Cuadernos o Cuadernos de la Mancha, cincuenta tomos

Jesús Millán Muñoz.- Cuando una obra cultural, como la que comentamos, consta o ha llegado a cincuenta tomos, casi cuarenta y nueve mil páginas, aproximadamente veintidós millones de palabras, en su dimensión escrita. Quizás haya que realizar una serie de reflexiones, del por qué de su existencia, y de por qué, hasta ahora, es como si no existiese en los vericuetos de los laberintos culturales.

                        – Se intentó desde hace décadas, como una especie de epopeya, en el que se narrase, algo de los vericuetos interiores y exteriores del ser humano. Para eso se combinaron, a imitación del Ulises de Joyce, salvando las distancias, se combinaron en una única obra, un único título, por voluntad del autor-recopilador-escribidor-escribiente-escritor-pensador-filósofo, por la libertad del escritor, como diría Umbral, la literatura como el único terreno de la libertad.

                        Indicaba que en esta obra se han combinado y mezclado todos los géneros literarios y filosóficos, esencialmente, más otros géneros de otras ramas del saber. Pero todo y todos formando como un gran edificio, similar a una especie de catedral-rascacielos-palacio-monasterio, es decir, un solo edificio con multitud de habitaciones, pasillos, ventanas, paredes, etc., que conforman la totalidad y la unidad de dicha obra.

                        Ciertamente, en tal cantidad de frases, ideas, palabras, imágenes, metáforas, temas, cuestiones, enunciados; en tal cantidad de lenguajes y estilos diferentes y diversos y, en tal cantidad de temáticas, de perspectivas, dimensiones, ópticas, etc., existirán, estimo, algunas páginas que sean notables, la mayoría normales, y muchas quizás, deficientes.

                        Pero esos distintos niveles de estructuración conceptual y de significado, está ya pensada desde el principio. Este es una especie de edificio orgánico cultural e intelectual. Está adrede, se deja, diríamos todo tipo de temáticas, se deja todo tipo de estilos, se deja todo tipo de contenidos y de estéticas y de valoraciones de todas ellas. Es decir, como en el arte plástico, lo defectuoso es arte, creo que en la escritura-literatura, también se debe aplicar el mismo concepto. Lo defectuoso, lo no-terminado, lo inconsciente, lo colectivo, los temas que apenas importan, cuestiones rutinarias, y al mismo tiempo, aspectos de gran profundidad, a y en muchos niveles, incluso metafísicos-espirituales-religiosos, y multitud de temas filosóficos, desde luego, con muchos aspectos de matices de ciencias y ciencias sociales…

                        A todo esto, esta obra, forma una unidad, con toda la producción plástica, que el autor ha realizado, formando una unidad mental u obra total. Pero esto, en otro artículo lo trataremos.

                        – ¿Por qué esta producción cultural, que contiene tal miríada de temas, de estilos, de géneros literarios y subliterarios, por qué no existe, no es visible, cómo ahora se indicaría, ni en su totalidad, ni en algunas de sus dimensiones, sea la novela, el teatro, la poesía, la filosofía, el ensayo, los artículos, etc., a la cultura coetánea, sea a nivel local, provincial, regional, nacional…?

                        ¿Por qué una obra de tal cantidad de palabras, frases o ideas o enunciados, todo formando una unidad, porque así lo ha querido el recopilador-autor-pensador, ni en su totalidad, ni en ninguna de sus partes o dimensiones tiene, ni siquiera una mínima acogida por parte de sus coetáneos…? ¿Al menos, que sea una producción más entre las mil o miles que existan o existen en los diversos ámbitos territoriales existentes y disciplinas…?

                        De estos cincuenta tomos, aproximadamente, se han ido autoeditando, en ediciones muy modestas, sin ánimo de lucro o de venta, unos treinta, unos treinta mil páginas… ¿pero por qué al mostrar al público, académico y no académico, tal cantidad de trabajo y de producción, por qué, aunque sea la obra con menos calidad de todas las existentes, de todos los tiempos, por qué, no puede estar, aunque sea en el último lugar de la cultura, junto a las demás…?

                        ¿O dicho de otro modo, por qué la poesía inserta en esa obra, no se considera, y ni siquiera está en el último lugar de la fila, pero al menos que esté, la novela, la filosofía o el ensayo o los fragmentos o el teatro o…?

                        No es la intención de hacer una queja, o de simplemente realizar una queja, sino de intentar entender o comprender, por qué la industria cultural actual, pública y privada, por qué, esta obra, se le silencia tanto, por qué si se realizan antologías, directorios, diccionarios de ámbito territorial localizado, dónde está obra ha surgido y ha nacido, jamás se menciona esta obra, por qué se pueden indicar que existen obras de cien o quinientos autores, es decir, cientos de obras de todos esos autores, que se merecen estar, y no niego su valor, incluso más valor que esta obra, y por qué esta obra, esta producción cultural, que al menos, en el tamaño es única en el mundo, quizás, una de las tres más extensas de todos los tiempos y culturas y lenguas, por qué esta producción es inexistente.

                        Porqué esta obra nunca se menciona. Aunque sea en el último lugar, o según los diversos aspectos o géneros… Por qué esta obra, no merece, ni el pan, ni la sal, ni la tierra, ni el aire, incluso admitiendo que sea la obra de menos calidad de todas las que han realizado los millones de seres humanos que se han dedicado a esto.

                        No es suficiente consuelo que se le diga al recopilador-escritor, que si estuviese escrita en catalán o inglés o alemán o vasco o gallego o francés esta obra, con la misma calidad, tendría, al menos un pequeño lugar, en el mar-volcán de la cultura. No es consuelo, pero quizás sea un dato a pensar, y quizás sea la verdad…

                        Esta obra, en su dimensión escrita, en otro lugar, mencionaremos la perspectiva plástica, en su dimensión escrita, ha llegado a los cincuenta tomos, cincuenta mil páginas, veintidós millones de palabras aproximadamente, una obra, de un único autor, un único título, no como obras completas. Una de las tres obras más extensas, al menos en número de palabras de todos los tiempos y culturas y lenguas.

                        Esta obra-libro-título, es como si no existiese, es como si no se hubiese hecho, es inexistente en el mundo de la cultura, nunca ninguna mención, nunca ningún enlace en la parte que está en Internet, nunca ninguna mención por alguna revista, de las cientos existentes en el mundo de la filosofía o de la literatura o de la filosofía de la religión o del arte plástico o…                  

                        ¡Hasta que suceda lo que sucederá, que se irá perdiendo y destruyendo, como en parte de la dimensión plástica que está repartida por el mundo, posiblemente ya haya sucedido, y, después, dirán que nunca ha existido, o que el escribiente exageraba…!

                        ¡Más vale que me hubiese dedicado a criar y vender tomates, que no a criar y buscar ideas y conceptos y preguntas y, plasmarlos en palabras y frases y dibujos y pinturas…!

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