Más de 800 alumnos de Secundaria de Ciudad Real y provincia asisten mañana en el Quijano a una actividad de Amnistía Internacional sobre Derechos Humanos

El grupo local de Amnistía Internacional proyecta mañana jueves, en el Teatro Quijano la película “10 años y divorciada” para unos 800 alumnos de centros escolares de Secundaria de la capital y de la provincia que, como desde hace varios años, participan en esta actividad que persigue la sensibilización de los jóvenes en derechos humanos.

rp_quijano-550x366.jpgSerán dos sesiones, la primera a las 9,30 y la segunda, a las 12 horas, para alumnos y alumnas procedentes de los institutos de la capital: Hernán Pérez del Pulgar, Atenea, Nuestra Señora del Prado, Marianistas, Maestre de Calatrava y Torreón del Alcázar. Así mismo, participarán también de otros institutos de la provincia, como Eduardo Valencia, de Calzada de Calatrava; Azuer, de Manzanares, así como de los centros Juan D’Opazo y Ojos del Guadiana, ambos de Daimiel.

La película muestra con gran detalle la tradición de las bodas “concertadas” en Yemen, e incide en la importancia de no mirar hacia otro lado, como el juez que acogió y escuchó a la niña. También es una preciosa reflexión sobre la importancia de la educación, como manifiesta al final de la película la frase “la educación es la luz”.

Sinopsis

La película es un turbador, fascinante y emotivo drama sobre el papel de la mujer en el mundo islámico. El guión se basa en la autobiografía real de Noyud Ali, una niña yemení de diez años que consiguió divorciarse gracias a la ayuda de una ONG, de un juez y de su abogada, ShadaNasser, especialista en derechos humanos de la mujer. El drama está contado por una de las víctimas del matrimonio infantil, la directora yemení Khadija Al Salami, que fue obligada también a casarse con 11 años. Tras intentar suicidarse, logró divorciarse con el apoyo de su madre y marcharse a estudiar en Estados Unidos, aunque ambas fueron repudiadas por la familia.

Casada con 10 años

En la película, la pequeña Nojoom, con tan sólo 10 años, es obligada a casarse con un hombre de 30 años a cambio de una dote y una pequeña renta. Su padre, que tuvo que marcharse de su pueblo,  viviendo en una situación muy precaria, toma esa decisión de acuerdo con la madre de la niña, siguiendo costumbres y tradiciones del Yemen rural. Aunque la costumbre de que las niñas se casen desde los 8 años de edad es común, el contacto físico está restringido hasta que lleguen a la pubertad. En este caso el marido no cumple y a golpes obliga a la niña a acostarse con él. También es maltratada y obligada a trabajar como una esclava por su suegra y, alejada de su familia, Nojoom toma la decisión de escapar y acudir a un juzgado para pedir el divorcio.

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