Almodóvar del Campo: Las IV Jornadas Avilistas permitieron conocer que el doctor de la Iglesia se sabía de memoria la Biblia

En vísperas del séptimo aniversario de la proclamación como doctor de la Iglesia universal, la tierra que vio nacer física y espiritualmente a san Juan de Ávila, volvía de nuevo a compartir una nueva oportunidad de seguir aprendiendo en torno a esta figura, en la cuarta edición de las Jornadas Avilistas, organizadas por la Hermandad de los Santos en el patio de la Casa Natal.

Con tal motivo, en la tarde del pasado sábado 5 de octubre comparecía una vez más en Almodóvar del Campo la inagotable, entusiasta y erudita María Encarnación González, postuladora de la Causa del Doctorado de San Juan de Ávila, para ofrecer una crónica del Congreso Internacional que sobre este santo se celebraba el pasado mes de septiembre en la localidad jienense de Baeza.

La que fue su directora, María Dolores Rincón, también prevista, no pudo asistir por cuestiones de fuerza mayor, de manera que, para completar tan interesante sesión, tomarían también la palabra dos de los intervinientes en la referida cita congresual, los profesores Julio César Varas e Isabel del Río, presidenta a la sazón de la Hermandad de San Juan de Ávila y San Juan Bautista de la Concepción.

Bajo el lema ‘450 años después: Nuevos enfoques’, el propósito de este interesante foro está abordando el estudio del Maestro Ávila y su obra en el contexto de la Edad Moderna española, atendiendo a aquellos aspectos que resultan inéditos o más novedosos y que han sido destacados en los últimos años por la investigación realizada desde diferentes campos.

González puso de manifiesto el afán de la Universidad de Jaén por estudiar también desde ámbitos académicos civiles el rico legado multidisciplinar del santo almodovareño. “Se pensaba que la figura de Juan de Ávila tenía entidad como para ocupar un primer plano en la literatura, en la historia, del Siglo de Oro español”, para lo cual hubo participantes llegados también de otros países como Estados Unidos, Francia, Israel o Marruecos.

En definitiva, una veintena de especialistas procedentes de distintas universidades españolas, europeas y americanas, que abordaron cuestiones referidas a las letras, la espiritualidad, las reformas sociales y eclesiales, la educación, y las minorías étnico-religiosas y marginales en las actividades desarrolladas por Juan de Ávila y, bajo su influjo, por sus discípulos y seguidores a lo largo de los siglos XVI y XVII.

María Encarnación González Rodríguez entró con más detalle en su ponencia, titulada ‘La Biblia en manos de mujeres’, en la que pormenorizó en el afán pedagógico del santo en cuanto a la enseñanza de la Sagrada Escritura a mujeres de su época, no ya solo a las propias coetáneas religiosas, sino a aquellas otras que en el ámbito civil estaban bien posicionadas, eran cultas por lo general y habituales de los beaterios.

La postuladora habló en este sentido de la influencia de san Juan de Ávila como estudioso de la Biblia, llegando a asegurar con total convicción que, durante los tres años que el almodovareño pasó en la cueva de su Casa Natal, actualmente preparada para recibir visitas y peregrinaciones, estudió sin descanso esta obra principal del cristianismo y que, ya por entonces, estaba traducida al castellano de la época y era un libro habitual en casas de gente.

Y hasta tal punto se empapó de ella que, como ha podido constatar la ponente, “hay más de 9.000 citas bíblicas en sus obras y escritos, con una media de seis o siete por página y quizás es el autor con mayor citas”, además de que su coetáneo san Ignacio de Loyola afirmó que “si la Biblia se perdiera, él solo la restituiría a la Iglesia, porque la sabia de memoria”.

Un testamento clave sobre la Casa Natal

Ya en la última parte de estas IV Jornadas Avilistas, que introdujo a modo de saluda el párroco Juan Carlos Torres y en las que también estuvo el alcalde de Almodóvar del Campo, José Lozano, sería cuanto intervinieron las personas referidas, que además intervinieron en la cita congresual organizada por el grupo de investigación ‘Humanismo Giennese (HUM-669) y la Cátedra ‘Andrés de Vandelvira’ de la Universidad de Jaén, junto con la Universidad de Alcalá de Henares y el Instituto de Estudios Giennenses.

Así, Isabel Fernández del Río hizo un recorrido histórico de ‘El enclave en el que nació Juan de Ávila, Evolución y análisis histórico y arquitectónico de la Casa Natal. La cueva y sus diferentes connotaciones’, aludió a un documento localizado en el importante Archivo Municipal de Almodóvar del Campo y que, indudablemente, deja bien a las claras que el enclave donde tenía lugar la cita el sábado perteneció en su día al santo doctor de la Iglesia, su casa natal.

Datado en agosto de 1638, se trata del testamento del licenciado Juan de Ávila y Gutiérrez del Castillo, presbítero, y que “meses antes, en abril, enfermo de cuerpo y sano de voluntad redacta ante testigos su legado”. Y en dicho escrito “dice que esos inmuebles habían pertenecido a sus padres y que, a su vez, los había recibido del ya conocido en aquella época como venerable padre maestro Juan de Ávila”.

Y el colofón de la convocatoria la puso Julio César Varas, que ya en su día intervino en precedentes Jornadas Avilistas y a quien le gusta volver cada año para seguir aprendiendo de lo que en ellas se dice. El profesor universitario dio lectura a la carta número 64, que dedicó al voluntariado de VOCATIO que ahora atiende el Año Jubilar y a quienes dan su esfuerzo y tiempo, en general, a los demás prójimos.

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