Alarcos revive la batalla de 1195

Especialistas de la Universidad de Zaragoza han tomado el cerro de Alarcos este fin de semana con el fin de recrear aspectos relacionados con la batalla que en este enclave acaeció en julio de 1195, y de la que resultaron derrotadas las tropas castellanas de Alfonso VIII. Una decena de docentes, historiadores, actores y aficionados a la recreación histórica explicarán cuáles eran las tácticas de guerra a finales del siglo XII, cómo se realizaban los combates, la logística de aquellas campañas o el reclutamiento de las tropas.

Recreación Alarcos 1195 Universidad de Zaragoza - 2Las actividades corren a cargo de la spin-off Laboratorio de Desarrollo de la Universidad de Zaragoza, un proyecto dedicado a reconstruir la historia con fines didácticos y divulgativos. El equipo está integrado por varias asociaciones y dieciséis miembros, de los que una decena se ha desplazado hoy a la capital para tomar parte en este evento que forma parte de la programación de la III Semana Histórica de Ciudad Real.

Darío Español, uno de los participantes comenta que se hará hincapié en aspectos que suelen abordarse menos habitualmente, como la vida cotidiana, cómo se iba a la guerra, cómo se vestía un caballero, las técnicas de combate, estrategias, y por qué ganaron los almohades en Alarcos en 1195, con una técnica completamente distinta a la de los cristianos, aunque no les sirvió años después en las Navas de Tolosa.

Las tácticas almohades, apuntaba Español, fueron las mismas que, cuatrocientos años después, llevaron a la infantería española, a sus tercios, a ser la más poderosa del mundo conocido. Básicamente consistía en emplear una infantería con armas de asta muy bien compenetrada, de tal forma que los arqueros, quienes de verdad atacaban, se pudieran guarecer detrás de ellos. Cuando la caballería atacaba, los arqueros se colocaban entre las lanzas para protegerse. Siglos después, los tercios utilizarían las grandes picas de seis metros, mientras los arcabuceros disparaban. Por su parte, la caballería cristina utilizaba su potente fuerza de choque, como se hacía prácticamente en toda Europa: líneas de caballeros bien estructuradas, que cogían velocidad a unos sesenta metros del enemigo y que chocando trataban de romper las filas, destruir el centro y después reorganizarse para volver a atacar. Era fundamental que no quedaran atrapados entre las líneas enemigas, “que fue lo que les sucedió a los castellanos”, porque en esa tesitura tenían todas las de perder. “En Alarcos no les salió bien, trataron de cargar contra uno de los flancos que creían más débil y acabaron rodeados y acabaran con ellos”, explica.

Por otro lado, se ha recreado una capilla románica de campaña, como en la que pudo rezar el rey Alfonso VIII momentos antes de presentar batalla a los almohades. Además, otra de las tiendas montada en Alarcos acoge una protocancillería, que servía para organizar los ejércitos en la Edad Media. Entre otros talleres, mañana se vestirá al Rey Alfonso VIII, con hasta 45 kilos de peso, entre ropa, armas y armadura y se realizarán demostraciones de combate con armas de la época.

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1 COMENTARIO

  1. Es cierto que la guerra medieval se basó principalmente en la toma de fortalezas y zonas de recursos del enemigo; era una guerra estática, de posiciones, y no de maniobras……

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