Marco Magoa: “La cultura debe servir como lazo de unión entre pueblos”

Multimedia.- El abuelo de Marco Magoa (Gijón, 1972) era manchego. Manchego y médico que ejerció algunos años en la antigua colonia española de Marruecos. De esas vivencias compartidas entre dos generaciones surgió la pasión de Magoa por el mundo árabe, que le llevó a estudiar el idioma durante más de 10 años y a vivir en varios países árabes del arco mediterráneo. Fotografía: Isidro Serrano Selva
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El Patio de Comedias de Torralba de Calatrava acogerá el sábado 3 de junio desde las 22 horas el estreno en España de su obra “Mare Nostrum. Finis Somnia Vestra”, que cierra la trilogía que este creador ha dedicado a los refugiados sirios. La actividad se enmarca en el programa Calatrava Cultural y Social “Miradas al refugiado”, ciclo organizado por la Asociación Cultural de Amigos del Patio de Comedias.

P-. ¿Cómo surge su interés por el mundo árabe?

R-. Mi abuelo fue médico en Marruecos y me contaba muchas historias de sus vivencias allí, con las que fui creando una imagen idealizada de esa tierra. Así que empecé a estudiar árabe y a viajar cada verano a un país distinto: Siria, Marruecos, Egipto… En 2010 vi la oportunidad de crear un espectáculo en el mundo árabe y la crisis de los refugiados sirios fue el germen de esta trilogía. Me documenté a fondo, visité campos de refugiados y traté de sentir los apuros por los que ellos pasan. Mis propias vivencias en Damasco también ayudaron. Creo que la cultura, que está tan abandonada, debe servir como lazo de unión entre pueblos. La educación y la cultura son el camino para abordar el cisma que hay entre civilizaciones en la actualidad.

P-. “Mare Nostrum. Finis Somnia Vestra” cierra la trilogía que cuenta el viaje de un refugiado desde Siria hasta la ansiada Europa, ¿cómo empieza este viaje?

R-. La trilogía se divide en tres escenarios. La primera obra se desarrolla en un campo de refugiados de Jordania, primera parada habitual para los sirios que escapan de la guerra; la segunda son las vivencias en la costa del norte de África, con el azote de las mafias y el sin gobierno; y la tercera, ésta que se estrena el sábado en España en Torralba, es un monólogo en la que el personaje protagonista recuerda cómo era su vida y todo lo que ha perdido y lo que le ha pasado hasta llegar hasta allí. Las dos primeras obras se referían a la responsabilidad que tiene el mundo árabe en lo que está pasando, pero esta tercera es una bofetada a la responsabilidad que recae sobre Europa, porque algo estamos haciendo mal; llevamos años sumidos en la parálisis mientras miles de personas pierden la vida en el mar.

P-. ¿Las futuras generaciones de europeos nos juzgarán con vergüenza por el tratamiento que se está haciendo con la crisis de refugiados?

R-. No hace falta esperar a otras generaciones, ya nos sentimos avergonzados por la inacción de la Unión Europea. En Melilla la Guardia Civil disparó pelotas de goma contra unos emigrantes que intentaban llegar a la playa. El siglo XX nos brindó oportunidades de aprender de los errores, como el genocidio nazi o la guerra de Yugoslavia, pero Europa no ha aprendido la lección y los líderes planean sus políticas con estrategias erróneas, porque lo que suceda a un lado del Mediterráneo termina afectando al otro. Durante años se han permitido regímenes como el de Mubarak, Ben Alí o Arabia Saudí porque la economía ciega a los dirigentes.

P-. Sus obras anteriores han sido representadas en Jordania, Egipto y Copenhague, ¿las reacciones del público son diferentes en culturas diferentes?

R-. Cuando estrené en Jordania y Túnez estaba preocupado, porque el protagonista es homosexual y temía la reacción, pero al finalizar la representación, varias mujeres -con velo- se acercaron a darme la mano, incluso alguna me abrazó, y en el mundo árabe el contacto físico no es común. En Copenhague, donde asistieron a la obra refugiados recién llegados al país, fue muy emotivo. Al final, el drama supera todo lo demás, todos somos humanos y la gente se identifica con la tragedia.

P-. ¿Es especial para usted que Torralba acoja la primera representación en español de su obra?

R-. Es un regalo. Como ya dije, mi abuelo era manchego y en cierto sentido ya es emotivo solo por eso, pero además, representar en un espacio abierto, bajo las estrellas, una obra que se desarrolla bajo las estrellas va a ser muy especial. La iniciativa de la Asociación de Amigos del Patio de Comedias es algo bonito y generoso, que enlaza con mi mensaje y con lo que yo reclamo, que es que, al final, no nos queda más que el amor y la comprensión.

P-. Después de estrenarse en tres continentes, ¿cuál es el próximo destino de su obra?

R- La Universidad de Idaho, en Estados Unidos, me ha invitado a dar unas conferencias sobre mi trabajo y representar la función. Aprovecharé para presentar mis obras en off Brodway de Nueva York, donde también presentaré un breve monólogo en inglés titulado “Camino del aserradero”.

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