De Erasmus por Jaén

Las sesiones de zumba y las alitas de pollo de San Solterín han quedado atrás. Tata y sus amigas emprenden una nueva aventura y ponen rumbo a Jaén. Suben directamente al Castillo y disfrutan de las vistas desde el Cerro de Santa Catalina. A los pies de la cruz que preside el monte se maravillan de la belleza de la Catedral de Jaén. No es para menos, aunque casi se las lleva el viento en pleno éxtasis contemplativo. La jornada termina en un pub «con gente rara» y un huracanado paseo.tata-jaen

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