Aurora Rey Aragón recibe el cariño de Almodóvar del Campo durante la presentación de su primera novela

La presentación de ‘La niña que soñaba en azul’, primera novela de Aurora Rey Aragón, fue un acontecimiento cultural de primer orden el pasado viernes en Almodóvar del Campo, con varias decenas de asistentes a lo que fue un agradable y cálido acto en el Teatro Municipal como mejor marco.

Con tal motivo tomaron la palabra, con la autora, el alcalde José Lozano y su concejala de Cultura, Virginia López, así como Mari Carmen Fúnez, presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres en Igualdad y el licenciado en Ciencias de la Información Francisco Jesús Acero, quienes ejercieron respectivamente de madrina y padrino de excepción. Julio Criado, de Ediciones C&G, explicó su papel como editor de la obra.

Durante algo más de una hora, los comparecientes procuraron entusiasmar a tan ávidos lectores a base de pinceladas lo más inconexas posibles, puesto que tenían la complicada papeleta de no desvelar ningún aspecto de la trama, o tramas, de esta obra literaria, en un género en el que Rey Aragón se acaba de bautizar.

Rey Aragón, muy emocionada durante su intervención y feliz por el acompañamiento, refirió de su novela que es “una historia que tocó mi corazón hace muchísimos años, que está dentro de mí y tenía que salir de alguna forma, porque es una historia real vivida en cualquier punto de nuestra geografía por muchas niñas que soñaban en azul”.

“Todos los personajes y pequeños detalles de esta obra han sido vividos en la piel de alguna persona en distintos tiempos”, aseguró, indicando que su papel fue “coger y unirlos como en el bolillo, cuando se empiezan con aquellos hilos tan finitos atados al bolillo y las diestras manos de mujeres artesanas hacen magia para enlazar la blonda”.

Los nombres que aparecen son novelados y hay también “guiños a lugares para que nos sentamos más cerca, hasta el punto de que cada lector se sentirá un personaje más, porque en la piel lo va a sentir, va a sentir los latidos de todos los personajes”, dijo la autora de este relato de ambiente costumbrista y determinante canto a la mujer rural.

Y por encima de tantas otras consideraciones, Aurora Rey aseveró que “no es una novela para mujeres, sino que es de mujeres principalmente; también hay hombres, pero ellas son la columna vertebral de la obra”. Por eso, también, los retratos a mano que ha hecho la autora para ilustrar la novela, son de ellas.

Además, su arranque en los años cuarenta del pasado siglo es determinante. “Como decían nuestros abuelos, era una difícil época para vivir y mucho más difícil para nacer”, dijo la escritora y, por eso mismo, “quise darles voz, que todos sintiésemos un poquito su corazón y su piel para poder agradecerles tanto como han hecho por nosotros”.

Aurora rendía así también tributo a quienes “han hecho el camino para que nosotros no estamos igual que ellas”, luchando “a pesar de su época, del dolor, del sufrimiento, de la estrechez, de las injusticias, del desamor, de la infidelidad”, diferenciando a personales que se volcaban en la generosidad de otros que se “metían dentro de un caparazón”.

El alcalde, que ejerció de anfitrión, reconoció que la novela “me ha emocionado, me ha dado tranquilidad y me ha llegado al corazón”, valorando el papel de los escritores porque “para mí, crear y hacer un libro es un orgullo y es un honor que tengo el de contar con una paisana como es Aurora”.

Virginia López, por su parte, celebraba la gran profusión de presentaciones de libros que se vienen sucediendo a lo largo de este año, con especial relevancia este otoño y recordaba que la paisana ya fue en su día autora de otros dos libros distintos, como los que recogen el legado fotográfico del pasado siglo en Almodóvar del Campo.

Carmen Fúnez expresó su “admiración” hacia las personas que se deciden no solo a escribir, sino también a publicar un libro, algo que a su juicio supone “un acto de valentía, porque se expone ante el resto y una generosa acción al crear en unas páginas un mundo que ya no le pertenece a ella, sino nos pertenece a todos”.

Y Francisco Jesús Acero aludió al estilo narrativo y a la solidez de los personajes que aparecen en ‘La niña que soñaba en azul’, “con tramas y situaciones que, desde luego, no nos van a resultar del todo ajenas, más bien al contrario, porque algunas de las situaciones que se reflejan pasan, como se suele decir, hasta en las mejores familias”.

Finalmente, el editor Julio Criado, al que Aurora Rey agradeció su buen hacer y dedicación también para con esta obra, avaló el nuevo género que ahora abraza la almodovareña, poniendo de manifiesto la posibilidad de compartir toda creación con el resto de la sociedad a través de la faceta editorial de firmas como Ediciones C&G.

La autora, tanto al principio como al final del acto de presentación y que tuvo también sentidas palabras de gratitud para su familia, recibió numerosas enhorabuenas y, con su habitual entusiasmo, realizó dedicatorias de ejemplares a cuantos paisanos se lo pidieron.

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