Poder y mentiras

Ángel Manuel Sánchez García.“El poder hoy, consiste en saber dominar la información y las mentiras”. Sabemos que las mentiras tienen las patas muy cortas y que nos duele no volver a creer en quienes nos han mentido. Nadie confía de nuevo en quien le engaña. Nadie para apoyarse, cambia un bastón por una vara.

Es fácil ser engañado cuando nos creemos más listos que los demás, cuando hemos corrompido nuestros valores y cuando confundimos lo aparente con lo real. Sentimos amargura y escepticismo cuando contemplamos un mundo envilecido donde se glorifica al ganador con trampas, al fantoche con tacha. Vivimos en una cultura que premia la Mentira y nos crea la necesidad de una realidad ajustada a nuestros deseos, realidad por otra parte, que es falsa y autoritaria.

Lo peor de ello, es que el mal ejemplo de los tramposos contagia tanto y peor que el buen ejemplo. Por ello es fácil y lógico desmoralizarse. Sin embargo, surge en nosotros el instinto de resistencia que es la faz racional del instinto de supervivencia.

Lo más difícil en la vida quizás sea rechazar el camino más fácil y cómodo, que a menudo es el de dejarnos llevar por otros en una actitud de abandono ciego o gregario. Pero cómo sentirnos indiferentes al dolor que las Mentiras nos provocan y cómo superarlas.  Lo más fácil en la vida es equivocarse. Cuando aprendemos esta lección acabamos siendo más tolerantes con los otros, porque éstos también se equivocan. No hay que tener miedo a equivocarse. Sí hay que tener miedo a construirse una imagen falsa sobre nosotros mismos.  

La realidad es dura porque se nos resiste a nuestros deseos. Pero la vida es hermosa y apasionante cuando uno la vive arriesgando. Se arriesga cuando no se escoge el camino más fácil. La satisfacción más inmediata, cuando se opta por el camino difícil, es sentir la dulce caricia de la certeza, la esperanza y la fortaleza, necesarias para superar los momentos de crisis.

Los fuertes no mienten ni se mienten, distinguen entre deseo y recta intención, los fuertes maduran porque caen y se levantan. Saben distinguir entre verdad y mentira, real y virtual, apariencia y esencia, racional y emocional, principal y accesorio, sólido y líquido… Así es el camino exigente de la sabiduría.

Sólo lo exigente es auténtico, y sólo lo auténtico proporciona alegría, conocimiento y esperanza.

En el frontispicio vital de los fuertes podría citarse: “Soy feliz porque doy lo mejor de mí, por algo que realmente merece la pena”.

Nos agrada el Bien y nos desagrada el Mal. Respetamos lo bueno que hay en la realidad y rechazamos sus injusticias. Con ética forjamos un carácter sólido y sin ella, caemos en la depresión porque causamos numerosas injusticias.

Cuando analizamos la realidad, cuando pensamos en lo que leemos o escuchamos (la omnipresente información), cuando revisamos nuestras acciones o pensamientos diarios, estamos realizando el más noble trabajo del día. Ejercitamos así una fundamental LIBERTAD DE CONCIENCIA.

Hay ataques a la libertad de conciencia frente a los que hay que estar alerta. Muchos fenómenos sociales que vivimos responden a la ingeniería social que hacen con nosotros. Su finalidad es controlar las conciencias.

El excesivo bombardeo de información sin análisis, el uso del falso lenguaje, que es dejar de llamar a las cosas por su nombre para hacerlas agradables y por tanto manipulables, el estímulo continuo de las emociones, y la emisión constante de mensajes carentes de fundamento o realismo o que incitan sin razón al alarmismo, tienen un alto contenido en grasas saturadas, es decir, en estupidez. Todo esto pone en grave riesgo nuestra percepción integral y libre de la realidad, y con ello el ejercicio libre de nuestra conciencia que nace condicionado.

En esta cultura se rinde culto a la estupidez, que es ese infantilismo, simplismo o engreimiento sin fundamento, que tanto fomentan los medios de comunicación, tratando de hacer de lo extraordinario o disparatado, algo ordinario o corriente, distorsionando así realidad y sentido comunes.

Cuando el dominio de la información no resulta todo lo eficaz que se esperaba (existen medios y redes sociales tan populares como rebeldes), se hace preciso a esa ingeniería social, recurrir a las mentiras no encubiertas, al descaro y la sinvergonzonería, a la insensatez sin escrúpulos.

Investiguen quienes están detrás de esas nuevas rentables empresas que pretenden controlar la opinión pública plural y libre (lo llaman “Fake News”) o las redes sociales. Encontrarán sorpresas (v.gr. Ana Pastor, mujer de Ferreras, es dueña de Newtral, y conocida es la parcialidad (y fortuna) de la conocida pareja).

En materia de descomposición del Estado-Nación e ingeniería social, España está a la vanguardia de occidente. España ha sido temprano campo de batalla entre absolutismo y liberalismo, sacralización y secularización, entre fascismo y comunismo, capitalismo y socialismo. Ahora lo es entre Ley y anarquía, entre pensamiento plural y libre y pensamiento único.

Se pretende incubar en la sociedad española el virus de la idiotez para que neguemos lo que vemos, discernimos, escuchamos, recordamos o sabemos. La anarquía sin violencia (llamado pensamiento débil) erosiona de forma agresiva instituciones (desde la familia al Estado), certezas (el cumplimiento de las leyes) y libertades (la no imposición del fuerte sobre el débil). Existe una inversión perversa de valores que convierte a los presuntamente débiles en los más fuertes.  Hoy los totalitarismos se visten de apariencias, de falso pacifismo, falsa debilidad y falsa democracia. Hoy el lobo se viste de cordero.

Su éxito se debe mucho a un proceso progresivo de envilecimiento social llevado a cabo desde hace tiempo (“Sálvame” lleva décadas en TV). Hemos contribuido todos a este estado de cosas cuando la vileza y la corrupción moral han campado a sus anchas en derredor, y no sólo en nuestros políticos. Ante ellas hemos callado unas veces por interés, otra por cobardía y otras por idiotez. Hemos comprado para nuestra juventud una realidad donde todo se obtiene sin esfuerzo. Hemos comprado derechos sin obligaciones. Hemos vendido nuestro sentido común, nuestra dignidad y experiencia vital por un puñado de promesas hechas por auténticos sinvergüenzas, lobos vestidos de cordero.

La regeneración moral que necesita nuestro país se llama intolerancia a la mentira y la vileza.   Hemos de tener muy claro, que importan los hechos más que las palabras.  Que se lucha contra las falsas ideas no contra las personas, salvo que sean intrínsecamente malas. Es necesario distinguir la verdad de la mentira.
La verdad para ser reconocida tiene cualidades. La verdad es auténtica, exigente, coherente, esencial, liberadora, duradera, fiable. Mentir es decirle a la gente lo que quiere escuchar, aunque sea un disparate.

Necesitamos una Democracia fuerte basada en certezas y en mecanismos de auto-defensa frente a los totalitarismos. Una Democracia fuerte combate los malos usos de quienes usan las instituciones para su beneficio personal, corporativo o minoritario.  

Si para el éxito de una revolución marxista, Lenin consideraba esencial el uso de la mentira como arma política, la contrarrevolución (de las certezas) la hará fracasar cuando adoptemos frente a la falsedad, una actitud de autenticidad. ¿Quieres ser líder? Sé auténtico.

La mentira no tiene la fuerza ni el recorrido que tiene la verdad. En la verdad se apoyan dos conceptos fundamentales de la Democracia auténtica: Legalidad y Legitimidad, que son forma y fondo, apariencia y realidad.   La Ley protege la realidad contenida en ella. La realidad contenida en ella ha sido, tras deliberación, aprobación y control, admitida por justa. Es justa si remueve una injusticia. Hay injusticia cuando hay desequilibrio. Hay desequilibrio cuando el fuerte se impone al débil. No siempre el fuerte o el débil lo son realmente. Para reconocer a la parte realmente débil y fuerte hay que abrazar la realidad y aparcar los prejuicios. Las ideologías no pueden sustituir a la libertad de conciencia en este cometido, no nos dejan pensar.

Nadie llamaría felicidad, libertad o democracia a lo que es sostenido a base de mentiras. Eso tiene un nombre, Ingeniería social, es decir, “Dictadura de las emociones”, que es la dictadura de hoy. La de mañana tiene otro: Tiranía, que es “Dictadura de las mentiras”.

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7 COMENTARIOS

    • Sánchez «no dormiría tranquilo» con ministros de Podemos en su Gobierno.

      Si tiramos de hemeroteca Carlitos…

      No terminamos.

      El único programa de gobierno existente es la mentira constante.

      • Bueno, debe usted recordar que más de 1.300 científicos sociales, investigadores y académicos firmaron el pasado mes de noviembre de 2019 un manifiesto denunciando el falseamiento y la manipulación de la realidad por parte de los dirigentes ‘Vox’. ¿Y se atreve a hablar de ‘mentira’ y ‘verdad’? ¡Qué osadía!…..

        • La realidad entonces está en manos de unos pocos, no es accesible a todos.

          Eso tiene viejos nombres.

          Sí me atrevo a hablar de mentira y verdad. Todos los españoles hemos sido testigos durante meses del Fake Pedro Sánchez.

          No necesito a nadie para interpretar videoteca y hemeroteca.

          Qué osadía pretender que neguemos lo que hemos visto y oído.

          Eso solo pasa en las dictaduras.

        • Y lo digo ante esta cámara, para que conste en acta: «yo no voy a permitir que la gobernabilidad de España descanse en partidos independentistas» PEDRO SANCHEZ mentiroso, embustero, falso, estafador….
          NOS MERECEMOS UN GOBIERNO QUE NO NOS MIENTA.

        • Y se atreve a hablar de mentira. Que indignidad! Que desfachatez! que caradura! Que sinvergüenza! ….

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