Susurros de Juan de Portoplano

Jesús Millán Muñoz.- Encerrar en una flecha-frase un mundo-cosmovisión-estado del alma, eso es un aforismo-apotegma-concepto-tesis-sentencia-proverbio-adagio. En definitiva es intentar crear una pregunta-cuestión que le sirva a usted para pensar-meditar-reflexionar-percibir-sentir-concebir, por un momento, al menos, una posible concepción diferente, o que se cuestione que quizás, una idea-concepto que usted tiene sobre un tema o sobre mil, puede verse-percibirse-sentirse-idearse desde otro punto de vista. Tranquilidad y sosiego en todo, también en el mundo de la conciencia-consciencia-pensamiento-expresión.
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Juan de Portoplano blandió ese día con su pensamiento, remiró las calles que ya tantas décadas pasaba y paseaba y, empezó como siempre como si fuese un antiguo Parmenides-Demócrito-Epicuro-Epictecto-Gorgías-Heráclito a pasear y cazar algunos de sus pensamientos-ideas-conceptos-frases de su cerebro, intentando captar algo de verdad-bondad. Intentar pasar algo inconsciente, cazarlo y hacerlo semiconsciente y después consciente.

– Todo acto que sea verdadero y bueno exige los siguientes pasos, que se interrelacionan: primero, aceptar intelectualmente la verdad de dicha entidad-realidad-acto. Segundo, aceptar con la voluntad y el querer, que esa es la verdad y la bondad de dicho acto, y por tanto desear hacerlo de ese modo. Tercero, materializarlo y concretizarlo y realizar ese acto que es más verdadero y bondadoso.

– Las revueltas, motines, guerras, contrarrevoluciones vienen unas detrás de otras, a lo largo de la historia, casi a toda generación le toca vivir una, dentro de su territorio o fuera, los humanos van viniendo y se van yendo, generación tras generación, todo permanece similar, en algunos temas, y todo va cambiando, en casi todo, aunque no queramos, pero los actos verdaderos-bondadosos, van quedando, sean actos reales, sean pensamientos-ideas-frases, sean deseos-pasiones-emociones-sentimientos buenos y verdaderos.

– Te preguntas que tengo en común y diferencia con el hombre o mujer común romano o cartaginés o tebano o mesopotámico o…

– Sé que ya estoy en mi última etapa de mi vida, usted quizás esté en la segunda o en el medio, usted quizás está empezando, pero yo sé que ya estoy en la última etapa de mi vida, ciertamente, tendrá varias fases, ciertamente, no sé si durará un año o diez o veinte o treinta…

– Te gustaría que te tratarán a ti, a tus hijos, como tú has tratado a otros… Aunque no es lo mismo el que hace un mal, que el que se defiende de ese mal.

– Por lo general, cuándo el mal empieza a realizarse y concretizarse, el que lo hace empieza la espiral del mal, el que sufre ese mal, tiene que defenderse de alguna manera. Y pasa el tiempo, y todo se enreda, y muchas veces, a ojos de los demás, el que ha empezado el mal, suele pasar por bueno, y el que solo se ha defendido del mal, pasa por malo. Pero esto es la vida, muchas veces, así sucede, aunque nadie quiere reconocerlo.

– Te duele la carne-mente-alma, y te cuesta trabajo respirar-levantarte-continuar cada día con la existencia-vida. Ten paciencia-prudencia-fortaleza y no olvides la esperanza, no olvides que hay que aguantar-soportar la vida, lo bueno y lo menos bueno, lo regular y lo indiferente.

– Esa persona, ya con el peso de la edad y la experiencia, esa persona, que no habrá sido perfecta, pero siempre ha deseado materializar lo más verdadero y lo más bondadoso, esa persona, que es consciente, que en tantos campos ha fracasado, que tantos otros han ido triunfando y él o ella, ha ido en tantos campos fracasado, que tantas veces, ha sido tomado por la persona mala, cuándo ha tenido que soportar la maldad de otros.

– Cuánta alegría y felicidad traen los verdaderos amores, cuánta pena y dolor traen los amores.

– ¿Por qué un ser humano cree que quiere o no quiere a una persona, que ama o no ama a una persona…?

– Puede que alguien haya sido una persona muy buena contigo, pero puede que no lo haya sido con otra persona. Siendo la misma persona.

– No es lo mismo el que se defiende que el que ataca, no es lo mismo el que hace el mal, que el que intenta, mal o bien defenderse del mal.

– No puede ser que el que hace el acto malo, diga que el que soporta dicho acto malo, tiene que aguantar, porque él o ella es como es y no puede cambiar.

– Echamos al otro, una carga, que nosotros no seríamos capaces de soportar un diez por ciento.

– Pueden aunarse varias personas contra otra persona, varias personas que participan en un mal de diverso modo o manera, para hacerle un mal a otra persona. Y encima, los que hacen el mal, unos realizándolo, otros consintiéndolo, otros apoyándolo, son las buenas personas, y el que soporta el mal, que incluso apenas y mal se defiende, es la persona mala. Y esto ocurre en los trabajos, entre las amistades, en las familias…

– Sabemos de casi todo, un poco o un mucho, pero de cómo vivir y existir en la vida, sabemos muy poco.

– Una frase es como una daga que rompe algún velo del interior-exterior.

– El exterior te influye en el interior, el interior te modifica el exterior. Encontrar el equilibrio entre ambos mundos, para encontrar percepciones-sentimientos-ideas más verdaderos-bondadosos-bellos-racionales-útiles.

– Te dices, tener tal edad, ya una edad apreciable, haberte pasado toda la existencia trabajando y estudiando y observando y pensando, y darte cuenta que en casi todo, no has tenido suficiente éxito.

– Cada día realizamos cientos de actos (actos en sí, deseos, palabras, pensamientos, pasiones, emociones, etc.). La cuestión es si esos actos son lo suficientemente verdaderos-verídicos-buendos-bondadosos-útiles-prudentes-correctos.

– No quieres cambiar el mundo, ni cambiar a ningún ser humano, quieres entenderlo y comprenderlo con mayor grado de bondad-verdad. Y después algo de ello, realizarlo o actualizarlo o escribirlo. Con solo escribir una frase más verdadera-bondadosa-útil-racional, sin tú quererlo se cambia un poco el mundo, en una dirección correcta.

Es igual que con un nuevo teorema de un matemático, aunque él o ella no quieran, al final, servirá para algo, y transformará algo.

– A aquella persona la fueron dejando, todos, unos y otros, en el rincón de la existencia. Unos la rechazaban por algo, otros, por otra cosa. Pero lo peor de todo, es que era rechazada por aspectos buenos de la existencia, no por malos, no porque fuera mala o negativa o perniciosa, sino porque tenía un sentido de la verdad y de la bondad y de la libertad más racional y más profundo que la mayoría-coetáneos-conocidos…

– Aquel individuo, aquella mañana, se miró al espejo, y se dijo a sí mismo, ya sé que en este mundo me queda menos tiempo que el que he vivido, pero por qué no he tenido suficiente éxito, he fracasado incluso, en tantos campos y en tantas actividades. Me dicen que he sabido de muchas cosas un poco o un mucho, pero no he sido experto y especialista en nada.

– Hubo una vez que Juan de Mairena y Juan de Portoplano se encontraron, estuvieron horas tomando un café, no se dijeron nada, y al levantarse, expresó el de Mairena: “Ha sido una conversación muy profunda y muy esencial y muy necesaria y muy verdadera”.

A lo que respondió el de Portoplano, “maestro a ver si el tiempo y las circunstancias nos permiten tener otro encuentro del mismo tipo, en otra ocasión”.

Juan de Portoplano se levantó del banco de piedra y madera del jardín de su pueblo, y se dijo, si estas frases las hubiese dicho Juan de Mairena, con la firma de Antonio Machado todo el mundo celebraría las profundidades de sabiduría-experiencia de estos mundos interiores-exteriores, pero me temo como las ha indicado-conceptualizado Juan de Portoplano de Juan de Portoplano, pues serán ninguneadas-menospreciadas-infravaloradas-despreciadas-tiradas al olvido de la pequeña historia de mi localidad-región-sociedad-cultura. Y se fue alejando entre los árboles, cada vez su figura era más pequeña en la sombra del mundo.

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