Ciudad Real: A seis escalones de la libertad

Frisa los tres cuartos de siglo y describe con lúcida locuacidad un rosario de achaques, enfermedades y las desdichas que la vida le ha ido poniendo en el camino. Tiene dificultades para desplazarse de un lugar a otro, “no se maneja bien con las manos y la piernas” y camina con ayuda de un andador, pero compensa su reducida movilidad con una verbosidad endiablada.

Rosa reside en una vivienda de la Junta de Comunidades con alquiler social en el barrio de La Granja. Aunque es un bajo, no puede salir a la calle. Seis escalones del estrecho portal del inmueble se lo impiden. Años antes, comenta, entre decenas de pasajes de su historia, le habían adjudicado un quinto, pero sufrió una embolia y para bajarla tuvieron que llamar a los bomberos.

Lleva más de un año sin salir de su casa. Se emociona al recordarlo porque, en ese tiempo atrás, falleció un familiar y no pudo ir al tanatorio a “despedirse”. “La sacan” solo “para coger la ambulancia” y con destino al Hospital General de Ciudad Real. “Un montón de hombres para bajarme y un montón de hombres para subirme”, señala mientras hace algunos gestos para ilustrar la escena.

Cuenta con la asistencia “de una mujer que va una hora y media” a su casa y le ayuda a levantarse y asearse, pero añora pisar la calle. Se siente “desamparada”. Anhela salir. “A pasear un poquillo –dice sin resignarse-, porque mi corazón se tiene que mover”.

Por ello, pide que, por mediación de los servicios sociales, la trasladen a un piso accesible, desde el que, con sus limitaciones, pueda acceder a la calle.

“Y esta es mi vida, estar aquí sentada y ver lo dan por la tele”, concluye mientras trata de bajar con mimos a un gato que se ha subido a la mesa camilla alrededor de la que conversamos.

Movilidad reducida y accesibilidad de las viviendas

Como el caso de Rosa, un 66% de los castellano-manchegos con movilidad reducida precisan de ayuda para salir de sus casas y cerca de 6.000 (un 5%) no lo hacen nunca. Esto asegura el estudio ‘Movilidad reducida y accesibilidad en el edificio’,  elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios en colaboración con la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE), y  que se ha hecho público recientemente.

Según el informe, las limitaciones de movilidad derivan, principalmente, “de la dificultad para desplazarse dentro y fuera de la vivienda, y por este motivo, las carencias en materia de accesibilidad de los inmuebles han propiciado que un 24% de las personas con movilidad reducida en Castilla-La Mancha haya tenido que cambiar alguna vez de domicilio por este motivo”.

Escaleras y portal son los espacios de los edificios que producen mayores limitaciones a las personas con movilidad reducida. En concreto, “las escaleras provocan que el 83% de estas personas no puedan moverse de manera libre, seguidas del acceso a la calle al portal (51%), o el mismo portal (45%), que también representa una barrera dentro del edificio”.

El estudio establece una clara relación entre la falta de autonomía y el estado de ánimo. En concreto, afirma que un 55% de las personas con movilidad reducida se sienten mal con ellas mismas, una percepción más acentuada entre las personas mayores de 70 años quienes, además, “son las que en mayor medida afirman quedarse muchos días sin salir de casa”.

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8 COMENTARIOS

  1. Muy buen artículo.

    Algunos edificios no pueden ser reformados para solucionar las necesidades de estas personas. No hay sitio, ni modo para meter un ascensor, adaptar escaleras y portal.

    Otras veces no hay dinero. Simple y llanamente. Pensionistas que tiran económicamente del resto de la familia.

    Las calles están igual. Para las personas con problemas de movilidad son todo trampas.

    El tráfico rodado y los aparcamientos también forman parte del problema: Una ciudad pensada para hombres jóvenes y con coche.

  2. Buen artículo que refleja una realidad palpable.
    Yo tuve un accidente hace años y tuve que – difícilmente – usar una silla de ruedas para darme cuenta de lo que las personas con problemas de movilidad sufren a diario.
    Aunque ha habido avances, estamos aún lejos de ser una ciudad verdaderamente accesible
    El artículo es una prueba.

  3. Gran artículo.
    Es de las pocas veces que hablando de La Granja un medio de comunicación habla de una de tantas realidades ocultas…
    Estoy cansado de escuchar que si en la granja no sé qué…que si en la granja no sé cuántos….
    Señor@s tontos hay en todas partes y en la granja x supuesto tambien, algunos payos más manchegos que el queso,otros gitanos, otros extranjeros…pero siempre se pone el ojo en los tontos, y pocas veces se visibilizar situaciones como la del artículo, situaciones que por desgracia….son muy generalizadas.
    Un abrazo y que duerma quien pueda come esta calor siesta:)

  4. Pues tanto dinero que hay en el Ayuntamiento de Ciudad Real, y tantísimo que dice que tiene el presi de la Diputación, que lo emplee en ayudar a la gente ESPAÑOLA que lo necesita. No a los inmigrantes que no han contribuido en su vida a ingresar dinerito a la Hacienda Pública, y ahora SE ESTILA QUE SEAN LOS PRIMEROS en llevarse las ayudas

    • Primero habría que definir que es ser español
      No todo el mundo se lo merece. Un papel no refleja la grandeza que hay en ser español.

      Los rojos, los gays, los gitanos, los vascos, catalanes y gibraltareños, y los síndromes de down no deberían ser españoles.

      Viva España.

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