede perfeccionarse en su profesión y en su oficio y en su vocación, pero también puede y debe perfeccionarse en su moralidad y en su ética, y si cree en realidades metafísicas, también puede poner su grano de arroz y arena para perfeccionarse espiritualmente…

Puede haber formas, que las tradiciones de siglos han desarrollado para una utilización correcta de la memoria, y que están en el saber occidental, que no hay que mirar a otros continentes. Y desde luego, nadie se meta a grupos que prometen la salvación y la paz interior y la liberación interior, porque muchas personas han caído en los dientes y fauces de sectas, en el sentido estricto. A ver, si por solucionar un pequeño problema nos vamos a meter en una jungla o en una cueva de la que sea muy difícil salir.

Ser muy prudentes con todos los caminos de salvación y de perfección, tanto orientales como occidentales, tantos de ayer como de hoy. La prudencia lleva a examinar todas las formas de vida, todas las morales y éticas. Dejar tiempo al tiempo, no tomar una decisión en pocas semanas y meses, mirar si son grupos amplios de personas o son pequeños, mirar la historia, examinar por Internet la información disponible a favor y en contra, consultar con personas que estén fuera de esos grupos, consultar con especialistas y pensar que mejor es ser una persona normal y rutinaria y con algunas imperfecciones y no ingresar en grupos que prometen todo lo bueno, y después quedar atrapados en círculos que es muy difícil de salir…

Ser moderado y mesurado y racional y apoyándose en el saber ortodoxo, es decir, en la ciencia, en todo lo posible, en el pensar, en el desear, en el sentir, en el actuar… porque de otra manera, uno se pierde en la vorágine de uno mismo, en la vorágine del mundo exterior, en el huracán de pasiones y emociones sin medida, o en ideologías de hoy o de ayer, cerradas y semicerradas…

Procura no caer de un extremo a otro. Postura que se produce muchas veces, y a veces, se va de un extremo que no era bueno, a otro extremo, que para salir del primero, tampoco es bueno. Por eso, buscar sistemas de ideas y prácticas que sean buenos y correctos, mesurados, que te dejen pensar y actuar, que no te obliguen a la acción o a tomar una resolución definitiva. No confíes o desconfía de los grandes salvadores y de las grandes salvaciones inmanentes o trascendentes. Examina todo y piensa todo con mesura y prudencia y con datos y conceptos ortodoxos y con la ciencia. Todos los individuos tienen problemas, y todos llevan una cruz cuando no dos o tres, a ver si por quitarnos una cruz, nos creamos otra más grandes… Pensar que hay personas que se aprovechan de personas vulnerables, con problemas, con poca autoestima, con situaciones afectivas o económicas complejas… pensar que hay personas que conocen la vulnerabilidad y debilidad de otras personas, y no tienen ninguna moral correcta, y se aprovechan de la debilidad de otras personas y las manipulan. Que tienen grandes palabras pero hechos bastantes mediocres… Por eso, hay que ser muy prudentes, muy racionales, con mucho sentido común, se esté en una situación o se esté en otra, se tenga un problema o cinco, se lleve una cruz o tres…

3. Quizás es bueno para autocontrolar la memoria, que es una puerta que puede entrar mucho bueno, pero mucho que no es tan bueno, es limitar la entrada de tantas noticias, deseos, informaciones, eventos, actos… Es bueno estar informado, pero con medida, ni mucho, ni poco, y siempre volvemos al tema del término medio de Aristóteles…

No caer en ideas y recuerdos obsesivos, que no te dejan tener libertad para asumir el presente o que te van royendo la mente, que no te dejan descansar…

Tener esperanza en uno mismo, una esperanza racional y mesurada, pero esperanza en uno mismo, es decir, una autoestima correcta, tener esperanzas en la sociedad-humanidad, que de momento, hasta dónde sabemos siempre ha ido mejorando, y tener esperanza si se es creyente, pues en que el Ser Supremo de alguna manera te protegerá o te cuidará…

El uso correcto de la memoria, es como siempre no caer en el error del quietismo, el error de no hacer nada. La vida exige actuación, actos de pensamientos, de búsquedas, de hechos, de sentimientos… pero hacerlo de forma mesurada y correcta, y si es posible con eficiencia, y con eficiencia según el saber ortodoxo, que hoy es la ciencia y con la interpretación correcta de la ciencia. Es mejor equivocarse con la ciencia, que no equivocarse en contra del parecer mesurado y demostrable de la ciencia. Con todos los matices que queramos otorgar a este enunciado o frase o idea.

Tener un tiempo para escuchar el mundo exterior, pero también tener un tiempo diario para en sosiego y silencio escucharse a sí mismo. No hay que ir a Oriente para escucharse y mirarse a sí mismo interiormente…

No se pueden negar los problemas, tanto presentes o del pasado, o los temores del futuro, pero hay que mirarlos en su justo precio y valor. Porque muchos problemas no podrás solucionarlos, otros se irán solucionando poco a poco, otros quizás se agravarán. Pero si pierdes el autocontrol y pierdes la esperanza, sin dejar de hacer lo que tengas que hacer, todo se convertirá en mayor problema. Para eso debes consultar con personas de distintos campos, con profesionales especializados en distintos campos de la actividad humana…

4. Para concluir, no sé estimado lector si habrás tenido el valor y la paciencia de llegar hasta esta frase o párrafo, o te habrás saltado la mitad de ellos, o habrás tirado la toalla en la mitad de dicho artículo, pero desde luego, supongo que la mayoría de hipotéticos lectores jamás habrán oído, la relación de dos conceptos, uno el de ascética y otro el de ascética en relación a la memoria. Pero aunque te parezca difícil de entender y comprender, esto existe en la tradición occidental y existe desde hace muchos siglos, no hay que ir a Oriente, ni siquiera admitir nuevos grupos de salvación y nuevas ideologías, que a saber los fines que buscan, sino que en la tradición ortodoxa occidental, en las ideologías predominantes de Occidente durante siglos, existen estos dos conceptos, ascética y ascética correcta de los recuerdos, de la memoria… espero te sirva para una introducción, un proemio, un prólogo para que usted pueda reflexionar más sobre esta cuestión. Que en definitiva es reflexionar sobre usted mismo… ¡Usted verá, hoy ya tiene algo más qué pensar!

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