Arquitectos explican en FENAVIN cómo las bodegas pueden ser espacios de sensualidad y consagración del vino

“Bodegas de arquitectura contemporánea en Castilla-La Mancha” ha sido el título de la ponencia que, en el marco de FENAVIN, han pronunciado esta tarde el arquitecto y escritor, Diego Peris y el doctor arquitecto y presidente del Colegio de Arquitectos de Ciudad Real, Teodoro Sánchez-Mingallón, con el objetivo de poner en valor la importancia del diseño arquitectónico en las bodegas.

Diego Peris ha explicado el cambio “radical” que se ha producido en el sector vitivinícola Castilla-La Mancha desde mediados del siglo XX, un proceso que ha ido acompañado de la creación de bodegas de calidad en cuanto a la arquitectura, “entendiendo que la arquitectura es una parte muy importante de la bodega, pues es el contenedor que permite el funcionamiento de la actividad, además de la imagen que de cara al exterior se ofrece de lo que allí se está haciendo”. El diseño arquitectónico, por tanto, acompaña al simple contenedor, para convertirlo en un espacio de consagración y sensualidad.

El escritor ciudadrealeño ha escogido cuatro bodegas de la región como modelo de arquitectura singular, “ejemplos de cómo con una arquitectura contemporánea se pueden hacer las cosas muy bien y de cómo la imagen también suma a la calidad de los vinos”: Casalobos, Pago del Vicario, Bodegas Real y Finca La Antigua.

“Estas bodegas están en medio del campo y aprovechan el valor esencial del viñedo, referente del paisaje de Castilla- La Mancha. Hemos introducido a las bodegas en el paisaje de una forma adecuada, correcta, con materiales que pueden ser modernos pero que se integran perfectamente y establecen un diálogo con el medio natural”, ha añadido Peris.

Por su parte, Teodoro Sánchez-Mingallón, ha dado unas pinceladas del panorama de la arquitectura contemporánea de las bodegas en España y ha puesto de manifiesto cómo los bodegueros han apostado por los arquitectos como diseñadores de la imagen de los templos para sus vinos. Ha recordado, además, que esto no es nuevo, pues ya los grandes bodegueros de los siglos XIX y XX pusieron el diseño de sus bodegas en manos de arquitectos.

“Hoy queremos poner en valor que apostar por invertir en arquitectura, en el espacio, en luz, en edificios de impacto visual, es un valor añadido al vino, es inseparable. El vino y la arquitectura deben ir siempre de la mano porque son dos productos similares, basados en el espíritu, en la sensibilid

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1 COMENTARIO

  1. Una ponencia muy interesante sobre el arte de la arquitectura al servicio del vino. Y es que nuestras bodegas en la actualidad son conocidas también por la arquitectura. Enhorabuena….

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