Pregón de la Feria de Mayo de Puertollano: Imágenes de la gitanilla que se convirtió en periodista

La periodista Graci Galán ha inaugurado este viernes la Feria de Mayo de Puertollano con un pregón cargado de nostalgia y salpicado de imágenes de una vida que, como la de todos los puertollaneros, ha estado acompasada por los recuerdos de unas fiestas ligadas a las personas más queridas.
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La periodista del diario Lanza, previamente presentada por el historiador Luis Pizarro, ha mostrado el orgullo de convertirse en la segunda mujer pregonera de la ciudad industrial. Durante su discurso ha plasmado los recuerdos que afloran en estos días, desde la memoria de una infancia vestida de gitanilla hasta las comidas familiares. También ha tenido unas palabras para la vieja feria del Paseo de San Gregorio y la emoción de subir a las atracciones, no sin algún que otro mareo.

El recorrido sentimental de Galán por el ferial de Puertollano le ha llevado también a los míticos conciertos de pop de los años 80 y 90, y al ambientazo noventero de las desaparecidas casetas de feria.

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Galán ha transitado este pasado de la mano de su propia familia, su esposo y sus hijos para concluir rindiendo homenaje a quienes forman parte de la feria y la  hacen posible, las agrupaciones folclóricas, los caseteros, los voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja, la banda municipal o la prensa. «La Feria de Mayo es los hosteleros, los feriantes, los niños, los mayores, todos los que en algún momento llenan el recinto ferial con su alegría, bullicio y alboroto; la Feria de Mayo son los que asisten a este pregón y todos aquellos que, día tras día, se afanan por hacer posible que salga lo mejor posible», ha señalado.

«Disfruten de estos días que luego, cuando tengan que contarlos a los demás, descubrirán que fueron días inolvidables”, ha concluido.

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Por su parte, la alcaldesa de Puertollano, Mayte Fernández, ha animado a todos a disfrutar de la Feria de Mayo, y ha alabado la trayectoria de la periodista, a la que ha puesto como ejemplo de las mujeres luchadoras que han contribuido a romper los techos de cristal en materia de igualdad, así como a engrandecer la imagen de Puertollano con su talento.

Premio al cartel y concierto del Conservatorio

El pregón contó como prólogo la entrega del premio de 400 euros al ganador del certamen del cartel anunciador de la feria, Luis Fernando Arias, y se cerró con el grupo de percusión del Conservatorio Profesional de Música “Pablo Sorozábal”.

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TEXTO ÍNTEGRO DEL PREGÓN DE LA FERIA DE MAYO 2017

Alcaldesa de Puertollano, autoridades, amigos de este auditorio municipal, muy buenas tardes a todos.
Es para mí un inmenso orgullo ser hoy la Pregonera de la Feria de Mayo 2017 (122 años después de su creación, allá por el año 1895). Y, cómo no, volver a recuperar la figura de pregonera –en femenino-.

Indagando en la hemeroteca digital del Diario Lanza (que recoge la historia de la provincia desde el año 1943), he podido conocer que la última pregonera de esta feria fue en el año 2004 –Rosa García Rodero-, antes de esta fecha no tengo constancia de que haya tenido este nombramiento ninguna otra mujer, por lo que he de reconocer que mi emoción, también mi responsabilidad, es doble.
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Porque ser pregonera de la feria de nuestra ciudad no diré que me ha quitado el sueño en las últimas semanas, pero casi. Te enfrentas a un folio en blanco, aunque con muchas cosas en la cabeza, quieres llenarlo de una manera amena, entretenida, con el objetivo de hacernos partícipes a todos los presentes de un discurso que pretende ser un poco de todos; igual que nuestra Feria de Mayo es una cita obligada para todo aquel que sienta correr el agua agria por sus venas. Para ayudarme en esta misión, en los próximos minutos se sucederán imágenes y sonidos de este gran lugar de encuentro para todos nosotros.

Como puertollanense que soy, de nacimiento y residencia (ese bebé de la imagen dicen que soy yo hace algunos años) quiero hoy plasmar aquí todos mis recuerdos que en estos momentos afloran y compartirlos, en este día especial, con todos vosotros. En este preámbulo a la apertura de la Feria de Mayo de este año.

Hasta la fecha yo siempre he estado en el mismo lugar en el que están ustedes ahora mismo. Estar hoy al otro lado han de saber que, primero, no ha sido sencillo de asimilar, y segundo, es algo que incrementa mi orgullo como puertollanera.

Quienes me conocéis sabéis que he vivido la Feria desde varios puntos de vista: el infantil, el de juventud, el profesional asistiendo año tras año a la apertura del ferial, y la más reciente, como madre viendo a mis hijos disfrutar de estos días de feria.

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Os invito que, en los próximos minutos, me acompañéis a viajar en el tiempo y en el espacio, dedicando parte de su atención a mis palabras y otra a las imágenes que se muestran en la pantalla.

Con esta fotografía, quiero comenzar haciendo un recorrido por lo que creo que son las diferentes etapas por las que se pasa en la Feria de Mayo y que, por supuesto, también están vinculadas con el ciclo de mi vida.

Esta peineta, estas flores y pendientes de “gitanilla” (como siempre hemos dicho en mi familia), estas pulseras, castañuelas y collar, son el gran recuerdo de mi infancia y de la Feria, que como pueden ver todavía mi madre guarda con todo el cariño de quien tiene el tesoro de su pequeña.

Aunque la polémica por ir vestidas de sevillanas a la feria siempre ha estado presente, quiero hoy explicar que quienes tenemos a todos nuestros antepasados andaluces, por parte paterna, –mi abuela de Villanueva del Duque y mi abuelo de El Viso de los Pedroches-, era algo normal vestir a los más pequeños con estos vestidos más andaluces que manchegos como una gran tradición para bajar al ferial.

Mi hermana como ven aquí ya siguió la tradición –pero ella no fue la primera. Mi madre también se vestía para bajar a la Feria, es esta foto acompañada de su hermana Alejandra- con una falda y mandilillo, el vestido de la época, según mi madre me ha contado- y por supuesto, yo también la continué … luego os enseño la mía.

Así hemos ido pasando, generación tras generación, esta tradición que todas las mujeres de la familia hemos vivido. Las últimas, mis sobrinas, Elena y Alicia.

Son los atuendos que vestía cuando, ansiosamente esperaba la llega de la Feria de Mayo, para poder ponerme aquellos zapatos de tacón y el vestido con volantes y poder bajar así, totalmente ataviada al recinto ferial… Tanto me encantaba ponerme estos vestidos que, en algunas ocasiones, hubo que sacarlo solo para lucirlo por casa y quitarme así las ganas.

De esos días de feria, allá por 1980, guardo este grato recuerdo, un recuerdo que mis padres quisieron que mantuviera en un futuro a través de esta imagen, que con tanto celo guardo, y que muestra la niña que era con tan solo 5 años. Ni que decir tiene que esta foto me la hizo el fotógrafo puertollanense José Antonio García, quien por aquel entonces elaboraba parte del álbum de recuerdos de mi familia.
En esta primera época de mi vida guardo un recuerdo tras otro ligado a esta Feria, a la Feria de Mayo, porque en mi casa –donde solo trabajaba mi padre y éramos cuatro hermanos-.

Llegaba el 1 de Mayo y era día de salir a comer fuera de casa ¡toda una fiesta para nosotros!, visitando el Restaurante Gredos, ubicado aún en la calle Santa Ana y regentado por Predes, seguro que muchos también lo conocéis. (En la familia había dos fechas destacadas para salir a comer fuera de casa, las únicas, el día 1 de mayo y el día 8 de septiembre), ambas vinculadas también a las citas feriales de esta ciudad.

También quería mostraros esta foto de mis padres y mis tíos en el Paseo en fechas feriales, como una forma de recordar también aquellos años de feria que aunque yo no viví sí he escuchado hablar a mis familiares.

Así, como iba diciendo, el día 1 de mayo teníamos cita para comer fuera de casa, aprovechando además el cumpleaños de mi hermana mayor y la celebración del Día de la Madre, y celebrando además otra forma de vivir estos días de feria, en esta ocasión dentro de la ciudad, pero con un marcado carácter festivo -¡cómo no iba a ser festivo salir a comer fuera de casa cuando el resto de los 363 días no lo podíamos hacer!

Por supuesto que, como niños que éramos, esperábamos con inquietud la llegada de estos días de feria.

Una pregunta ……¿A qué les suena este sonido?

Es el sonido que todos los niños odian porque significa que hay que bajar de las atracciones…..
Ya saben la ilusión de los niños por bajar a la feria… cuantos más días mejor…. y yo no era menos. Acompañada de mi hermano más pequeño, José Manuel, compañeros de juegos en esos años, bajábamos juntos al recinto ferial para disfrutar de las atracciones…los cochecitos, la noria pequeña…. Tampoco muchos pues yo era de “mareo fácil” y lo que se tornaba como un día de diversión podría llegar a convertirse en todo un desastre.

Bajábamos a la feria acompañados algunos días de mi padre y mi madre…otros solo por mi padre… quien no hacía pereza por llevarnos hasta el recinto ferial, a pie, por supuesto, para subir a algunas atracciones, disfrutar de un algodón dulce que siempre me ha encantado o unas palomitas de colores.

Lo que nunca me atrajo, no sé por qué, fueron las manzanas caramelizadas, creo que nunca me pedí una porque no me llamaba la atención. Yo creo que eso de oír la palabra manzana no llevaba a pensar en una chuchería… Hoy, por cierto, sigue sin gustarme, lo siento por los que lo venden.

Al finalizar el recorrido por el recinto ferial, siempre, una parada para comprar un trozo de turrón duro para llevar a casa… alguien se lo comería…

Cuando fui creciendo las atracciones en las que subía iban cambiando, acorde así a mi edad. Tras los cochecitos o la noria pequeña llegaba el girasol y también cambiaron las compañías para ir de feria. En esa ocasión ya comenzaba a bajar con alguna de mis amigas de niñez.

Recuerdo que en una ocasión bajaba con mi amiga Ana –mi fiel compañera de juegos en la Plaza de la Asunción-, con quien siempre, al llegar al ferial (todavía estaba en el Paseo del Bosque), compraba un cucurucho de altramuces; una vez que comíamos el altramuz al expulsar la cáscara había que pegarle un golpe con el pie…

Después había que subir al Girasol y a otra serie de atracciones, tantas fueron que mi padre tuvo que bajar a buscarme al Paseo de lo mala que me puse….¿te acuerdas mamá?, sin duda me sirvió para saber parar a tiempo y no subir en muchas de las atracciones que solo daban vueltas y más vueltas.

Lo que no acierto a entender es cómo os enterasteis de que me encontraba mal porque en aquella época no había móvil como ahora… pero aún así era posible comunicarse a través de esas cabinas telefónicas que en el Paseo San Gregorio hacían servicio a los ciudadanos. Aunque parezca mentira para los más jóvenes de este auditorio, sin móvil también podíamos comunicarnos….

¿Reconocen este otro sonido?

Con la lección aprendida (en eso de los mareos por las atracciones) cambié, en ferias posteriores, a los coches de choque donde esperábamos el turno para poder coger, entre carreras, algunos de estos vehículos.

Las amigas que bajábamos a la feria disfrutábamos en esta atracción viendo pasar las horas porque, por cada ficha que pagaba una, podíamos subir dos, y así aprovechábamos mejor la tarde.

Poco a poco fueron llegando las nuevas atracciones y modernizando así la feria, primero en “la cazuela” donde pegábamos varios trastazos, también conocido como “el platillo volante” que no sé ni cómo aguantábamos con los moratones que nos salían al día siguiente, y después en otras más tradicionales que se recuperaban como era el caso del látigo pero que para nosotras resultaron también novedosas.

La feria de la época tenía también una cita ineludible, la noria grande, deseando estabas de poder tener la edad para subir a ésta y dejar ya la pequeña y poder contemplar una imagen fantástica de la ciudad desde las alturas.

Una vez terminado el recorrido por la feria, en esta época, siempre había otra parada obligada, los helados Morán (los valencianos como antes se les conocía también), que en la calle Aduana nos esperaban para terminar de subir hasta nuestra casa en la Plaza de la Asunción, por aquel entonces Calle Libertad.

Tras mis años de niña y después de adolescencia llegaron los años de juventud, aquellos en los que empezaba a asistir a los conciertos que eran toda una seña de identidad para esta Feria de Mayo y que con tanta alegría bajábamos hasta la carpa que se ubicaba en el recinto ferial. Conciertos como éste, que seguro que todas las de mi edad recuerdan…

Recuerdo que con 16 años –cursaba 2º de BUP- llegó hasta Puertollano para ofrecer un concierto Alejandro Sanz, era su primer disco que sacaba, aquel famoso Viviendo Deprisa y que, a la salida del instituto –estudié en el Dámaso Alonso- escuchamos ensayar.

Sin dudarlo nos plantamos en aquella carpa a las dos de la tarde para poder saludarlo….cosas de las fans quinceañeras….y poder obtener así una buena historia que contar a las demás y ser un poco la envidia de otras…

Era concretamente el día 5 de mayo de 1992 y me costó la entrada mil pesetas. Como curiosidad recordaros que en ese concierto hubo más de treinta desmayos y hasta 23 lipotimias. Todo un éxito….
Los conciertos en estas edades fueron uno tras otro…

Ésta que acaba de sonar por ejemplo, y los que son de mi edad lo recordarán, los éxitos de El Norte que tanto nos hizo bailar en Manía. Este concierto fue unos años antes, también un 5 de mayo, pero del año 1989, en esta ocasión la entrada para acceder al mismo costaba, 500 pesetas (3 euros para los jóvenes que no han manejado esta moneda)… o este otro… Esta otra canción era del grupo llamado Tenesee y que también vimos en un concierto en la feria de mayo.

Recuerdos musicales que luego llevaron a otra etapa… la de las casetas de los colectivos…todo un gran éxito en esos primeros años de montaje de estas casetas que aglutinaban a miles de jóvenes puertollanenses.

En esos primeros años de las casetas de los colectivos todos los jóvenes bajábamos a divertirnos allí al recinto ferial por lo que eran un gran hervidero de gente…

No te podías quedar en el centro de Puertollano porque todos los establecimientos cerraban ante la falta de afluencia de clientes y se trasladaban al recinto ferial donde podíamos vivir, durante dos fines de semana, los efluvios de la feria.

Casetas que se montaban donde hoy día se ubican los chiringuitos de la comida y donde se aprovechaba el talud para sentarse un rato y poder descansar de los temidos tacones… ya saben… a la feria “antes muerta que sencilla”, todavía no se llevaban las manoletinas…

Era en estas casetas donde nos dábamos cita el grupo de amigas y amigos y donde bailábamos hasta altas horas de la madrugada, con esta canción que acaba de sonar, por ejemplo.

Recuerdo que la caseta del balonmano femenino era una de nuestras preferidas y la del Frente Minero donde, en multitud de ocasiones, he bailado esta canción que acaban de escuchar acompañada de las más bailongas del grupo mi Vito, Ana, Esther, Isabel, Vitoria Eugenia y mi Consu, con quien tantas batallitas he vivido y disfrutado.

Al finalizar la noche había que hacer una parada, si nos quedaba dinero, en alguno de los kioscos de comida que quedaran abiertos para reponer un poco de fuerzas y poder llegar así hasta casa…

Y es que había que volver a pie desde el recinto ferial hasta la Asunción –hay un gran trecho y más si has estado toda la noche de fiesta- así que, no en pocas ocasiones, a la llegada de la calle Aduana los zapatos ya más que sobraban…

Si cuando era pequeña mi compañero de juegos fue mi hermano José Manuel, en esta época de juventud compartía días de fiesta con mi hermano mayor, Javier, a quien le pedía algo de dinero siempre que le veía por eso de manejar más que yo…y por supuesto su recomendación de siempre ¡a ver qué haces!…

Pasaron los años y con el tiempo conocí a quien hoy es mi marido, Juanra, (y al que todos también conocéis), precisamente nos unió esa profesión que tanto se vive en mi casa, a la que tanto queremos los dos y, por primera vez él disfrutaba de la Feria de Mayo –un año llevaba viviendo en la ciudad, era el año 2002-. Ya saben que tenía que hacer todo lo posible para que quedara encantado y conseguir así que siguiera viviendo en esta ciudad (creo que entre todos lo hemos conseguido).

Éste se convirtió en un año de feria especial porque tenía el firme cometido de mostrarle nuestra Feria de Mayo, a la que asistía por primera vez, y hacerle partícipe de las vivencias de amigas y amigos para que se incorporara, hasta hoy (y espero que muchos años más cariño) a disfrutar de estos días de feria en este mes de mayo.

Con él compartí amistades, compañeros de trabajo con los que también teníamos tiempo de divertirnos, múltiples recuerdos de juventud y también casetas en la feria para tomarnos unas copas aunque ya de una manera más tranquila… lo que hace la edad. He de reconocer que el vino Fino lo aborrecí en una de esas ferias, mejor no me inviten a ninguno…

Los años pasan y el ciclo de la vida con ellos, esas etapas de las que al inicio de este pregón os comentaba, comienzan a repetirse aunque ya desde otro punto de vista…

Etapas que vuelven para regresar a visitar los cochecitos y las atracciones de los más pequeños, en esta ocasión con mi hijo Jorge y después con mi segundo pequeño, Guillermo…

Y son precisamente tus hijos los que te hacen volver a recordar tus años de infancia y disfrutar con ellos de sus entrañables momentos descubriendo las atracciones de la feria, el color y el sonido que siempre caracterizan a un recinto ferial, el olor a algodón dulce, a almendra garrapiñada, a berenjena, a churros… ese cúmulo de olores y sabores que nos hacen pensar en la Feria de Mayo de Puertollano; una feria que llega en mitad del año como un paréntesis en la tradicional rutina, que hace que regresen todos los nuestros para disfrutar de unos días juntos, esa feria que a pesar del frío y la lluvia de algunos años siempre sacamos un hueco para poder bajar hasta el recinto ferial, aunque sea con el abrigo.

Mis hijos han hecho que vuelva a disfrutar de los días de feria y que con mi familia siempre haya una parada obligada en el chiringuito de Fuente Agria para comer un pincho moruno, hasta el de Virgen de Gracia para tomar un exquisito montadito de lomo, “riquísimo”, o hasta el chiringuito del Partido Comunista para comer una morcilla… ya ven… todo light… Es la ruta obligada.

Pero no se preocupen que al terminar es condición sine qua non ir a comer una berenjena… ¡lo que me pueden encantar! y un vino de cariñena….de éste solo uno que no soy tan devota.

Para finalizar esta ruta gastronómica en el ferial… un chocolate con churros, más si nos tocan días fríos…de ésos que te dejan las manos heladas cuando sujetas el botellín de la cerveza… así se recupera un poco el calor.

En esta época actual mis días de feria son ya días familiares para disfrutar de la “feria de día”, la mejor cuando está llena de gente y terminar así tomando una copa en las casetas, donde puedes encontrar la compañía de amigos.

La Feria de Mayo se convierte así en un cúmulo de situaciones, de etapas que sin duda seguirán pasando y cambiando mi forma de ver y vivir esta feria pero que hoy recuerdo gratamente. ¿Cómo no voy a tener gratos recuerdos si hasta mi hermana y mi hijo Jorge nacieron en plena Feria de Mayo? Llegaron al olor de la feria….

Y si yo ahora mismo les propusiera, por un momento, piensen qué significa para ustedes la Feria de Mayo, estoy segura que cada uno pensaría en una cosa o momento diferente, el suyo propio.

Por eso hoy también quiero rendir un pequeño homenaje a quienes forman parte de la Feria, a quienes la hacen posible…

Y es que la feria de Mayo es… la agrupación folklórica Virgen de Gracia que ofrece a todos los que bajan al recinto ferial unos buenos pinchos y montaditos para poder pasar mejor el día…

La feria de mayo es la asociación de coros y danzas Fuente Agria que trabajan estos días para que otros se puedan divertir en el recinto ferial y hacerles una visita en su típico chiringuito…

La feria de mayo es también el chiringuito del Partido Comunista que, fiel a su cita, no falta ni un solo año.

La feria de mayo es… todos estos voluntarios de Protección Civil que velan por la seguridad de todos, junto con los voluntarios de Cruz Roja, haciendo más segura nuestra visita al recinto ferial. Mientras nosotros nos divertimos ellos siguen trabajando.

La feria de mayo es… la Banda Municipal de Música que ofrece sus primeros sones una vez que se corta la cinta inaugural, vamos a escucharla unos segundos…

Pregonar un evento es anunciarlo, proviene del latín que viene a significar llamar, invocar, nombrar en voz algo, una información para que sea conocido por todos… algo que nuestros compañeros de la prensa hacen todos los días.

La feria de Mayo son mis compañeros de la prensa, quienes trabajan y cubren cada uno de los actos que se organizan para contarlos a todos vosotros.

La Feria de Mayo es… los hosteleros, los feriantes, los niños, los mayores, todos los que en algún momento llenan el recinto ferial con su alegría, bullicio y alboroto que tan característico sonido nos transmite.

La feria de mayo son los que asisten a este pregón y todos aquellos que, día tras días se afanan por hacer posible que esta Feria de Mayo salga lo mejor posible y que haga disfrutar a todos los ciudadanos de estos días de fiesta.

Así que… ya solo me queda decir que “Comience la Feria de Mayo”.

Disfruten de estos días que luego, cuando tengan que contarlos a los demás, descubrirán que fueron días inolvidables”.

Muchísimas gracias, feliz feria de mayo y hasta siempre.

 

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