Residentes de Atención Familiar y Comunitaria de Toledo plantean el cine como herramienta alternativa para la promoción de la salud en adolescentes

Residentes de la Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria de la Gerencia de Atención Primaria de Toledo, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), han planteado el cine como herramienta alternativa en la educación para la salud en los adolescentes, coincidiendo con una de las sesiones clínicas organizadas de forma conjunta entre residentes de medicina y enfermería de ambas especialidades.

Sus autoras, Sara González y Noelia Martínez, residentes de segundo año de estas especialidades de medicina y enfermería, respectivamente, han expuesto el papel y el nivel de desarrollo que tienen actualmente los medios de comunicación, donde el lenguaje audiovisual pasa a ser un elemento a tener en cuenta a la hora de ofertar educación, incluso en el ámbito sanitario.

En su intervención, ambas residentes han coincidido en que “el cine puede convertirse en un medio educativo de prevención de los riesgos más relevantes para la salud entre los adolescentes y de promoción de hábitos saludables, fomentando de esta forma la responsabilidad personal”.

En este sentido, han incidido en la importancia del cine como un instrumento útil y atractivo para abordar diferentes contenidos de salud, permitiendo profundizar en el área emocional y de desarrollo de habilidades personales, y reflejar situaciones de la vida cotidiana que les ayuden a reflexionar sobre las mismas.

Precisamente, el uso de una metodología didáctica que facilite a los más jóvenes este análisis y valoración acerca de determinados elementos que aparecen en una película, contribuirá a fomentar su implicación en el cuidado de su salud y tomar las decisiones más acertadas.

El planteamiento presentado por ambas residentes parte del análisis de las películas desde una triple dimensión como son la personal, la social y la ambiental. Los adolescentes viven con intensidad estas tres dimensiones que repercuten directamente en su desarrollo, su autoestima, sus relaciones y, por supuesto, su salud.

En el primer caso, centrándose en uno mismo, se tratarían temas actuales como la alimentación, la autoestima y la creatividad; con las personas del entorno se analizarían las relaciones y las emociones, la educación sexual, el consumo de tabaco, alcohol y drogas, la convivencia y el racismo y la resolución de conflictos; y, por último, con el medio natural circundante se abordaría el desarrollo sostenible.

A través de esta metodología, determinados problemas se podrían trabajar con los jóvenes como son el consumo de tabaco, alcohol y drogas; las enfermedades de transmisión sexual; el embarazo precoz; la violencia de género; el acoso escolar y los trastornos de la conducta alimentaria. Para ello, es esencial establecer el objetivo a alcanzar en cada receptor, seleccionando para ello aquellas películas acordes al caso específico, explican las residentes de segundo año.

Por otro lado, la prescripción de películas puede orientarse también a muy diversos receptores como los estudiantes de ciencias de la salud, los profesionales sanitarios en formación o en ejercicio, los pacientes y los familiares.

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