Fútbol, sociedad e ideología

Diego Simeone, el Cholo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid desde 2011, y productor de frases alambicadas y memorables que valen un título de futbolín (“Partido a partido” o “Un gol no vale nada”), acaba de redondear la cuesta del verano con otra aseveración enorme que conviene revisar atentamente. Acaba de redondear la cuesta del verano en un ejercicio de precalentamiento estival y poco afortunado.

Viene a decir Simeone que, pese a todo y pese al enorme dispendio económico verificado (127 millones de euros) en el fichaje de un adolescente portugués como Joao Félix, el Atlético de Madrid “económicamente ya no es el equipo del pueblo”. Cosa obvia, por otra parte de ese club y de otros muchos que pululan la liga con la chequera entre los dientes, en una suerte de jet set sobrevenida y con unas directivas cargadas de tiburones financieros, empresarios del ladrillo y de la Obra pública muy remunerada.

Esa pérdida de atributos populares del viejo club del Metropolitano y del Manzanares, hoy del Wanda, no le impide seguir representado al proletariado futbolístico, en la medida en que, pese a lo anterior, afirma Simeone: “sigue siendo el equipo del pueblo, social, moral y emocionalmente”. Y sigue respirando sin ahogarse. Cuando puestos a señalar a equipos populares frente a equipos ricachones y bien dotados, habría que mirar a los clubes próximos del extrarradio, ya Rayo Vallecano, ya Leganés, ya Getafe. Que esos sí que son clubes populares y representativos del proletariado periférico; o a otros más distantes que irían desde los modestos económicamente Éibar, Tarragona hasta el  Recreativo de Huelva o la Balompédica Linense.

Lo que no puede ignorar Simeone a estas alturas de la competición balompédica, es que el futbol de casi todos los clubes y de casi todos los lugares, es un ingente negocio que mueve cientos de millones de forma injustificada y a veces fraudulenta. Incluso hay clubes británicos que cotizan en bolsa y reparten dividendos, si pueden. Lo que no puede ignorar Simeone es la centralidad absoluta de la representación social del fenómeno fútbol y su derivada del deporte en general, como prueba el tiempo dedicado en informativos radiofónicos y televisados y como prueba el liderazgo de la prensa deportiva, en momentos de declive del lector de prensa.

Lo que no puede ignorar Simeone  es el Golden Gotha construido en torno a las ciudades deportivas y a los estadios propios o prestados por los Ayuntamientos, que también colaboran en el dispendio, recalificando o permutando terrenos en beneficios de la nueva Aristocracia que dice representar al pueblo y sentir como el pueblo mismo. Una Nueva Aristocracia del deporte como ocio recreativo y programado, donde se gastan cientos de millones en injustificados salarios a jóvenes, con un aprendizaje intelectual limitado, por una habilidad muy poco rentable socialmente, aunque muy retribuida por lo visto. Reflejando una supervaloración ajena a las preocupaciones del pueblo, al que algunos clubes dicen representar y pertenecer, como refleja esa malla entretejida de peñas y peñistas, de seguidores y forofos, de patrocinadores financieros y de marcas deportivas, de críticos deportivos y de directivos endomingados, de las quinielas y de las retransmisiones sólo para abonados como demuestra el señuelo de todas las televisiones privadas que iniciara la novedosa Canal+.

La rentabilidad social y su valor de representación de los valores populares, también se la disputan los partidos políticos, algunos de facto otros de iure. Incluso algunos incorporan a su denominación propia el apelativo del pueblo y de lo popular. Hay partidos que dicen que ellos son una representación escalada de la sociedad española, igual que otros se siente bendecidos por el Ibex 35. Pero verdaderamente la mejor rentabilidad social y su óptimo valor de representación de los valores populares, estaría en manos de los médicos de urgencia, de los bomberos ante el incendio, de los maestros ante el abandono escolar, de las fuerzas de seguridad guardando los festivos, o de los ingenieros requeridos para solucionar problemas generados por otros. Pero rara vez la rentabilidad social y su valor de representación de los valores populares, estaría asentada en un grupo de jóvenes millonarios que golpean de forma indiferente sobre el césped una pelota de marca reconocida, y por ello cobran y recobran.

Lo que no puede ignorar Simeone en el 80 aniversario de la fundación del Atlético de Aviación, en 1939 que eso era un club señorial, es que el club al que entrena, y que por ello cobra lo que el pueblo no sueña, es un trozo más de cierta oligarquía empresarial; como refleja además, que los bancos más punteros den nombre a la Liga: antes Liga-BVA, ahora Liga Santander. O que olvide que en 2018 se hacía público en el diario El Mundo que los sueldos de los futbolistas, de suyo altísimos, habían subido el 80% en cuatro años. Igual subida que los sueldos del pueblo llano al que dicen representar. Por más que reconocidos seguidores colchoneros hayan repetido hasta la saciedad el mantra simeoniano, de que el Atleti es un trozo del pueblo mismo, con camisa a rayas y con aroma a garbanzo de orza. Bien  distinto ese universo colorista  y aromatizado del rival blanqueado y ricachón de Chamartín, que ese si es un pedazo de oligarquía rampante como muestran los perfiles de sus presidentes y el staff medio del palco en jornada festiva. ¡Qué decir del rival de ambos equipos madrileños! Presentado y representado como ‘Més qu´un club’ y que por ello es capaz de proclamar su voluntad de independencia al representar al pueblo csatalán, pero disputando la liga española, que está mejor retribuida y más valorada que una hipotética y encanijada liga (¿Lliga?) catalana. Y que no sabemos bien, a quien representaría.

Aunque por lo leído días pasados, más de media España, coincidente con la España rural o vacía, no cuenta en proximidad con equipo de futbol de primera de esa denominada Liga Santander. Incluso le diario deportivo AS en 2017, reflejaba que la Liga de fútbol en España expresaba líneas divisorias en  aspectos económicos. Incuestionable. Extremo ya desvelado el pasado año por Sergio del Molino al reflejar lo que es una evidencia. ¿Equipos del pueblo? Paradojas y oxímorones inconmensurables.

Periferia sentimental
José Rivero

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17 COMENTARIOS

  1. A mí eso de utilizar Pueblo para referirse a las personas me parece un tanto pueblerino.

    A mí no me va el fútbol, me parece que funciona a la manera de una burbuja inmobiliaria, pero respeto a los aficionados y entiendo lo que les llena este deporte, que puede ser muy emocionante.

    Estoy convencido de que de la misma manera que hay un movimiento antitaurino acabará habiendo un movimiento antifutbolistico.

    El caso es perseguir lo que no se entiende…y si se asocia simbólicamente al fenómeno nacional o al capital…pues tanto más.

    El fútbol, y lo celebro, aglutina más y mejor a las personas que la política e incluso la religión.

    Que todo el mundo, en este caso el Pueblo, piense igual, lo hace todo mucho más sencillo…y manipulable.

    Y eso le encanta al Socialismo clásico.

    • Y a ti que te gusta, rico? Tenía la esperanza de que por lo menos te gustara el fútbol, para que te entretuvieras…Pero se ve que aparte de copiar y pegar artículos y de estar aquí a todas horas, no tienes en que matar el tiempo libre: échate unos amigos, haz un poco deporte…Qué harías tú sin MCR?? jajajajaja

      • Qué harías tú sin hacer el idiota bajo el anonimato…

        Pues nada…

        Pues yo eso…lo evito.

        He ahí que la igualdad no es posible…salvo frente a la ley.

        MCR me facilita la posibilidad de exponer esta última realidad en público.

        Y es muy gratificante…

        Como una buena corrida de toros o un buen partido de fútbol.

        • No confundas a la gente, gratificante es una buena corrida, los toros es tortura asquerosa y el fútbol pasión.

        • Una corrida de toros o un partido de fútbol será lo que desee o guste cada cual.

          Asqueroso realmente es dictarle a la gente lo que le tiene o no que gustar o lo que hacer en su tiempo libre.

        • Si no te gustan los toros…no vayas…nadie te obliga.

          Pero a mí no me vas a prohibir ir si me da la real gana y solo porque a tí no te gustan.

      • Pero que amigos se va a echar éste tío? Con esa forma de ser, viviendo en una guerra civil continúa… Imaginate hablar con él de cualquier cosa, en cuanto no digas sí a todos sus pesaos discursos «eres un rojo de mierda, veré a Cuba»

        Vaya cosas que decís, le pedís peras al olmo…

        • Tú no hablas de tener amigos…sino camaradas.

          Los camaradas se unen por odio contra algo o contra alguien…

          Los amigos…tampoco se hacen en el botellón.

          La edad los diferencia, y aún así quien tiene un amigo tiene un tesoro.

          Tengo la suerte de haber sido elegido por mis amigos, al igual que yo los he elegido.

          Y ninguno es idiota, aunque piensen distinto a mí.

          La edad te impide apreciar estos matices…pero es peor tu idiotez.

        • Ahora aparte de ser el más listo y más guapo, eres el que más amigos tiene.

          Hay que ser idiota para pensar que los demás son tan idiotas como para creerse sus milongas xd

  2. Es que te ponen el capote y entras, jajajajaja…no te das cuenta de que ya hay casi un reto viral para ver quien se cachondea más de ti y cuánto tardas en responder…Tan listo que pareces no te parece un poco de casualidad que tantos te citen???jajajajajajajaj

    A ver si con esta gano yo…porfa, responde enseguida

    • Aglutino el odio de los idiotas…

      Y eso es algo que me honra.

      Además, idiotas en MCR bajo anonimato no escasean precisamente.

      Qué es un idiota???

      Un cretino que utiliza el anonimato para desacreditar como único argumento.

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