Postales de verano 11

postales-desde-itacaQuerida amiga:
No he podido escribirte antes porque entre cachopo y sidra no encuentro el momento.
Aquí también estamos con la ola de calor, pero, como yo soy muy tradicional, duermo con edredón… y la ventana abierta, claro.
Esta mañana he mirado por la ventana del salón y me he venido arriba al ver que la montaña estaba cubierta de nubes. Pero, maja, al volver a mi habitación resulta que hay un solazo impresionante y nos va a tocar ir a la playa otra vez. Y no creas que la casa es grande, es que esta tierra es de contrastes, así a lo bestia.
El caso es que ayer me acordé de ti mientras tomaba el sol en la playa. Pero, como luego me apreté unas fabes con almejas, porque, chica, ya sabes que yo soy costumbrista, al volver después a la playa, yo no sé si fue por la ola de calor, el solecito o la arena fresquita, que me quedé sopas, como una marmota. Me jorobó la siesta un señor que se puso a gritar que se avecinaba tormenta porque oía los truenos, aunque el cielo estaba despejado. Yo hilé fino y supuse que se refería a mis ronquidos o a las fabes digeridas, pero disimulé bien, no creas, mirando al cielo como todos los demás.
Este año no me he complicado al hacer la maleta, que ya sabes que luego, no sé por qué, la ropa en el norte me encoge mucho. Yo creo que es por las lluvias dispersas. ¿Te acuerdas de Demis Roussos? Pues, hija, le he copiado el estilismo de las túnicas y tan a gustito. Que me como un cachopo, sin problema con el cinturón; que me aprieto una fabada, pues nada de desabrocharte un botón del pantalón. El mejor invento, lo de las túnicas, chica. Poco estiloso, eso sí, pero no se puede tener todo.
También me he traído una rebequilla, que, siendo como soy de tradiciones, me la pongo por las noches aunque me vaya a coger el sarampión, porque ¡vaya calor!
Bueno, amiga, de vez en cuando paro de escribirte para tomar un culín de sidra, por no deshidratarme y por acompañar al Cabrales. Que me he inventado una nueva tradición: beber botellas pares. Tengo que perfeccionar la técnica o apuntarme a clases de Matemáticas, porque al final, cuando voy a pagar, me sale impar y me tengo que pedir una más, por ser fiel a la costumbre, nada más.
Te dejo, que me voy a la playa y creo que hoy también se avecina tormenta de esas sin nubes. 😉

Besines,
Bea

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Beatriz Abeleira

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3 COMENTARIOS

  1. Con estos calores de La Mancha, se agradece un relato refrescante y desenfadado.
    La verdad es que me encanta Asturias. Suelo visitar muy a menudo esta Comunidad por diversas razones y, para mí, Oviedo es la capital de provincia más bonita de España.
    No olvidemos la playa de arena dorada de San Lorenzo en Gijón. Una maravilla. Bueno, la playa de Poniente también está bien.
    Bien es cierto que las túnicas o camisas largas son ideales para ir a la playa o, al menos, deberían serlo. Son atemporales, mágicas, versátiles y excéntricas.
    Realmente, yo recuerdo a Demis Roussos con aquella melena, barba y enormes túnicas y me parecía ‘Sandokán’. Aunque hay que reconocer que tenía una potente voz y fue el mayor exponente del ‘kitsch mediterráneo’.
    Bueno, no quiero enrollarme más. A disfrutar y ‘forever and ever’…..

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