Más allá de la realidad (VIII): Virgiliana

Jesús Arévalo Lorido y Sonia González Martínez, técnicos del Museo López Villaseñor.- En 1953 Villaseñor vuelve a España después de su experiencia en Italia, en este año es cuando ejecuta la obra que describimos hoy : “Virgiliana” En 1953 en España las corrientes artísticas se centraban en Madrid, agrupadas principalmente en tres direcciones:

  1. Arte oficial para uso del poder: Segura, Mosquera, Morcillo… pintores admirados oficialmente.
  2. Los pintores que intentan ser fieles a si mismos como hombres y como pintores: Caneja, Palencia, Cossio..
  3. Un grupo de formación reciente: El grupo “El Paso”, pintores dentro de la llamada Modernidad: Millares, Feito, Viola…Virgiliana

Ante esta variedad, el arte que Villaseñor trae, de Italia, representa una novedad real, imposible de enmarcar en alguna de estas tres tendencias.

Los críticos de la época, completamente desconcertados ante éste nuevo estilo de Villaseñor, imposible de encasillarlo en ningún “ismo” del momento comentaran… como es el caso de M.A. Campoy que escribiría en A.B.C. “Villaseñor sólo se parece a Villaseñor”

Prueba de todo esto lo podemos contemplar en su obra “Virgiliana” (1953), que hace referencia al estilo lingüístico que Virgilio utiliza en la Eneida. Virgilio utiliza una imagen-composición, por ejemplo cuando habla del ataque de Turno al campamento enemigo, utilizando la imagen del lobo atacando al redil.

Esta obra hace referencia a la humanización del toro del que hace referencia Virgilio en uno de los pasajes de la Eneida. Villaseñor utiliza una imagen-comparación, en este caso relaciona la humanización del toro con el adiestramiento y domesticación.

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