¿Cómo enfrentarse a Auschwitz?

Jesús Millán Muñoz.– Se calcula que estuvieron en estos campos de concentración un millón trescientas mil personas, de las que murieron un millón cien mil, la inmensa mayoría, el noventa por ciento judíos. ¿La cuestión es cómo podemos superar o sobrellevar o interpretar estos datos, cómo podemos analizar para que esto no vuelva a suceder y cómo pudo realizarse esta realidad?

– Pienso, que pasarán siglos y no seremos capaces de superar, entender, comprender, los que en cientos y en miles de campos de concentración o exterminio o trabajo se hicieron, esencialmente en Eurasia, es decir, en toda Asia incluyendo la Península Europea, que es una parte de Asía, como geografía. Realizados por bandeas-ideologías-colores diferentes, diríamos un tiempo de unas cuatro o cinco décadas.

                        Pero si nos centramos en este campo de exterminio, es porque en alguno nos debemos centralizar, que sea el símbolo y signo de los demás, aunque ciertamente, existen diferencias. Y desde luego, según que ideología-bandera-color, los que terminaban en ellos, eran personas diferentes o supuestamente diferentes.

                        – Auschwitz, parece ser que no era un solo campo de concentración, sino varios, era una especie de fábrica de exterminio, es decir, Auschwitz I, Auschwitz-II Birkeneau, Auschwitz III-Monowitz, y alrededor de cuarenta y cinco campos satélites, de los cientos y miles que dicho régimen construyó, unos para personas de paso, otros para mano de obra para construir o realizar determinados trabajos, otros diseñados para la muerte directa, o para experimentos de todo tipo, etc.

                        ¿Pero cómo cayó el mundo, en estas tres o cuatro o cinco décadas en este nivel de locura individual y colectiva e ideológica? ¿Cómo pudo terminar Asia y especialmente Europa, y singularmente algunos países de Europa en tal grado de barbarie y salvajismo y crueldad?

                        Existen docenas de explicaciones, todas parciales, y que ninguna es completa, y cada uno, se ata a unas cuantas de ellas, para intentar entender la barbarie. Pero quizás, la respuesta, sean todas unidas al mismo tiempo, aunque en cada zona geográfica-social-política, influyan más unas sobre otras.

                        – Una, de las razones más olvidadas, es que quizás se produjo un movimiento técnico científico y demográfico e ideológico combinado.

                        Se puede expresar así, el movimiento técnico científico del siglo diecinueve, desde el dieciocho, fue capaz de aumentar la población hasta niveles muy altos, la revolución industrial, que vino acompañada de revoluciones demográficas, y especialmente sociosanitarias, es decir, la población se multiplicó enormemente, desde mil millones de habitantes en 1800 en tiempos de Napoleón, en tres mil millones o cuatro mil hacia 1950.

                        Ese incremento de población, debido a que se curaron enfermedades, se solventaron epidemias y que incentivó y ayudó las distintas fases de la revolución industrial, trajo también enorme cantidad de pobreza, se decía que en Londres hacia 1850, más de cien mil personas estaban en la calle, literalmente hablando.

                        Estas trajeron teorías revolucionarias sociales y políticas, nacidas en el siglo diecinueve, que tomaron y se interpretaron de determinadas maneras y formas, en el siglo XX. Estas teorías que ascendieron el poder máximo, en algunas zonas del mundo, produjeron, una reacción en contra, otras teorías no democráticas en contra. Por lo cual, se produjo, el gran fenómeno del enquistamiento y de la confrontación, dos sistemas ideológicos no democráticos se enquistaron, y ambos movimientos ideológicos no democráticos, crearon sistemas de represión, como jamás, como jamás posiblemente la humanidad no había imaginado.

                        No podemos obviar y olvidar, que en el siglo veinte, con todos los matices que se quieran, existieron dos grandes regimenes, totalitarios, no democráticos, y ateos en sus ideologías máximas y sistemas, que son los que originalmente, crearon los campos de concentración de forma masiva.

                        Y otro conjunto de regimenes, en mayor o menos democráticos, basados en los derechos legales y consuetudinarios de siglos, o dicho de otro modo, en cierta forma, con armonía o división del poder, y por lo general, teístas. Y éstos últimos por lo general, no crearon sistemas de campo de concentración masivos.

                        Ciertamente no podemos negar genocidios en siglos anteriores, desde la antigüedad pasando por la edad media. Pero nunca, diríamos con este nivel de organización y de eficacia.

                        – A esta explicación de fondo y esencial, se le pueden añadir todas las que ustedes quieran y sumar y recombinar, empezando por las teorías del Mal de Leibniz, es decir, el mal o deficiencia metafísica, que la realidad no es perfecta; el mal natural, es decir, que la Naturaleza, puede producir procesos, que pueden ser naturales, pero no necesariamente buenos para el ser humano, al menos, para quién le toca, por ejemplo, un volcán; el mal moral, o el producido por el ser humano, que generalmente, es el mayor, ya que muchos de los males anteriores o tipos de males, pueden ser limitados, si la moralidad del ser humano, individual y colectiva, fuese la correcta.

                        En el cristianismo, se indica, que el mal o los males, son también producidos, no solo por deficiencia, que serían los tres tipos de males, anteriormente indicados por Liebniz, sino por eficiencia, es decir, que existe un ser que es el Mal, que se denomina el Tentador-Maligno, que está siempre incentivando el mal en la sociedad, en los poderosos, en cada ser humano, es decir, que está siempre tentando al mal, a unos de una manera y a otros de otra. E ignorar que este ser existe, es hacerlo más eficiente.

                        – La aplicación, mesurada y racional y prudente, de la democracia, ya que existen distintos grados de democracia, igual que existen distintos tipos de no-democracias, y la aplicación de los Derechos Humanos, parece ser, que son los dos grandes instrumentos que se combinan entre sí, para que no se produzcan otros Auschwitz en el mundo.

                        Puede que usted o yo o su vecino, no esté de acuerdo, con alguno de los derechos o normas, que están postulados en la Carta de Derechos Humanos de diciembre de 1948. Pero pienso, creo que es el eje moral, más perfecto, que los seres humanos han inventado o descubierto, para que no se produzcan otros Auschwitz, en el futuro, sea próximo o lejano es esta carta junto con los cuatro Evangelios. ¡¿Si usted tiene otras soluciones o respuestas, puede escribirlas para que los demás las entendamos o comprendamos!?

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