Puertollano recupera la obra pictórica de Claudio Gómez Virseda

Puertollano rinde homenaje a uno de sus grandes pintores, Claudio Gómez Virseda (1905-1993), y a la vez uno de los grandes desconocidos, en la más completa exposición que se muestra en el Museo Municipal y que ahora da posibilidad de descubrir su amplia trayectoria pictórica. La obra de Gómez Virseda ha reunido a familiares y amigos que han contemplado su trabajo acompañados del concejal de juventud, Víctor Castro, a la que han rememorado recuerdos y vivencias de esta larga familia.
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La concejal de cultura, Ana Muñoz, ha valorado que por fin Puertollano haya podido aglutinar la obra de Virseda gracias a la generosidad de su familia y la colaboración de la Diputación, que ha aportado parte de sus fondos.

Un trabajo pictórico que se ha conservado de “milagro” y que se encontraba repartido entre sus casas del barrio de El Carmen de Puertollano y Madrid y otras tres obras (dos retratos y niños en el mar, copia de Sorolla) de los años veinte y treinta proceden de los fondos de la Diputación Provincial.
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Un centenar de obras de variada temática

La exposición reúne un centenar de obras, desde retratos, a paisajes, estampas cotidianas, bodegones, mujeres de campo cargadas de frutas y verduras, copias de cuadros de grandes maestros, como Francisco de Goya e incluso de estampas de Puertollano, las explotaciones carboníferas del Valle del Ojailén, castilletes mineros, el tren pasando junto a la Ermita de la Virgen de Gracia y un rincón de la Iglesia de la Asunción.

Un pintor en la calle San Sebastián

Un joven pinta una paloma a la luz de la luna, que refleja la libertad pictórica de Gómez Virseda, que nació en el barrio obrero de la calle San Sebastián en plena efervescencia minera, de un pueblo que pasaba a convertirse en ciudad de una manera vertiginosa.
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Sus padres, Venancio y Antonia venidos desde Segovia, se dedican a la ganadería, son trashumantes, vienen anualmente a los pastos del Valle de Alcudia, y acaban por recalar en Puertollano.
De esa unión nacieron doce hijos, entre ellos Claudio, que contrajo matrimonio con María Alguacil, con la que tuvo tres hijos, de los que Antonia es la única que ha sobrevivido.

La obra de Gómez Virseda es amplia, desde la pintura a la escultura, cuyos moldes empezó a hacer con cera de abejas. En 1921, marcha a Madrid donde comparte pensión con Juan de Ávalos, de quien llegará a ser un gran amigo personal. Allí obtendrá una beca que le permitirá formarse en la academia del Círculo de Bellas Artes, en la Escuela Superior de Pintura y en la Escuela de Escultura y Grabado de San Fernando.

Formación como copista en el Prado

En 1924 obtuvo una pensión, no muy alta, de la Diputación para poder estudiar en el Museo del Prado, en el que realizó copias de Goya, Sorolla, de las que algunas pueden verse en esta muestra.

En 1928 hizo una exposición individual en la Casa del Pueblo de Puertollano y 1932 participa en una colectiva junto con los grandes pintores de la provincia, Ángel Andrade, Carlos Vázquez, Antonio López Torres, Alfredo Palmero, Vicente Rubio, Antonio Roldán…

En 1933 hizo oposición a la beca de la Diputación Provincial de Ciudad Real que obtuvo y de cuya obra se conserva “La Gitana”, “Joven” y una copia de Sorolla.
De profesor de dibujo a comerciante

En 1937 ejerció de profesor en el Instituto “Fray Andrés”, entonces en la calle Torrecilla del cual llegó a ser nombrado director del mismo y que ejerció como tal durante los años 1937 y 1938.

Al adherirse durante la guerra civil al ejército republicano, tras la misma, es destituido del ejercicio de su profesión dedicándose al comercio en una sencilla zapatería en la calle “La Tercia”, al lado de la “Posada de la Tercia”. Muere en 1993 en la calle Embajadores de Madrid. Sus restos reposan en el cementerio de Puertollano.

Amante de las cosas sencillas

Fue amante de las cosas sencillas: la familia, el campo, la ciudad tranquila, los pueblos, el mar… que nos lo transmite en bodegones, rincones de su casa puertollanense, objetos de cocina, paisajes, ríos, horizontes, montañas y de manera repetida su monte, su colina, que desde su ventana mira, el monte de Santa Ana.

Virseda, se caracteriza por la utilización en su obra pictórica de colores cálidos, aunque después de la muerte de su hijo José en 1960 y de su mujer en 1961, tiene una etapa donde los oscuros, negros, marrones, rojos… son muy utilizados dando muestra de un estado de ánimo depresivo, grita contra la realidad inexorable de la muerte. Titulo

De bodegones a retratos

Sus temas preferidos son los bodegones, el retrato, figuración humana, y los paisajes. En el retrato utiliza una gran habilidad academicista, en los bodegones se recrea en la paz y el silencio y en los paisajes manifiesta un deseo de libertad abierto al horizonte.

Los soportes en los que desarrolla su obra, de mediano y pequeño formato, son muy variados: madera, saco (de harina), lienzo, cartón, papel… La mayoría de su obra está sin enmarcar, sin bastidores.

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