El Gobierno de Castilla-La Mancha defiende el papel “indispensable” de los geógrafos para conocer el territorio que moldean los agricultores con la PAC

El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo ha defendido la materia de Geografía, de la que ha señalado “es una ciencia indispensable para algo tan importante como conocer el territorio que habitamos y que, cada día, moldean los agricultores”, durante la presentación del libro ‘Agricultura y nuevas ruralidades en Castilla-La Mancha: treinta años de Política Agraria Común (1986-2016)’ en el que ha participado junto al geógrafo, Raúl Ruiz Pulpón, del Departamento de Geografía de la Universidad de Castilla-La Mancha.

En el acto ha intervenido el catedrático de Geografía Humana, Félix Pillet ante un público en el que se encontraban varios geógrafos y el presidente de la Red Castellano-Manchega de Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha (RECAMDER), José Juan Fernández, en representación de los 29 grupos comarcales de la región.

Martínez Arroyo ha mostrado su apoyo a los geógrafos presentes en la Consejería, ante los que ha afirmado que “sin Geografía y sin geógrafos, no hay futuro”, por lo que ha invitado a apoyar la titulación universitaria “entre todos”. En este sentido, el libro surgido de un coloquio de Geografía Rural celebrado en 2016 en Ciudad Real, y recoge los cambios y las transformaciones que está viviendo el mundo rural de Castilla-La Mancha, en el que la PAC ha jugado y está jugando un papel fundamental.

Respecto a la futura PAC y para garantizar la continuidad de las ayudas más allá de 2020, el consejero ha asegurado que coincide con el planteamiento que ha hecho la Comisión Europea, que apuesta por un modelo en el que se limiten las ayudas públicas a las explotaciones más grandes, “para que con el dinero que se ahorra, en una medida como ésta, se pueda ayudar más a que se incorporen jóvenes al sector agrario”, es decir, haya más relevo generacional. Asimismo, también defiende dar ayudas a las primeras hectáreas de cada explotación, “para beneficiar más a los pequeños agricultores que a los grandes”, entre otras cuestiones que hay encima de la mesa.

Por último, a preguntas de los periodistas, el titular de Agricultura en Castilla-La Mancha ha argumentado la necesidad de acceso al agua para el desarrollo de la región. “Queremos una estrategia a nivel nacional que tenga en cuenta las cuestiones sociales”, ha dicho, en lo que ha definido como un ‘Pacto Social por el Agua’ que permita con este recurso “redistribuir la riqueza de todos los territorios, pero sobre todo de las personas”. Martínez Arroyo ha insistido en que “el agua es un bien público” y en Castilla-La Mancha “se va a poner por escrito, en una posición común que se va a diseñar en los próximos meses con todos nuestros interlocutores”.

El libro ‘30 años de PAC (1986-2016)’

Por su parte, el coordinador del libro ‘Agricultura y nuevas ruralidades en Castilla-La Mancha: treinta años de Política Agraria Común (1986-2016)’, Raúl Ruiz, del Departamento de Geografía de la UCLM ha señalado que esta obra surge de las reflexiones planteadas en el XVIII Coloquio de Geografía Rural de España celebrado, en 2016 en Ciudad Real. En el mismo, se analizaba las consecuencias de la implantación de la Política Agraria Común (PAC) en nuestro país, una vez cumplidos 30 años desde su puesta en funcionamiento y en el que participó el propio consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural.

Tras la celebración del coloquio, los organizadores pensaron en recoger, en otra publicación, todas aquellas contribuciones que tenían a Castilla-La Mancha como objeto de estudio, solicitando a los autores una mayor profundidad de análisis. El resultado ha sido este libro donde participan 32 autores de distintos perfiles académicos, sobresaliendo geógrafos e ingenieros agrónomos. Los contenidos se estructuran en tres bloques de contenido.

El primero, de carácter introductorio, abarca aspectos generales de la Política Agraria Común y de la realidad del mundo rural en Castilla-La Mancha, destacando la capacidad de adaptación de la PAC a los continuos cambios sociales y económicos del mundo rural, el paso de un modelo estrictamente agrarista a otro donde prevalece una visión más territorial del mundo rural, y el despoblamiento y el paulatino envejecimiento de la población.

El segundo bloque, se dedica a la influencia de la PAC sobre la agricultura de Castilla-La Mancha, tratando temas tan interesantes como la distribución de los agrosistemas regionales, la evolución de los grandes aprovechamientos agrarios, el mundo de la viticultura, y la aparición de nuevas fórmulas de extensificación agropecuaria, en concreto, de la agricultura ecológica.

El tercer bloque, que es el más amplio, está vinculado con la diversificación económica y las nuevas ruralidades. El espacio rural actual se define por la multifuncionalidad y por la complejidad de las transformaciones económicas y sociales que tienen lugar en su seno, consecuencia de una creciente interrelación con los espacios urbanos que va más allá del tradicional interés por los temas agrarios. Las contribuciones de este bloque tratan de explicar ese conjunto de cambios en Castilla-La Mancha, entendidos desde el punto de vista de la revalorización de los paisajes rurales, del papel del turismo rural como factor de desarrollo territorial, y de las potencialidades con las que cuenta la región para vencer el aislamiento y la exclusión social; aspectos que se están debatiendo actualmente en el diseño de las políticas de desarrollo rural.

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