El «trenillo de la Calzá» retorna en forma de libro

Febrero acaba en Calzada de Calatrava con la vista puesta en uno de los acontecimientos más ilustres que tuvieron lugar en el siglo XIX para la localidad, la llegada de `El Trenillo de la Calzá´.

Un Trenillo que vuelve y lo hace a lo grande, quedando plasmado para siempre en la obra del escritor, Juan José García Ciudad, quien llevaba a cabo la presentación de este libro tan especial para Calzada, el día 22 de febrero, de mano de la editorial manchega Ediciones C&G.

El acto tenía lugar en el Centro Cultural “Rafael Serrano” y contó con la presencia, además del autor, del alcalde de la localidad, Félix Martín; con la del prologuista de la obra, Juan Carlos López Peco, presidente de la Federación Castellano Manchega de Amigos del Ferrocarril y presidente de la Asociación Manchega de Amigos del Ferrocarril de Ciudad Real; también con la del autor de la introducción del libro, el aldeano, Santiago Ciudad Ruedas y el director de la Universidad Popular calzadeña, Hernán Valdés Parra, quien actuó de cicerone para un público totalmente entregado que abarrotaba la sala.

Decía en la presentación el alcalde de Calzada, Félix Martín, que la localidad “tiene la suerte de contar con varios escritores que se preocupan por reescribir su historia, por recopilar los datos que nos ayudan a conocer de dónde venimos”, y recordaba él mismo el gran proyecto que fue El Trenillo, del que decía “hemos oído anécdotas de que la gente se bajaba a coger uvas y volvía al tren y hemos oído cantares de lo que era un tren que en su día fue de gran importancia, ya que no todo el mundo tenía un tren a finales de 1800, y fue un motor económico que nos conectaba con Valdepeñas y después con Puertollano”.

El siguiente en referirse al protagonista de la obra de Juan José García Ciudad, era el prologuista de la misma, Juan Carlos López Peco quien, sin ser de Calzada, afirmaba haber estado “enganchado” a este tren, del que recordaba los escritos realizados en el periódico `Salvatierra´, y sus deseos no satisfechos de haber escrito él mismo un libro sobre tan singular medio de transporte. Por ello, agradecía al escritor el paso dado para que este proyecto viera la luz, y por “haber hecho un trabajo con rigor y en definitiva fantástico”.

También Santiago Ciudad Ruedas, el introductor de esta obra, le augura al libro “una larga vida y el favor de los lectores”. En sus recuerdos está –explicaba a los asistentes a la presentación- el verano de 2017 en el que Juan José García Ciudad, antiguo profesor suyo, le pidió que lo acompañara a los cinco edificios, hoy derruidos o semiderruidos, que formaron parte de la historia ferroviaria de Aldea del Rey, y cómo de “lo que inicialmente fue un paseo para conocer estos enclaves, después derivo en la petición de colaborar con mis conocimientos en el mundo lingüístico, en esta obra”.

Juan José García Ciudad, último en salir en escena como escritor solista, comenzaba su intervención hablando del significado especial que tiene para él este pequeño tren, del que –cuenta- fue usuario en su infancia, y por cuyos terrenos luchó después desde el ayuntamiento de Calzada, para que pasaran a ser del pueblo.

En su ánimo de hacer un resumen desde el nacimiento del tren en 1890 hasta su muerte, el autor relataba a los vecinos y vecinas de Calzada todos los pormenores: desde el apodo del tren, hasta su financiación, pasando por la Encomienda de Montenchuelos, sin la que no podría entenderse la puesta en marcha de “El Trenillo de la Calzá”, y también por las cuentas claras y la mala fortuna que tuvo el promotor al apostar fuerte por un proyecto que finalmente demostró no ser rentable.

Algo que no le podrá pasar a este libro, que como afirma Ciudad “servirá de recuerdo a mayores y permitirá que los jóvenes conozcan que Calzada tuvo tren”.

Exposición fotográfica

Ese mismo día se inauguraba la exposición fotográfica sobre “El Trenillo de la Calzá”, compuesta por cuarenta imágenes, cedidas por el autor y por personas amantes de este ferrocarril de vía estrecha. La exposición se realiza en colaboración con la Universidad Popular de Calzada de Calatrava y se podrá visitar hasta el próximo día 3 de marzo. Desde la editorial se realiza un llamamiento para que aquellas personas que tengan imágenes personales de El Trenillo, las cedan y así poder aumentar dicha exposición que recorrerá las localidades donde este tren tuvo estación. Dichas imágenes se pueden enviar a la dirección de email digitales@oretania.es

El Trenillo de la Calzá

Nos ofrece el autor, con singular modestia de hombre sabio, un trabajo acabado con el esmero del orífice y la paciencia meticulosa del amanuense medieval; un viaje al recuerdo y las entrañas de aquel «aprendiz» de tren -como el Manzanares lo fuera de río, según el poeta- que, transido y agobiado siempre por balances y cuentas de resultados, formó parte del paisaje de esta tierra y de la niñez de los que hoy peinan canas o han desaparecido ya.

El concienzudo trabajo del creador no da tregua al solaz ni a la ramplonería. Con mirada bondadosa, pero escrutadora e inquieta, va recorriendo minuciosamente un atlas de geografía mínima a través de 74 Kms. de recorrido desde Valdepeñas a Puertollano con escalas en Moral de Calatrava, Calzada de Calatrava, Granátula de Calatrava, Aldea del Rey y Argamasilla de Calatrava.

El Ferrocarril de vía estrecha de Valdepeñas a Puertollano, conocido popularmente como “El Trenillo de la Calzá”, inauguraba el tramo Valdepeñas-Calzada de Calatrava, el día 22 de diciembre de 1893. Desde esa fecha Calzada de Calatrava y Moral de Calatrava se incorporaban al mapa ferroviario de España, lo que suponía un extraordinario avance para los habitantes de esos pueblos y de los que están alrededor, ya que en dos horas podían ir a Valdepeñas y subir a cualquier tren de M.Z.A. Quizás ahora lo veamos muy lento o antiguo, pero en aquella época fue toda una «revolución».

El «caserío de Montanchuelos», en el término de Granátula de Calatrava, es el fundamento del ferrocarril, sin esa finca, el «Trenillo» no hubiera existido. La estación de Granátula de Calatrava, se situaba a más de tres kilómetros del pueblo, cerca del río Jabalón y de la ermita de Ntra. Sra. de Oreto y Zuqueca, con acceso por un camino.

Azarosa fue la vida de este «trenillo que encantó a propios y extraños». Tuvo carencias y limitaciones, sí, pero prestó un gran servicio, social y económico. Comunicó a los pueblos en los que paraba y a los próximos, enlazándolos con otras líneas, y dinamizó su economía originando una clara mejora tanto en la venta de la producción agraria y ganadera como en el transporte de viajeros. Y dio trabajo directo a más de cien personas e indirecto a otras muchas.

El nuevo libro de Juan José García Ciudad, “El Trenillo de la Calzá”, es una novedad de Ediciones C&G, para este mes de febrero, es deseo, del autor y de la editorial, que quienes no lo conocieron sepan que Aldea del Rey, Moral de Calatrava, Granátula de Calatrava y Calzada de Calatrava también tuvieron tren.

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