Una alternativa al problema nacional en nuestro país (III)

David Alcázar. Secretario político local del PCE en Ciudad Real.- Como ya hemos señalado, el nacionalismo es una ideología burguesa que tiene un carácter reaccionario en los países de capitalismo imperialista. A lo sumo pueden gozar de un carácter progresista en las naciones periféricas, pero nunca un carácter revolucionario, ni mucho menos defensor de los intereses de la mayoría social asalariada.
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¿Patriotas ellos? ¡No!

Solo en los países dependientes puede gozar de un carácter revolucionario.

Mientras que la burguesía nacional y la pequeña burguesía luchan por sus intereses de clase, ocultándolos con ideología nacionalista, y se golpean el pecho diciendo que representan los intereses de todo el pueblo; la clase trabajadora y las capas populares siguen en situación crítica y sin perspectiva de mejora. Precisamente el relato mesiánico nacionalista promete a las capas populares el oro y el moro.

La clase trabajadora no tiene nación ya tiene su propia bandera (roja) y por tanto no tiene por qué recoger el pendón burgués e ir tras éste. Paradójicamente, es la clase obrera la verdadera patriota, y no los nacionalistas que dicen amar España y luego tienen cuentas bancarias fuera del país; sino es la clase trabajadora la que todos los días con su sudor y sangre construye el país y no el patrón que como parásito estruja a los obreros apropiándose del trabajo ajeno y enriqueciéndose cada día más y más.

¿Es la burguesía, y especialmente su capa más reaccionaria (la oligarquía) que vive de las rentas del capital, patriota? Yo creo que no.

Permitidme que rescate unas palabras de José Díaz, secretario del PCE entre 1932-1942:
Las masas populares, vosotros, obreros y antifascistas en general, sois los patriotas, los que queréis vuestro país libre de parásitos y opresores; pero los que os explotan no, ni son españoles, ni son defensores de los intereses del país, ni tienen derecho a vivir en la España de la cultura y del trabajo.

Por tanto, el discurso de la oligarquía española no nos vale. Por ejemplo, el afirmar que el referéndum es ilegal es muy hipócrita, cuando todos sabemos que se producen continuas violaciones de la Carta Magna con total impunidad. No creo que sea necesario recordar cuando en 2011 José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) cambió el artículo 135 de la Constitución española de 1978 sin consultar al pueblo español. Por cierto, cambio constitucional que prioriza el pago de la deuda con Europa en los presupuestos con lo que ello conlleva (reducir las partidas destinadas a los servicios sociales básicos); una causa importante para entender el descontento popular de los españoles y especialmente de las naciones históricas como Cataluña.

También se suele aludir a que Cataluña, en el supuesto de que se independice no sería reconocida internacionalmente. Esta afirmación es demasiado valiente pues la experiencia histórica señala muchos casos de países que se han independizado de forma unilateral de otros estados, y como varios países (incluso la propia España) los han reconocido (Letonia, Estonia, Eslovenia, Croacia).Es curioso como desde Occidente por un lado se promociona el separatismo en países dependientes y en estados socialistas (violando las leyes internacionales) y por otro reprime con dureza los movimientos nacionalistas periféricos en sus propios países. Toda persona honesta creo que definiría eso como cinismo.

Además, Cataluña precisamente por el hecho de estar integrada en un estado miembro de la UE (España) y circular por ella la moneda única, resulta poco convincente que la Unión la repudie en el caso de conquistar la independencia. Sin embargo, cabe señalar que quienes defendemos a las capas populares y la clase trabajadora debemos plantear un proyecto alternativo al de la UE, que es profundamente oligárquico y que no responde a los intereses de la inmensa mayoría de ciudadanos y ciudadanas (solo hay que ver el impacto de sus políticas).

La problemática nacional no resuelta en España, no solo está sobrepasando al ejecutivo de Mariano Rajoy, sino el propio margen legislativo español. Parece necesario recordar que las leyes no son eternas y deben de ser la vanguardia del cambio social y no ir a la zaga, porque si no es así, se corre el riesgo de una ruptura. El gobierno del PP niega la realidad y prefiere actuar con mano de hierro atropellando todos los derechos democráticos y sociales, entre los que se encuentra el derecho a realizar un referéndum en un territorio. Porque también hay que indicar que dentro de la legislación actual se podría plantear un referéndum legal (¡y más en un país democrático!), solo que las estructuras judiciales españolas, que se caracterizan por su excesivo conservadurismo, interpretan el código bajo un sesgo conservador poco democrático.

Esto tampoco es casual. La derechización progresiva de las estructuras del Estado español (incluido el gobierno) y en ciertos medios de comunicación responde al sustrato franquista que nunca fue borrado y que en los últimos años está cobrando fuerza. Esto coincide con la rehabilitación de la dictadura fascista de Franco que viene a justificar esta deriva autoritaria del Estado que recuerda a los años de la dictadura.
Por otra parte, el ejecutivo de Puigdemont viene a mostrarse como mártir del pueblo catalán y defensor de la democracia contra la tiranía del gobierno central de Madrid. Tampoco nos creemos ese discurso porque los españoles y españolas (también los catalanes y catalanas) saben bien que el PDeCAT y la patronal catalana se han llevado bastante bien (tanto en dictadura como democracia) con la oligarquía española (y con los partidos que la representan) y existen multitud de ejemplos como el famoso Pacto del Majestic. Tampoco la clase obrera y las capas medias se dejan engañar, especialmente cuando a la vista de todos el gobierno español y el catalán se entendieron a la perfección cuando apostaron por poner fin a la huelga de trabajadores en el aeropuerto del Prat.

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4 COMENTARIOS

  1. Durante setenta años, ‘PC’ han sido las siglas de ‘Partido Comunista’ y sinónimo de Moscú.
    Pero, desde hace casi treinta años, solo quieren decir ‘Personal Computer’ y no recuerdan otra cosa que IBM o Apple….

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