Postdecires de Juan de Portoplano

Jesus Millán Muñoz.- 0. Juan de Portoplano como un nuevo Séneca o un nuevo Sócrates, se sentaba en la plaza del pueblo, de su pequeño y radiante pueblo y empezaba a pensar y meditar y reflexionar y hablar intentando indagar el misterio y enigma del mundo, del ser humano, de la historia, del ir pasando las estaciones y los años.
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Y así nos dejó en unas frases y párrafos sencillos, más bien no soluciones sobre el mundo, ya que éste tiene muchas perspectivas y pareceres, sino más bien palabras y enunciados, que nos pueden ayudar a pensar, a reflexionar sobre algunos aspectos del mundo:

1. No sabemos, no estamos seguros nunca, si la tristeza nace de dentro hacia fuera, o de afuera hacia dentro, o ambas cosas a la misma vez, sino que te viene, y te invade y no sabes como salir de ella, hasta que pasa un tiempo, sean unos minutos, unas horas, unos días…

– Unos viven la vida sin apenas pensarla, otros piensan tanto la vida que apenas la viven.

– Hay tanta oferta de placeres en el mundo, desde la mañana a la noche, pero tu cuerpo y tu mente es limitado, además de la cartera.

– Se acercó Séneca a Juan de Portoplano y le dijo: “Compadre, siempre estás aquí sentado, meditabundo, intentando indagar las razones del mundo, yo hace siglos que también lo hice, y debo decirte, que el mundo es imposible de encerrar en una botella o en una frase”.

A lo que contestó Juan de Portoplano. “Así es, mi querido maestro, del que tanto he aprendido, pero tú, intentaste encerrar el mundo en muchas frases”.

– Lo difícil es armonizar la carne-cuerpo con la psique-mente y con el alma-espíritu. Y vivir dentro y en la sociedad y en la Naturaleza.

– Aparenta no saber más de lo que sabes, aparenta no saber menos de lo que sabes.

– He intentado encerrar recuerdos en imágenes, y las imágenes en conceptos, y los conceptos en palabras. No sé si en cada paso, ha ido disminuyendo la carga y cantidad y calidad de la verdad.

– Casi todo ser humano se pierde en si mismo, o se pierde en la sociedad, o se pierde en la naturaleza, o se pierde en las ideas-conceptos, o se pierde en el mundo de la metafísica. Podríamos definir al ser humano como el ser que se pierde o que está perdido, en mayor o menor grado.

– Puedes escribir-pensar-sentir-crear-concebir cincuenta mil versos, pero puede suceder que ninguno de esos versos guste o lo aprecien el resto de seres humanos.

Puedes pensar-escribir mil frases, pero ninguna de esas frases ser estimada por el resto de seres humanos.

– Juan de Portoplano, desde joven se dedicó a sus investigaciones y catas sobre la realidad, después las traducía en pequeñas frases que escribía en pequeños cuadernos, ahora, desde que su nieto le enseñó eso de las redes sociales, ha abierto un blog, y en ese mural va escribiendo los pequeños pensamientos.

– Hay mil modos y formas y dichos para decir sobre un tema o cuestión, el problema es saber cual es el más verdadero y el más bondadoso y por tanto más útil.

– Llega una edad, que te viene a la consciencia y conciencia que vas a desaparecer, al menos de esta tierra, no sabes, ni el cómo, ni el cuándo, pero sabes que te quedan unos meses, unos años o unos lustros, pero no mucho más…

– Juan de Portoplano sentado en su silla y con su café en la mesa, reflexionaba sobre la multitud de libros y de imágenes que ha visto desde su niñez. Casi siempre intentando descifrar el misterio del ser humano, de la sociedad, de la naturaleza…, ahora ya viejo, ya cansado, recordaba ideas y frases de las grandes mentes que le habían precedido, de unos siglos o de otros, de unas culturas o de otras, de unas ideologías o de otras…

– No solo se piensa-siente-percibe con el cerebro, sino con el cerebro y el cuerpo, cerebro-carne-cuerpo por eso, hay que tener lo más sano el cuerpo y el cerebro. Se piensa con la moral que se tiene, y con las ideas-conceptos que se tienen.

– Miles de millones de seres humanos en estos momentos, están respirando el aire del mundo, están haciendo o deshaciendo cosas en el mundo.

– Si encuentras a un ser humano que haya buscado de verdad, la verdad y no haya caído en la vanidad o en la soberbia, si tienes ocasión escúchale porque quizás, puedas aprender algo o mucho sobre ti mismo.

– No temas tanto a la muerte, aunque no la busques, ni la desees, no temas tanto a la muerte, y no temerás tanto a la vida.

– Cuándo llegue la muerte, trátala con respeto, si existe Algo después, pues bien, si no existe nada después, pues también bien.

– Descifra en qué errores morales has cometido y has caído y tienes más propensión en caer, averigua lo mismo en los demás.

– No quieras cambiar nada, y de ese modo, cambiarás más cosas de las que piensas. Los que quieren cambiar todo o mucho o casi todo, muchas veces, no cambian casi nada.

– Cada existencia es un silencio y una sinfonía, a trozos diferentes.

– Piensas que otros han disfrutado de muchas cosas, pero tú también, quizás otros hayan disfrutado de grandes amistades, de grandes viajes, de grandes cantidades de dinero, de grandes experiencias, de grandes placeres, pero tú has disfrutado de la observación de muchas tardes, de la tranquilidad de un corazón bueno, de las ideas y conceptos de cientos de grandes mentes del pasado, has disfrutado de multitud de obras de arte y de artes, de multitud de ideas de distintos saberes, de la amistad de personas bondadosas, de la búsqueda del Ser Supremo…

2. Juan de Portoplano se puso el abrigo, porque era tiempo de fríos, se levantó de la mesa, dejó el dinero por su taza de café, ya conocía el precio, dijo adiós y se marchó cabizbajo a su aposento o vivienda, para continuar, posiblemente reflexionando sobre el mundo y sobre el ser humano y, quizás escribir algo en la bitácora que su nieto le había abierto…

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