¿Apuestas por una formación económica básica?

Leticia Belmonte Cortés.- Hoy en día nos enfrentamos continuamente a trámites o conceptos financieros cuya ejecución o fin desconocemos, o nos cuesta entender por nosotros mismos necesitando así la ayuda de profesionales de la enseñanza que nos la ofrezcan. En muchas ocasiones esto implica ciertos riesgos financieros a nivel familiar.
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El abanico de situaciones a los que los españoles nos enfrentamos demandando productos o servicios del mercado financiero es amplísimo. Muchas de estas situaciones están presentes en la vida cotidiana, como elegir un tipo de interés para financiarse, la adquisición de una vivienda o calcular la prestación por jubilación, y todas ellas presionan a valorar racionalmente conceptos financieros.

La OCDE con la creación de la Red Internacional de Educación Financiera, pretende fortalecer la educación financiera en el mundo de modo que los gobiernos nacionales tomen conciencia de la importancia de políticas que lo valoren para un buen futuro económico. Uno de los puntos clave de esta red, es el desarrollo de una serie de herramientas para fomentar la implantación de programas de educación financiera en las escuelas. España es uno de los países que se ha sumado a esta iniciativa con la intención de mejorar la cultura financiera de la ciudadanía y poder afrontar la complejidad de los continuos cambios en el mercado financiero. Algunas entidades bancarias españolas han desarrollado programas de educación financiera con la intención de extender la cultura financiera centrándose en los más jóvenes. Sin embargo, es fundamental que el protagonista en este proceso sea el profesorado con la formación pedagógica necesaria, el profesorado de economía de secundaria que reúne las competencias necesarias y no dejarlo en manos de entidades financieras cuyo objetivo no se puede encuadrar absolutamente con el fin social y educativo de la educación financiera que se puede impartir en colegios y centros de secundaria, en la medida en que existe un último fin económico, como empresas privadas que son. La impartición de formación económica y financiera sí, pero por profesionales de la enseñanza.

En resumen, es evidente la necesidad de una cultura económica y financiera desde la escuela, y la necesidad de que en los centros existan materias de índole económico que pretenden formar a la población para que sea capaz de conocer conceptos financieros y económicos básicos. Es importante poder controlar las decisiones de inversión, consumo y gasto, las cuales son actuaciones propias y que tendrán que controlar para tomar decisiones responsables en su trayectoria tanto a nivel profesional como familiar adecuadas a su perfil y a sus necesidades. Yo apuesto una sociedad mejor informada y preparada para un futuro mejor.

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