Heterotopía y museo

José RiveroSostenía Michel Foucault que en los siglos XIX y XX se habían sustentado una enorme obsesión por la Historia y por el Tiempo. De aquí que el filósofo francés sostuviera en ‘Los espacios otros’ un concepto sobre tal obsesión, que aplicaba por excelencia en la ciudad contemporánea y que denominaba Heterotopía.
Y así podía afirmarse que “frente al conjunto jerárquicamente organizado que caracterizaba al territorio medieval, hoy en día el espacio en el que vivimos es un espacio heterogéneo. En otras palabras no vivimos en una especie de vacio dentro del cual localizamos a individuos cosas…vivimos dentro de una red de relaciones que delinean lugares que son irreductibles unos a otros y absolutamente imposibles de superponer”.

Y aún, o más allá de ello, Foucault “va más allá de la idea de heterotopía. De hecho pretende fundar una nueva ciencia, cuyo objeto serían esos espacios diferentes, esos otros lugares, esas impugnaciones míticas y reales del espacio en el que vivimos”. Poniendo en cuestión inversa la conceptualización de la vieja Utopía y de la nueva Heterotopía. En una proclamación casi oblicua de que “ahora que no hay utopía, nademos en las heterotopías”. O si hubiere utopía actual, sería todo lo derivado y afortunado de la Instantaneidad y de la Globalización.

Quizás, alterando la idea crítica foucaultiana de espacios alterados, me gustaría señalar el camino inverso de la supuesta heterotopía advertida en la conceptualización de los nuevos Museos. Justamente una institución cultural decimonónica y esencialmente europea, que ha tenido en los finales del siglo anterior, sobresaltos diversos sobre su sentido y sobre su sensibilidad. Incluso sobre su sostenibilidad, ya pública ya privada. Veáse el reciente caso conflictivo del Chillida-Leku, o los no menos conflictivos de las Fundaciones Antonio Saura en Cuenca y José Guerrero en Granada.LOUVRE ABU DABI

Sobresalto del callado mundo cerrado de los Museos que han puesto en cuestión, desde las puertas de una sociedad abierta y globalizada, su cometido y su propio contenido. No olvidemos que históricamente, los Museos eran la casa de las Musas, que no en balde eran las diosas tutelares de la Memoria. Y la Memoria que cobijaban los Museos no parece concordar bien y mucho con la Velocidad del Olvido contemporáneo. O si se quiere, de la Amnesia Programa y funcionalmente existebnte.

Ahora tras la crisis inaugurada por un mundo intercomunicado y teóricamente abierto, emergen los formatos de los llamados Nuevos Museos, concebidos como franquicia de la Casa Matriz, como si de una marca comercial (que de suyo ya lo son) se tratara. Así vemos aparecer filiales del Louvre en Abu Dabi, en la misma ciudad, otra filial más del Guggenheim Museum, o el Museo Pompidou de Málaga.guggenheim_01

Por ello, no debe de extrañarnos, la vuelta de tuerca de los Museos 3.0, o mucho más, bajo los formatos de la ‘Personalidad’ del Titular, que ya es Imagen y casi Sonido. Que ya es Promotor, Patrocinador, Santo y Seña. Como son los recientemente inaugurados Museos que dan fe y cuenta de Héroes Deportivos. Así Funchal, en la isla de Madeira, ha visto la apertura del ‘Museu Cristiano Ronaldo’, también apodado ‘Museu CR7’.De igual forma que en la localidad de Manacor, de la isla de Mallorca, se puesto en marcha el ‘Museo Rafael Nadal’, que prolonga su denominación con la propuesta de un enclave singular o ‘Sport Xperience’.Museu-Cr7-Madeira

En una demostración inversa de las viejas heteropías foucaultianas, y en una demostración igualmente prolongada de la llamada por Guy Debord ‘Sociedad del espectáculo’. Como si no bastara con que los héroes deportivos nos dieran espectáculos sobrados y aplaudidos en canchas y estadios, en televisiones y prensa deportiva, y ahora necesitaran la solemnidad del Museo para incrementar, no su intelecto y hechuras culturales, sino su grandeza encomiástica. Antes una ‘gloria de lo que fuera destacable’, insertaba anuncios publicitarios de seguros o de calzoncillos, o patentaba sábanas y cuchillos. Ahora, para estar al loro, hay que abrir Museos, cuyos contenidos relatan las efímeras glorias deportivas, que quiere prolongarse y hacerse eterna.NADAL

Por eso no es rara la propuesta realizada días pasados por el Concejal capitalino de Promoción Económica, Turismo y Cultura, al advertgir que uno de los proyectos que se habían trazado era el de “musealizar la ciudad, con paneles que indiquen donde estuvo la casa de la Inquisición y otros edificios desaparecidos”.  En otra rara vuelta de tuerca de la heterotopía: Musealizar lo desaparecido.

Periferia sentimental
José Rivero

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