Acusado de intentar matar al amante de su mujer en Malagón pide perdón: «Yo no era esa persona, perdí el juicio»

J.A.G.S., acusado de intentar acabar con la vida de un vecino en la localidad de Malagón, de quien tuvo conocimiento, por boca de su mujer, de que ambos habían mantenido una relación afectiva, ha pedido perdón este viernes en la Audiencia Provincial.

«Yo no era esa persona, nunca me había visto en una situación así y perdí el juicio», ha manifestado en su derecho a la última palabra durante la sesión final de un juicio que empezó el miércoles y que ha quedado visto para sentencia, según recoge Europa Press.

Previamente las partes se han mantenido en sus calificaciones sobre los hechos y en sus peticiones de pena. Así la Fiscalía, en primer lugar, ha mantenido su calificación de la existencia de un delito de intento de homicidio en grado de tentativa con las atenuantes de arrebato y reparación del daño, por el que ha solicitado cuatro años de prisión.

La fiscal ha explicado que su calificación viene argumentada por el arma que se utilizó y las lesiones que presentaba el agredido. También ha explicado la aplicación de las dos circunstancias atenuantes. En primer lugar la referente al arrebato u obcecación que ha quedado, en sus palabras, acreditado por el informe de los diferentes peritos en los que se alega que existía una situación de estrés.

Por otro lado, la de reparación del daño, ya que el acusado consigno más de 10.000 euros que es más de la mitad de la cantidad que estima como indemnización reconociendo el esfuerzo realizado.

Ha descartado el ataque sorpresivo, ya que ha dicho que fue de frente y que no ha quedado acreditado que la intención «no fuera otra que pedir explicaciones». Tampoco ha quedado acreditado para la fiscal el delito de allanamiento de morada.

«LOS HECHOS SON MÁS GRAVES»

Por su parte la acusación particular ha insistido en su petición de 15 años de cárcel por un delito de intento de asesinato, uno de lesiones con objeto peligroso en la persona de la madre del agredido y otro de allanamiento de morada.
«Los hechos son más graves que lo que nos quieren hacer creer la defensa y la Fiscalía», ha sido el principio de su alegato a lo que ha añadido que su cliente «no es una persona agresiva».

También ha pedido que se valore «el sufrimiento tan atroz» por el que ha pasado su defendido que en el momento de los hechos no se podía defender porque presentaba «una gran discapacidad». A lo que ha añadido que el acusado se presentó en su casa con una navaja y le ha acusado de no mostrar «ningún arrepentimiento».

Ha argumentado que no existía tal obcecación en la que se escudan las otras dos partes. «Estaba todo bien pensado», ha asegurado mientras que ha hecho referencia a los mensajes que se intercambiaron la mujer del acusado y el agredido en el que esta le advertía de todo lo que había pasado y de las «posibles consecuencias».

Además, considera que el estimulo de las otras dos partes argumentan para el arrebato es «insuficiente» porque la información ya la sabía desde la noche anterior.

Ha añadido que fue con una navaja, «no fue a darle un puñetazo», y ha mantenido que hubo ensañamiento. También ha defendido el carácter sorpresivo de lo ocurrido, «mi defendido estaba en pijama, incluso».

También ha puesto un punto de atención en la proporcionalidad de los actos ocurridos y en la desigualdad de fuerza entre su defendido y el acusado.

«NO TENÍA INTENCIÓN DE MATAR SINO DE LESIONAR»

Finalmente, la defensa continua con su calificación de que lo ocurrido se trata de un delito de lesiones con medio peligroso. Descarta totalmente la intencionalidad de matar de su defendido sino la de lesionar, y lo achaca a un «arrebato del momento».

Para ello ha argumentado que ha quedado acreditado que el arma era un objeto que llevaba habitualmente por su trabajo en el campo. Además de las circunstancias de lo ocurrido: «Hay un momento en el que el agredido cae boca arriba, si lo hubiera querido matar tenía todo el abdomen para hacerlo» y sin embargo, ha argumentado, su defendido da un «picotazo» en la parte de alta de la cabeza.

Respecto a la situación de la herida del cuello por la que la Fiscalía argumenta la intencionalidad de matar, el abogado ha rebatido que la mujer del acusado estaba delante y no llegaba a otra parte.

Además ha hecho alusión al a falta de reiteración y de una tentativa inacabada, «le hubiera bastado otro golpe para acabar con su vida», ha añadido en referencia al agredido. Algo que para el letrado de la defensa encaja dentro de atenuante del arrebato porque en ese momento esa persona no es dueña de sus actos.

A este atenuante, la defensa añade la de reparación del daño ya que su defendido consignó una cantidad que coincide casi con la totalidad de lo pedido por la Fiscalía en concepto de indemnizaciones.

Ha descartado, por su parte, los delitos de allanamiento, «sabía que iban a ir y les abrió la puerta, casi se les cede el paso» y del de lesiones a la madre del agredido.

La defensa ha expuesto que el acusado debe ser condenado, «pero no a más de la condena que ya tiene de haber conocido la infidelidad de su esposa, la duda de su paternidad y como se le viene abajo su vida familiar».

Por ello, ha pedido que la pena sea «justa y proporcionada» y que en ningún caso supere los dos años. «Que tenga el castigo que merece su acción, pero que pueda seguir con su vida. «La dureza de la ley no implica la justicia para un buen hombre que no quiso cometer estos hechos», ha concluido.

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