Luis Montes, un defensor de la vida

Prado Sánchez Molero Martin, GRUPO LOCAL DMD CIUDAD REAL.- In memoriam: Luis Montes, activista por una vida y una muerte digna. El jueves 19 de abril falleció Luis Montes, presidente de DMD y defensor infatigable de los derechos y las libertades al final de la vida. Murió de camino a Molina de Segura (Murcia), donde tenía previsto participar de un debate sobre la eutanasia y la despenalización de la eutanasia y a ser libres hasta el final.luis-montes

Luis ha luchado de forma continuada por los derechos ciudadanos: trabajo por una sanidad pública y de calidad: en asociaciones vecinales, ya en los 80 por el derecho al aborto, y por una muerte digna, lo que Luis llamaba derechos de salida.

Luis ha defendido el modelo de una sanidad pública y de calidad, abandonando la práctica de la medicina paternalista, por no decir autoritaria y apostando por unos cuidados participativos de los pacientes, donde el ciudadano fuera el centro del sistema. Con la ley de autonomía del paciente del 2002 que el defendió y explico de forma incansable recordaba que el paciente tiene voz y voto, derecho a la información y a aceptar o renunciar a un tratamiento. El paciente pasaba de ser un sujeto pasivo a expensas de criterio médico a un sujeto activo capaz de cuestionar y decidir qué hacer con su vida.

En el año 2012 Luis nos convocó a los miembros de DMD Ciudad Real, puso la semilla y acudió propulsar y para afianzar nuestro grupo. En Octubre de 2015 compartí con Luis el curso “Derechos al final de la vida y testamento vital” celebrado en el Colegio de Enfermería de Ciudad Real, donde Luis nos desgrano conceptos: Limitación esfuerzo terapéutico(LET), rechazo al tratamiento, sedación paliativa, eutanasia, suicidio asistido..; con un documental sobre la muerte voluntaria en el cine y un posterior coloquio donde con una exquisita pedagogía nos encajó los conceptos con el sufrimiento real de los ciudadanos ante la muerte. Nos recordó: “yo siempre he intentado hacer equipo”, ”mi experiencia es que en este país se muere mal, he estado en muchas comisiones de mortalidad”. Añadiendo “si queremos saber cómo han sido los últimos días de un ciudadano que termina muriendo en un hospital habremos de revisar la parte de la historia clínica de enfermería”. También nos expuso su propuesta de “crear un Observatorio de la Muerte Digna”.

Luis siempre insistía en que se deben tomar las calles, no abandonarlas hasta conseguir nuestros derechos, porque son el terreno natural de todas las conquistas. Luis nos deja un ejemplo de compromiso profesional y político, de gran honestidad, coherencia, generosidad. Por ello considero que es nuestra Rosa Parks en el camino que inicio Ramón Sampedro en la lucha por los derechos ciudadanos al final de la vida.

Luis ha trabajado incansablemente en pro de los fines de la Asociación por Derecho a Morir Dignamente, promoviendo “el derecho de toda persona a disponer con libertad de su cuerpo y de su vida, y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizarla”, así como “defender, de modo especial, el derecho de los enfermos terminales e irreversibles a morir sin sufrimientos, si este es su deseo expreso”.

Luis Montes presidió DMD durante casi una década. Deja un legado de integridad, humanidad, respeto y trabajo incansable por la despenalización de la eutanasia y la libre disposición de la propia vida. La asociación seguirá su trabajo y no parará hasta lograr su objetivo: que la ciudadanía pueda decidir sobre su propio final en libertad.

HASTA SIEMPRE LUIS

Relacionados

62 COMENTARIOS

  1. Nunca le estaremos lo suficiente agradecidos. Un hombre íntegro que solo pensaba en ayudar a los que ya no tenían posibilidades de vida digna.

    Qué pena que gentuza que lo injurió y lo calumnió en vida yq ue no han pagado por ello.

    Que la tierra le sea leve.

        • Ojalá alguien así el día que me toque.

          Los que no estamos bajo el yugo de la religión no hemos venido a sufrir en el momento de la muerte.

          Si tanto gustáis de sufrir, cuando os operen, que se ahorren la anestesia.

        • Estás realmente bajo el yugo de la idiotez.

          Qué manera de simplonear la realidad.

          Nadie o casi nadie llega al ensañamiento terapéutico.

          Se deja morir en paz y con el menor dolor posible. Pero no se fuerzan las cosas.

        • Pues dejándolo en paz.

          Aúnlos médicos no pueden penetrar la conciencia, afortunadamente.

          Manejan las variables físicas.

        • Sigo sin entenderlo, ¿dejarlo en paz qué significa? ¿No aplicarle cuidados paliativos ni alimentacion nasogástrica?

          De todas formas, no me refería a eso, sino a que cómo podemos saber que la muerte es un momento de paz o todo lo contrario, la mayor de nuestras luchas, si no podemos regresar y contarlo.

          Es un misterio, Ángel Manuel, el gran misterio. Nadie puede saberlo, a no ser que se sea un resucitado.

        • Parece que algunos han tenido experiencias al límite de la muerte y sí las han contado, o sí han vuelto como tú dices.

          Gaona publicó acerca de ello, y está el famoso bestseller “Vida después de la vida” de Raymond Moody. Son obras elaboradas con rigor científico porque sus autores son médicos, neurólogos o psiquiatras.

          Pera mi dejarlo en paz significaría no forzar el curso de la naturaleza. Con la muerte el organismo se apaga, ni se debe mantener artificalmente su luz (ensañamiento terapéutico) ni se debe forzar lo que de suyo se apagará solo.

        • Pero es que el ser humano es ser humano desde los tiempos de Caín y Abel porque fuerza el curso de la naturaleza, deberías saberlo, es el nudo gordiano de todas las religiones, nuestra caída, según se ha dicho siempre, tanto que muchos pensamos que el hombre tiene más condición que naturaleza (vgr. Edgar Morin).

          Respecto lo de luz, muchas veces somos rescoldos, cuando no cenizas.

        • Para mí es objetivamente más una cuestión filosófica que religiosa.

          Si hemos o no de reconocer en la condición humana racionalidad a ir contra el instinto de supervivencia.

        • Soy católico, pero la implicación de ello en un momento crítico me la reservo para mí. Es pura SUBJETIVIDAD.

          El planteamiento genérico exige un debate filosófico, pues cuestiono la racionalidad de decidir contra el instinto de supervivencia.

          Hay actos de heroísmo en los que hay personas que se sacrifican por otras, y no es algo racional, espiritual seguramente.

          Decidir quitarse la vida ni es racional ni espiritual, será una decisión libre, pero no creo que deba implicarse a nadie en ello al menos legalmente.

          Desconozco si hay alguien en la cárcel por tal motivo, como por un aborto.

          Estos son debates que encantan a los que los moralistas de la izquierda (y los clérigos). Unos porque el hecho supone un acto de rebeldía frente a la autoridad religiosa de forma un tanto pueril, los otros por darse una autoridad que sólo pueden aspirar ostentar entre los católicos.

          UN DEBATE BASTANTE ESTÉRIL.

  2. Para los gilipollas que sobran en esta sociedad:

    La jefa del registro del testamento vital de Las Palmas muere con dolor en un hospital público.

    Los hijos denuncian que los médicos incumplieron las últimas voluntades de su madre que sufrió ensañamiento terapéutico.

    • Y manifestó revocación el testador de su testamento?

      Porque puede hacerlo.

      Son situaciones tremendamente complejas que no pueden simplonearse.

      • A ver si nos enteramos, para los que NO estamos sometidos a la religión la vida es nuestra, y la forma de morir, también. Y la Ley está de nuestro lado con el Testamento Vital y pronto, espero, con la eutanasia.

        Sin injerencias de ningún tipo. Nadie mata a nadie. Simplemente te dejan morir sin sufrimiento porque es tu voluntad. No la de un ente invisible que nadie ha visto jamás.

        Por favor, un poquito de comprensión lectora: Nadie mata a Nadie.

        • Pero qué simple lo ves.

          Eres muy simple tambien.

          Te dejan morir…??

          Pero si eso no es eutanasia !!!!

          Ahí va a estar Dios para engancharte a la máquina y darte analgésicos de por vida.

          Pero qué atrevida es la idiotez.

      • Querellables somos todos.

        Todos decimos cosas de las que podemos arrepentirnos.

        Fíjate tú, que eso también puede pasar cuando uno se decide por la eutanasia mucho antes de que tenga que verse en la tesitura extrema.

        Los testamentos se revocan liberrimamente.

  3. No me extraña que la izquierda ensalce y homenajee a este sujeto. Es el paradigma de la moral izquierdista. Se empeñan en obligarnos a hacer cosas por nuestro bien y, llegado el caso, nos matan si nos negamos a ser salvados. Su conciencia no sufre. Los equivocados somos nosotros, ellos lo hacen por nuestro bien.

        • Tú puedes morir como yo, como nos de la gana.

          Pero que la ley no le diga al médico que él tome la decisión, porque eso es lo que pasa cuando uno puede haber decidido…sin posibilidad de desdecirse. QUE ES LO QUE REALMENTE INQUIETA.

          Hay mucho gasto sanitario, y el sistema no se lo pensaría, que es lo que está pasando en Holanda con la eutanasia, que se multiplican las quejas de muertes un tanto prematuras.

          Así saltó el escándalo de este Luis Montes.

  4. Dejando de lado las intrincadas cuestiones éticas que orbitan en la eutanasia, cuando se debate sobre la procedencia religiosa del tabú, a mí me conmueve recordar una tremenda figura que existió entre judíos conversos portugueses, y también españoles refugiados en el país vecino tras su expulsión en 1492 (como el matemático Abraham Zacuto o el doblemente vilipendiado, en vida y póstumamente, médico y botánico, cuando medicina y botánica iban cogidas de la mano, no como ahora, García de Orta), una figura, digo, conocida como abafador. Los falantes asturleoneses saben que, en su lengua, «abafar» significa asfixiar, igual que en portugués. El abafador, con el consentimiento de la familia y de la comunidad, era el encargado de asfixiar al moribundo cuando ya se daba por sentado que no había nada que hacer. ¿Por qué se hacía? ¿Para evitar sufrimiento al interfecto? No. La razón era más perentoria, si cabe: se precavían así de que el agonizante cantase al cura que iba a darle la extremaunción y expusiese a los que continuaban secretamente la fe mosaica.

    Miguel Torga, que es a las letras lusas lo que Delibes es a las españolas, lo narra en su cuento O Alma-Grande, «El Almagrande», pues efectivamente solo un alma grande podría hacer de antagonista del verdugo o torturador.

  5. La despenalización de la eutanasia se fundamenta en preceptos constitucionales como la dignidad de la persona y el derecho a decidir libremente.
    Hay que avanzar en la consolidación de los derechos y libertades civiles. Y la eutanasia es un derecho subjetivo.
    Este derecho debe regularse de un modo ampliamente garantista, constatando que la solicitud de ejercerlo es voluntaria, informada, consentida y libre.
    En España, siete parlamentos autonómicos han pedido su regulación. Varios estados norteamericanos, Alemania, Suiza, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá o Colombia, entre otros, tienen reconocido el derecho a la eutanasia.
    Hagamos legal el último derecho…..

    • Derecho legal pero natural.

      No hay racionalidad que sustente ir contra el instinto de supervivencia.

      Ni los derechos son absolutos. La objeción de conciencia ampara al médico.

      Y éste tipo de derechos siempre chocan con eso cuando dicha objeción de conciencia no se reconoce por el legislador. Entonces hablamos de abuso de derecho.

      Con ello categorizamos a médicos que se saltan su juramento hipocrático de los que no. Creamos un problema profesional.

      Y está la inquietante situación de no garantizar que la decisión pueda ser revocada cuando la conciencia del enfermo esté viva y no pueda expresarse.

      Por eso en Holanda han aparecido numerosas quejas y se han levantado numerosas suspicacias.

      No es tan sencillo obviar las cuestiones éticas implicadas.

      En caso de duda pro vida.

      Y recelo mucho de esa cultura de reconocimiento de derechos que obvia el ejercicio de la objeción de conciencia, tema que nunca que se saca porque compromete la posición de los derechos de un individuo comprometen los de los demás.

  6. Pero tú no estás hablando de ética, sino de moral. La ética apela al individuo, la moral es una construcción social que puede hacerse con adobes éticos o, a menudo, de otros materiales, como es el caso, con tabúes religiosos.

        • Pregunta capciosa; lee bien porque yo no he dicho que la moral caiga del cielo, sino que la construimos los seres humanos con elementos que en muchas ocasiones son más prescripciones dogmáticas que éticas. Por eso decimos que nuestra moral, la occidental, es judeocristiana. Algo básico e incuestionable. Tampoco quiere eso decir que la moral no tenga ética, sino que no sólo se compone de ética. Espero habértelo aclarado.

        • Moral de Mos moris, costumbre social.

          No veas sólo lo que te interesa. Hay moral no judeocristiana, de hecho se ha construido durante décadas una ideología de género por ejemplo que es moral social no judeocristiana.

        • Exacto, y muchas costumbres sociales no tienen nada de ético, como la ablación de clítoris (nada judeocristiano) o el derecho de pernada (costumbre gótica y occidental, ya en desuso, afortunadamente).

          Sé claro, Ángel Manuel, ¿quieres decirnos que en la eutanasia no pesa un precepto moral judeocristiano que dice que de la vida sólo puede disponer Dios? ¿Habría algún inconveniente ético, si no fuera por ese precepto, que nos impidiera ayudar a morir a quien libre, voluntaria y conscientemente nos lo pide porque no quiere sufrir más? ¿Por qué, entonces, lo hacemos con los animales, que no pueden hablarnos, y no con los personas? ¿Por qué Dios ha querido que sea tan fácil suicidarse? Nadie, excepto uno mismo, tendría que decidir por otro la cantidad de dolor que esté dispuesto a soportar. Lo contrario es tortura.

          Esta es mi opinión. No tengo nada más que decir.

        • Cuando contamos con numerosos analgésicos llama la atención que alguien pueda en nuestro sistema sanitario que sufrir de forma gratuita el dolor al que te refieres.

          No he expuesto una argumentación religiosa sino filosófica para defender mi posición.

          No hay racionalidad en ir contra el instinto de supervivencia.

          Creo que ya es la tercera vez que lo digo.

          Para mí el criterio religioso es fundamentalmente subjetivo. Habrá personas que lo compartan y otros que no.

          La defensa de nuestra especie, la defensa pues de la vida, realidad en la que se despliega todo el haz de cualidades del ser humano, es por ello un valor que considero absoluto, pues es un principio vertebrador de la dignidad de nuestra especie, que valora su existencia como algo supremo e irrenunciable. Algo común por cierto en el resto de las especies.

          De eso se parte. De en qué medida valoramos nuestra existencia para valorar cómo morimos.

          Porque aquí puede haber un trasfondo ni filosófico ni religioso que realmente es el que está viciando el debate. Un pesimismo antropológico, un anti-humanismo que está contaminando nuestra cultura con una degradación del valor de la vida porque sencillamente a ello se llega cuando se carece de vida espiritual o sentido de la vida.

          Y esto es lo que hay.

          Que se quiere que otro tome parte de esa tragedia (el Estado o la sociedad) para aliviar la pesada carga de tener que arrastrarla sólo desde la conciencia.

          Falsa compasión.

        • Y falsa dignidad.

          El ensañamiento terapéutico es inadmisible, y reivindicar un derecho para al final querer hacer a otro cómplice de una tragedia existencial tambien. Yo no me prestaría en absoluto.

          Para esa vía está ya el suicidio.

          Hay cosas tan radicalmente íntimas y libres que sólo las puede hacer uno sólo, y contra la razón y el instinto.

        • Hay mucha palabrería en torno a este asunto que muestra una nula capacidad de reflexión.

          Existe además un cierto fundamentalismo de los derechos que es todo menos racional.

          Un subjetivismo realmente irracional.

          Y eso no es propio de la especie humana que es pensante.

          Un placer debatir contigo Intercolumno.

          Un buen interlocutor es un lujo que raramente se disfruta.

        • Hablas sin conocimiento de causa, porque hay enfermedades para las que no existen analgésicos que calmen su dolor, como ocurrió con la de mi padre. Y también hablas con mucha autoridad o convencimiento, como si hubieras cuidado a muchos enfermos terminales. Te pregunto ¿cuál es tu experiencia para estar tan seguro de lo que dices?

        • Y es relativamente fácil dejarse morir.

          Hay gente que lo disimula muy bien.

          No pide a nadie que le ayude a morir, simplemente dejan de tomar la medicación o se callan cuando la enfermedad se complica o pasan por otra.

        • Mi padre murió de alzheimer tras 10 años de enfermedad. Los tres últimos meses fueron terribles, el único analgésico eficaz era morfina, pero sabíamos que de ponérsela el cuerpo y el sistema inmunologico se relajarían y cedería al dolor, es decir moriría, como así fue tras ponerle dos parches. Sufrimos mucho, él y mi familia, especialmente mi madre y yo que fuimos sus cuidadores. Yo tengo probabilidad de heredar esa enfermedad. Sólo me gustaría poder decidir, ante notario y que fuera legal, que ni yo ni mi familia tenga que pasar por aquello, porque eso no es vida, sino, como te decía antes, rescoldos, cenizas calientes, residuos del 5% de la vida de mi padre.

          Podría contar muchos más detalles, pero no es el sitio adecuado para hacerlo, ni tampoco quiero que me lean familias que están pasando por esa situación, a las que le mando todo mi cariño.

        • El miedo al sufrimiento es muy humano.

          Y un testamento no lo va a evitar.

          Ni eso ni el miedo a morir.

          Porque detrás del sufrimiento está la muerte. La mayor experiencia de soledad del ser humano.

          Y eso es una tragedia que no debe compartirse.

          Tú harás lo que te de la gana. Por supuesto. Cómo yo.

        • Sé que siempre quieres llevar la razón, aunque quede de manifiesto que no la llevas, y que también quieres tener siempre la última palabra, pero tenía que decirte que te equivocas con tu última frase: tú sí puedes hacer lo que te dé la gana; yo no puedo hacer lo que me dé la gana, a riesgo de que, condenéis e injuriéis al «almagrande» que quiera auxiliarme, como seguís haciendo con el médico humanista Luis Montes.

        • Evidentemente no estoy de acuerdo contigo y lo he argumentado.

          Es muy sano discrepar… racionalmente.

          El almagrande que quiera ayudar a otro a morir, como a abortar, allá con su conciencia.

          A nadie conozco que esté en la cárcel por ello.

          Mi opinión de Luis Montes es pésima, y eso es algo que es muy libre de pensarse.

  7. Palabrería de vendedores de crecepelos con una sola misión: seguir controlando las vidas de quienes no les hemos dado permiso para meterse en ellas.

    Pelmazos!

    • Coño habló el inquisidor por excelencia.

      Tú que siempre te has subido de forma ridícula al púlpito con esa superioridad moral que te arrogaspor ser de izquierdas, y vas dando lecciones de lo que es progresista y bueno, y cavernario y malo, y encima quieres imponerlo en el BOE.

      AAAAAMOSSSSSS.

    • Hobbes, se puede hablar, se debe hablar, con personas que piensan distinto a uno. ¿No es lo que se pide desde la izquierda para el tema de Cataluña?

      Lo fácil es hablar con personas que piensan igual.

      Un saludo, de toda formas.

      • Todo depende de a quién se tenga enfrente y su honestidad intelectual.

        Y ésta es casi inexistente en un debate ideológico hoy por hoy.

        Las ideologías son adecuadas para justificar cualquier adaptación de la realidad a la ficción en la que uno vive. Algo por cierto muy facha.

        Piensan por uno pero no dejan pensar.

        No pidas imposibles.

        El que no sirve para debatir, mejor le echen al fuego.

    • Pelmazos? Dos personas con ideas distintas debaten sin insultarse ni faltarse al respeto y tu los llamas pelmazos? Pues a mi me ha parecido interesante y ojalá cunda el ejemplo porque falta hace.

      • Creo, Miguel, que ya sabes a qué me refiero si sueles estar por aauí. No hay cosa que más me guste que el sano debate. Pero aquí no hay debate, hay obsesión y persecución. El que quiera entenderlo, que lo entienda. Yo, como sabéis ya no entro ni respondo a ese individuo.

        Evidentemente estamos en una sociedad moderna donde cada uno debe poder morir como quiera. Si a alguno os apetece morir crucificados para así llegar mejor al cielo, yo mismo os pongo los clavos, pero no es de recibo que a estas alturas del cuento haya que estar sometidos a la conciencia religiosa de nada ni de nadie en un tema tan serio.

        La muerte es un hecho inevitable y, quien NO quiera sufrir debe tener el apoyo médico para evitar el dolor, el paciente y su familia. Poco más puedo decir. O si, que la vida es algo que deciden dar unos padres, o una madre en solitario, y también debe poder decidir si lo hace o no. 2018 no es el 1478, cuando se fundó la Inquisición.

        Respeto absolutamente la conciencia del personal sanitario que no quiera ayudar en eutanasias o abortos voluntarios, pero el sistema público debe tener siempre, las 24 horas, personal sanitario que sí esté dispuesto a ayudar a los pacientes. Y, por favor, dejen ya de querer manipular la vida de los que NO tenemos necesidad de creer en cosas que no se ven. O acaso no tenemos derechos?

        • Pues de todo eso estaban debatiendo, podías haberte identificado con una de las dos opiniones si piensas así, pero les has llamado pelmazos. Te recuerdo cuando batiste el record de comentarios, más de 600, con Angel Manuel? Aquello que fue, alta diplomacia? Te has pasao, reconocelo, quedarías mejor, pero parece que hay que pedirte permiso a ti para hablar y de que hablar aquí. Respeta a la gente.

  8. Intercolumno, te respondo aquí, porque es imposible donde has escrito. Ya está emponzoñado. Si a lo que dices. Y creo que ni siquiera hace falta que te lo diga. No crees? O acaso no ves lo que hay.

    Saludos.

  9. Más fascinante y más escasa en el universo que la muerte, que no es nada, es la vida. Y hay muchas formas de ella, imposibles de conocer, incluso más allá de esta que siendo presente y cercana no conocemos. Si ahora mismo ignoramos la vida de los demás, y a veces incluso la nuestra, es acertado suponer que ignoramos otras más allá. Porque la postura más correcta ante temas tan difíciles de conocer es la humildad. Nos empeñamos en ignorar que ignoramos, y eso no es conocimiento.

      • Pues que nunca hay que cerrar puertas a la esperanza.

        La sin salida es inhumana y carente de sentido.

        Porque habrá cosas que no tienen explicación, pero no por ello han de carecer de sentido. Y la muerte es una de ellas.

Responder a Censor Cancelar comentario

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img