El asalto al palacio episcopal de Ciudad Real de marzo de 1939

La Guerra Civil en Ciudad Real acabó en una batalla entre facciones ideológicas de un mismo bando el 11 de marzo de 1939, al tomar por asalto y ametrallamiento el Palacio del Obispado que era la sede del Partido Comunista de España, conocido popularmente en la época por “el palacio rojo” por parte de las fuerzas socialistas del Ejército Popular de la República dirigidas por el ex coronel de la Guardia Civil de Ceuta Antonio Escobar Huertas.

En ese momento General del ejército popular de la república estaba estacionado en la provincia de Ciudad Real con el nombre de Ejército de Extremadura y con Cuartel General en el casino de Ciudad Real. El General Escobar, siguiendo las órdenes emitidas desde Madrid por el coronel de caballería Segismundo Casado, tenía idea de acabar con el predominio del PCE e intentar pactar una paz con Franco y así acabar la guerra.

Detalle de los impactos de una ametralladora rusa Maxim en el enrejado de una ventana del palacio episcopal, disparada la ráfaga desde la torre de la iglesia de San Pedro. Foto: Antonio José Martín de Consuegra Gómez

Siguiendo las directrices desde Madrid del Coronel Casado, el general Escobar se dispuso a acabar por la fuerza con el poder del PCE en Ciudad Real para lo cual sin previo aviso mando a sus tropas situar ametralladoras en las torres de la Catedral y de la iglesia de San Pedro, para así tener acorralados bajo la amenaza de fuego cruzado a los milicianos del PCE que se habían parapetado en el palacio episcopal y cubierto las ventanas con sacos terreros y de legumbres.

Lugar por el que penetró el carro de combate soviético T-26 foto AJM

Ante las órdenes de rendirse y entregarse al ejército del general Escobar, fueron contestados con disparos y negativas lo que desencadenó un tiroteo entre ambas fuerzas contendientes desde las calles aledañas e incluso desde el cercano edificio de los jesuitas de la calle Caballeros, que terminó  varios minutos después con el asalto al Palacio episcopal por parte de 2 carros de combate de las fuerzas del general Escobar, desde el lateral de la calle Camarín entrando por el huerto de dicho palacio, lo que es visible hoy en día en la fachada.

Primero se posicionó uno de ellos conminando a la rendición y el oficial que salió de la torre para parlamentar fue disparado y herido, lo que precipitó el asalto del otro carro y de este por la puerta principal que derribó y facilitó la entrada de la infantería, con el resultado final de varios muertos y prisioneros los principales dirigentes del PCE y JSU de Ciudad Real. Su jefe, Benigno Cardeñoso fue fusilado, según testimonio presencial recogido por este autor, en el patio del Palacio del Obispado después de su toma, junto a su hija y su yerno.

Otra demostración de la gran potencia de fuego, que literalmente segó vidas e impidió ni tan siquiera “asomar la cabeza” como narró a este autor un testigo presencial, foto Antonio José Martín, AJM, Testimonio Juan Gómez

El resto fueron tomados prisioneros y llevados a la cárcel de Ciudad Real donde esperarían juicio. Allí les sorprendió el final de la guerra varios días después.

Así quedó sellado el final del gobierno republicano en Ciudad Real, tutelado por el general Antonio Escobar hasta que este se rindió en las cercanías del matadero municipal de Ciudad Real al general de la Legión Juan Yagüe, el 26 de marzo de 1939.

Carro de Combate soviético T-26 igual a los 2 empleados en el asalto del Palacio Episcopal

En total los muertos llenaron la calle Caballeros y la calle Ramón y Cajal pues intentaron llegar refuerzos durante los inicios del tiroteo que fueron masacrados por el fuego de la ametralladora de la torre de la iglesia de San Pedro

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Historia e Historias de Ciudad Real 
Antonio José Martín de Consuegra Gómez
https://ciudadreal.wordpress.com/

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12 COMENTARIOS

    • Ni que lo digas. Rara es la semana que el ayuntamiento en el que estás no hace un homenaje a ESCORIA QUE ASESINÓ,VIOLO Y MATO A MILES. ESO ES EL NUEVO PSOE COMUNISTA DE SANCHEZ. HASTA APOYA A LOS TERRORISTAS QUE MATARON A MUCHOS COMPAÑEROS SUYOS. PERO A EL SOLO LE IMPORTA EL PODER Y EL FALCON, POR SUPUESTO.

  1. La guerra interna en la retaguardia republicana se llevó por delante a miles de republicanos en toda España y no solo en el último año de guerra.

    Anarquistas contra comunistas, comunistas estalinistas contra trotskistas, comunistas contra anarquistas, ambos contra el gobierno de la República…o contra republicanos que no eran ni anarquistas ni comunistas. También contra los separatistas vascos y catalanes.

    Un desastre, y una de las más certeras causas de que perdieran la guerra civil.

    El armamento soviético era de primera, y gozaron de mucho material bélico.

    La ayuda alemana e italiana a Franco fue inferior en calidad y cantidad, pues el ejército se situó fiel a la República en su mayor parte.

    Hay muchos mitos falsos respecto a la explicación de por qué los republicanos perdieron la guerra.

    Gobierno y ejército republicanos fueron indisciplinados. Se llegaron a preocupar más de las divisiones internas y de cómo hacerse con botines por el pillaje, que por ganar la guerra.

    • 80 años despues, los partidos que abogan por la república siguen igual, tirándose los trastos a la cabeza entre ellos.

      Que tendrá la izquierda que somos mas de piolet que de compartir y ceder…gran incongruencia.

    • Españoles contra bolcheviques fanatizados. Lo de Casado fue un acto de patriotismo, querido Ángel. El miserable de Negrín quería alargar la guerra para unirla y uncirla a la guerra mundial en ciernes. Les daba igual el hambre y la penas que debía soportar la población bajo su dominio y que las levas quedaran desiertas y hubiera que reclutar a los mozos con amenazas de represalia a sus familias. Eran unos criminales que sólo querían implantar una dictadura al modo soviético. Gentuza que a Dios gracias no triunfaron y nos dejaron 40 años de franquismo como herencia. Ni en veinte vidas pagarían todo el daño que hicieron a los españoles. Ahora, por mor de la ley de memoria histórica, son santos que jamás cometieron pecado.

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