Errejón / Kichi

Iñigo Errejón ha anunciado que se presenta a las elecciones autonómicas de 2019 bajo la marca Más Madrid (la misma de Manuela Carmena para el Ayuntamiento de Madrid en 2019) y en Podemos se ha desatado la tormenta (la penúltima). Iglesias, Montero, Echenique, y otros tantos se rasgan las vestiduras ante lo que de un modo u otro califican como una traición. Yo creo que otra conclusión menos simplista es posible.

El concepto raíz de Podemos, lo que en su momento se llamó la nueva política – antes de que esta etiqueta sirviera de paraguas para toda clase de partidos emergentes – era sencillo: Podemos no aspiraba a ser un partido, sino una plataforma de confluencia para un amplio sector de la ciudadanía, “indignada”, desmovilizada, desconfiada de las propuestas políticas de los representantes políticos de entonces. Su conversión en partido se realizó por “imperativo legal” para concurrir a las elecciones europeas de 2014.

Decir que el programa electoral de Podemos para las Elecciones Europeas de 2014 era comunista, más que una simplificación, sería faltar a la verdad, aunque su punto más polémico (aparte de propugnar la salida de España de la OTAN ¿?) era la defensa de la renta básica.El programa electoral de Izquierda Unida para dichas elecciones no era muy diferente en el fondo, pero sí en la forma: su lectura completa no es apta para neófitos. Tampoco pasa nada, el universo de sufragistas activos españoles no se caracteriza precisamente por leerse los programas electorales antes de decidir su voto. Así pues, si no era cuestión de fondo, era de formas. O sea, para votar un programa que aportaba poca novedad respecto de lo que ya había, no hacía falta montar semejante tinglado. Si se hizo, es porque había una enorme multitud que no se veía representada por IU, un partido con todos los vicios y atributos, orgánicos e inmóviles, de los partidos de la vieja política. La lucha entre ambas formaciones que vendrá después, por ocupar una mejor posición en el mercado electoral, y la posterior (inevitable) confluencia, serán capítulo aparte.

Pero aquello del imperativo legal pasó pronto a mejor vida: no tardó mucho Podemos en adoptar las maneras de los “viejos partidos”. La presencia mediática de Pablo Iglesias, previa al nacimiento del partido, impulsó su liderazgo personalista casi de forma indiscutible desde el principio. El Congreso de Vistalegre 1, en octubre de 2014, sirvió para disolver cualquier atisbo de integración de ciudadanos comunes (aquellos que creyeron en la nueva política) en las estructuras orgánicas del partido, las cuales se integraron con los miembros de la lista cerrada del grupo de Pablo Iglesias, llamada Claro que podemos, la más votada. Igual suerte sucedió en la mayoría de las regiones,con las listas que participaban con la misma etiqueta en las elecciones primarias de Podemos, como la de José García Molina en Castilla-La Mancha.

Como era imposible controlar la acción de la gente por toda España, decidieron que la representación del partido en ámbitos territoriales no la formarían las agrupaciones locales de militantes, sino solo sus ejecutivas locales y regionales (ni siquiera provinciales): no habría militancia, solo inscritos, con el único derecho a ser consultados telemáticamente para temas importantes (como la alianza electoral de 2016 con Izquierda Unida o la compra de la vivienda del matrimonio Iglesias-Montero). Había razones para no confiar en quien no se conoce: mucha gente común que se asomaba las reuniones de los círculos por toda España, pudo comprobar la enorme acritud que provocaban las luchas internas de esta particular comunidad de vecinos. Sin embargo, la norma adoptada resulta excesivamente tajante.

Tampoco era posible que el recién nacido aparato pudiera controlar las candidaturas localesde toda España, y Podemos no concurrió a las elecciones municipales, sino que promovió la creación de candidaturas de unidad popular en aquellas poblaciones que pudieron: la LOREG establece una recogida de firmas de entre el 1 y el 2% del censo para formar una agrupación de electores (¡a ver quien es el majo que consigue tantas firmas!). Curiosamente, la personalidad jurídica de Ahora Madrid, no es de agrupación de electores, sino de partido político “instrumental”, una contradicción que nunca ha sido suficientemente aclarada a los activos frustrados de Podemos. Dicho de otro modo, si en Podemos se han quedado solos, es porque han hecho el mayor esfuerzo porque así fuera. De todos modos, los partidos no se postulan en el terreno de la militancia, sino el de los medios de comunicación, y Podemos no ha llegado aún al nivel de irrelevancia en los medios que casi llevó a Izquierda Unida a desaparecer.

Hay que reconocer que Podemos soportó un feroz y continuado ataque por parte de los partidos (P.P., C’s y P.S.O.E), los medios de comunicación, y hasta de guerra sucia del gobierno de Rajoy – con el informe PISA de espionaje a Pablo Iglesias – con acusaciones de financiación procedente de Irán… perdón, quise decir de Venezuela… (acusaciones que los tribunales de Justicia desmintieron) para rebajar las expectativas electorales, que en algún momento llegaron a situar a Podemos como la opción más preferida a nivel nacional. Pero una vez que ya no hubo sorpasso, el declive de Podemos se debió a méritos propios. En poco más de dos años, de toda la masa social que simpatizó con el 15-M, y que Podemos se arrogó en su heredera, poco ha quedado. Y así, en 2016, tras dos intensos años de continua campaña electoral, Unidos-Podemos ya restó votos en vez de sumarlos. Buena parte del mérito de esta situación, se debe a las maneras y a la gestión del Consejo Ciudadano Estatal (la ejecutiva de Podemos) de Pablo Iglesias, no muy distintas de las que se producen en nuestra región.

Una vez consolidado Podemos como partido con representación parlamentaria, toca definir posiciones, objetivos y estrategias. Pero el alineamiento de los miembros de Podemos, como en todos los partidos, como en la vieja política, tiene más que ver con cuestiones personales que con aspectos meramente políticos. Gente, como Sergio Pascual (Secretario de Organización) dejó de estar en el círculo más próximo a Pablo Iglesias, en beneficio de otros, como Irene Montero. Al 2º Congreso (Vistalegre 2) se presentaron dos bloques y dos modelos de partido, representados por Pablo Iglesias y por Iñigo Errejón; más allá de las posiciones o ambiciones personales, había dos formas distintas de entender la estrategia a seguir: la confluencia con la vieja Izquierda Unida, o la suma con más actores, siempre con Podemos como actor principal. En la nueva política, los vencidos en un congreso deberían tener una representación en la ejecutiva, en relación proporcional al porcentaje de votos. Pero la historia es vieja: quien pierde un congreso, a lo sumo obtiene una representación simbólica en la ejecutiva. El círculo de confianza en torno al Secretario General se estrecha aún más. Y si Errejón no fue defenestrado, obviamente, fue por ser uno de los fundadores del partido, y por ser amigo de Pablo Iglesias.

No creo que haya sido fácil para Errejón pasar de ser un referente nacional, a ser un marginal en la ejecutiva. No obstante, a todos favorece un cambio de escenario: Errejón se presentó a las primarias internas de Podemos para encabezar la lista a la Asamblea de Madrid, y las ganó legítimamente. Al fin y al cabo, el paso de la política estatal a la autonómica la han probado ya M. Fraga, J.M. Aznar, o J. Bono, entre otros.

Las elecciones andaluzas han evidenciado que el apoyo de los ciudadanos de izquierda hacia las candidaturas propuestas, tanto del P.S.O.E. (¿por demérito de Sánchez o de Díaz?) como de la confluencia Adelante Andalucía, aumentan su declive. Yo creo que es valiente y coherente la decisión de Errejón, de ejercer su papel de líder para una candidatura regional sin renunciar a su partido, pero “a su manera”, tomando como referencia la candidatura que logró el Ayuntamiento de Madrid. Pero Errejón lo tiene claro: si su candidatura quiere prosperar, y si quiere defender sus posiciones, ha de recuperar el respaldo y el grado de confianza que se otorgó a Podemos en sus orígenes, y romper su actual techo. Y esto es materialmente imposible estando tutelado por los vencedores de Vistalegre 2.

Podemos ha dejado claro en todo momento que prioriza el control sobre los miembros del partido sobre una confluencia o una renovación que se escape de su control; de ahí su interés por colocar en las mejores posiciones de las listas electorales a los miembros más renombrados del partido. Como sucedía en Izquierda Unida, la militancia puede respaldar las propuestas de la ejecutiva o de su líder por mayoría, pero las elecciones las deciden los simpatizantes. Y además, ya se sabe que el grupo de confianza de Errejón se halla entre los concejales del Ayuntamiento, y contar con ellos (como pretende Manuela Carmena) enerva al sector de Pablo Iglesias.

Iñigo no es Carmena, dice Pablo Iglesias. Obvio. Carmena era independiente, e Iñigo proviene de Podemos, donde ganó las elecciones primarias. Pero creo que sería más apropiado compararlo con José Mª González “Kichi”, alcalde de Cádiz, un valor dentro de Podemos para liderar la candidatura de confluencia Por Cádiz sí se puede. En mi opinión, a pesar del talante conciliador que le diferencia notablemente de Pablo Iglesias, Iñigo Errejón ha de ganarse el respaldo electoral que solicita, y resulta muy difícil dirimir con claridad su responsabilidad en las decisiones que Podemos ha tomado en cada situación, antes y después de Vistalegre 2. Eso sí, quédense todos tranquilos, que aquí no habrá Más Castilla-La Mancha.

Pares y nones
Antonio Fernández Reymonde

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6 COMENTARIOS

  1. Acertadísimo en el texto.

    Solo una pena, que no vaya a haber proyecto Más Castilla La Mancha, porque a Page le ha venido bien estar vigilado de cerca para no tirarse por completo a la piscina socioliberal.

    Es penoso oírle hacer casi el mismo discurso que VOX. Es que es muy tonto caer en la trampa del debate catalán para ganar en la autonomía. Es mezclar churras y merinas. Esta tierra no tiene problemas con pertenecer a España. Por lo tanto, seguir el discurso de VOX le empequeñece como político, y eso que talla tiene poca.

    En Castilla La Mancha tenemos que recuperar los servicios públicos destrozados por el PP de Cospedal, tenemos que atraer I+D+i, tenemos que modernizar la industria agrícola, seguir creciendo en la industria vitivinícola, seguir digitalizando, industrializar más. Pero ¿Hablar de la unidad de España en Castilla La Mancha. No me jodas!!!)

    Por lo demás, le deseo mucha suerte a Errejón, y que sea capaz de atraer a toda la gente que no quiere a personajes como Pablo Iglesias al frente de una organización política de izquierdas, pero que guarda la esencial del 15M que coló en gente de todo tipo de ideologías con un nexo común: que no nos sigan robando los que más tienen con el apoyo de los neocón de PP, Ciudadanos y ahora VOX. Que no pase como en Andalucía, que la primera medida ha sido favorecer a los herederos ricos.

    Y te agradezco inmensamente que hayas escrito esto:

    «Decir que el programa electoral de Podemos para las Elecciones Europeas de 2014 era comunista, más que una simplificación, sería faltar a la verdad».

    Es realmente agotador seguir leyendo el mantra estúpido de que votar a podemos es de ser comunista (por supuesto refiriéndose al comunismo de la extinta URSS que nada pinta en la España del SXXI). Que los que defendemos el voto de un programa socialdemócrata tengamos que escuchar que somos comunistas, amigos de ETA o de los independentistas tiene muchos cojones. Tanto enfermo de fascismo en 2019 es un síntoma a estudiar en España.

  2. Tenemos que ser cautos a la hora de enterrar lo que aparece solo como debilitado. ¿Es lo ‘nuevo’ necesariamente mejor que lo ‘viejo’? ¿Los jóvenes son más renovadores que los adultos? ¿Es más de fiar quien no tiene experiencia política que alguien de larga trayectoria?
    Lo cierto es que los renovadores caen en viejos errores con mayor obstinación porque se creen a salvo de ellos. No hay novedad que no pueda anquilosarse.
    Hay que averiguar qué hay de oportunismo y qué hay de oportunidad en todo lo que irrumpe en el presente.
    Hay que creer más en los equipos que en los proyectos personalistas. Auque deseo la mejor de las soluciones a ‘Podemos’…..

  3. Los que somos hostiles a Podemos lo vemos de otra manera.

    Todos parten de premisas del clasicismo marxista o bolchevique. Pero en su praxis aparecen los matices.

    Mientras Pablo Iglesias es un ortodoxo marxista donde el personalismo es clave para disciplinar su partido (a lo Stalin), Errejón es un marxista más transversal y menos ortodoxo. Podría decirse que es algo más trotskista. La revolución prima sobre el personalismo, y su marxismo es mucho más transversal. Él enfatiza el marxismo cultural, menos socialismo económico y más feminismo, ecologismo, y animalismo. Pretende situarse como punta de lanza de todos estos neo-marxismos, que son transversales.

    Bescansa era otra pieza fundamental para entender la estrategia transversal de Podemos. Otra figura destruida por el personalismo de Iglesias.

    Monedero tuvo que ser excluido por sus trapicheos con el fisco y su productora. No le bastó encontrar financiación en Venezuela, sin pudor quiso reducir su factura fiscal mediante la recepción de facturas falsas de empresas radicadas en Venezuela.

    Peligrosos nos parecian Errejón y Bescansa, porque no se les ve venir. Errejón podría ser perfectamente Secretario General del actual PSOE con Bescansa.

    Y Carmena se ha convertido en el reducto de los discrepantes con Iglesias.

    La burbuja de Podemos ha estallado y tiene más que ver con el casoplon de Iglesias que con las luchas internas.

    Se les ha visto venir. A Pablo Iglesias se le ve venir pronto. Es un niño que pugna por parecer auténtico…sin serlo.

    Y Errejón…el más listo de todos, pues ha tenido siempre un plan B para cuando lo de los ayuntamientos del cambio se fueran a pique. Él es el único preparado para la debacle que se les avecina.

    https://youtu.be/DTw3seycxuY

    Pablo Iglesias es el retorno al estatus de Izquierda Unida, y Errejón significa la resistencia de Podemos partido con aspiraciones de gobierno.

    En cualquier caso a Podemos ya se les ha pasado el arroz.

    Sus luchas internas le han dado ese toque final de partido no apto para gobernar.

    Demasiado dividido y demasiado evidentes sus contradicciones.

  4. Antonio, no hace falta que tires por elevación. Sabes perfectamente que no se trató únicamente de que Podemos adoptara las manera de los viejos partidos. Aquí en Castilla-La Mancha establecieron un sistema de comisarios políticos al estilo stalinista. Tomaban buena nota de quién podría ser aprovechable y descartaban a los tibios. Entiéndase por tibio a todo aquel que quería utilizar el filtro de la razón, que eran la mayoría de los independientes (sin pasado comunista). A los que simpatizaban con Errejón los veían como troskistas. Y es que para esos aparatich hay que repetir la historia hasta que sea como nunca fue. De la pedantería de los escritos de algún representante de ese grupo dirigente hay más de un ejemplo propio del club de la comedia…negra.

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