La fiesta de los Mayos en tiempo de confinamiento

Julián Plaza Sánchez. Etnólogo.– Quería escribir sobre la fiesta de los mayos en la provincia de Ciudad Real, ver la evolución que ha tenido desde que publiqué el libro de investigación etnológica “La fiesta de los mayos” allá por el año 1990. Pero este año no se podrá celebrar la fiesta porque un maldito virus nos ha robado el mes de abril. A causa de este suceso  no deja de dar vueltas en mi cabeza la canción de Sabina:

Quién me ha robado el mes de abril / cómo pudo sucederme a mí / Pero, quién me ha robado el mes de abril. / Lo guardaba en el cajón. / Donde guardo el corazón.

Este año volverá a entrar mayo hermoso y florido, aunque los mozos manchegos no podrán cantar debajo del balcón de su amada las estrofas que otros años sonaban con acompañamiento de guitarras y bandurrias. En los pueblos manchegos el canto de Los Mayos está considerado como una joya de nuestro patrimonio etnográfico. Los más mayores recuerdan cuando los mozos se quedaban a dormir en las quinterías para realizar tareas agrícolas, pues bien, durante el mes de mayo y cuando volvían los sábados al pueblo, aprovechaban para cantar los mayos a las mozas casaderas.

Aunque esta fiesta tiene un origen pagano, probablemente de procedencia romana, la Iglesia luchó por cristianizarla. Así tenemos que mayo es un mes dedicado a María y a la Cruz. También recordar que esta manifestación no es exclusiva de España, pues desde muy antiguo por toda Europa se realizan celebraciones durante el mes de mayo y éstas se centralizan entorno al llamado “árbol de mayo”.

Para el psicoanalista Carl G. Jung, el árbol es símbolo de la vida, se asimila a la madre. A partir de toda una serie de interpretaciones que hace Jung sobre el árbol podríamos entender la relación de este símbolo con la Virgen María, la procreadora del dios con naturaleza humana y por tanto la Madre simbólica para todos los cristianos católicos. María es simbólicamente el árbol que ha dado como fruto a su hijo Jesucristo. Por otra parte, para el cristiano católico mayo es el mes de la Cruz. Jung lo explica a través de la asociación de la cruz con el árbol. La cruz representa la muerte y la vida al mismo tiempo. Muerte por la crucifixión de Jesucristo y la vida porque a ella se ata el creyente como la fuente de vida sobrenatural. En definitiva mayo es el mes de esplendor de la vegetación, o sea de la regeneración de la vida. Es el mes del amor entre sexos diferentes, porque de la unión entre hombre y mujer nace una nueva vida.

 La primera noticia que tenemos de estos cantos, la encontramos en una cantiga de Alfonso X el sabio. Varias estrofas componen la canción, cada una con cuatro versos o cuartetas y estos versos, tienen normalmente ocho sílabas con rimas asonantes en los pares y libres en los impares, y con relativa frecuencia sin rima.

 En la actualidad son las asociaciones folclóricas, las que han conseguido recuperar y evitar que esas estrofas de canto de mayo desaparezcan. Son estas las que pasan la noche del 30 de abril al 1 de mayo, rondando de ventana en ventana. Pero la fiesta, aunque sustentada por estas asociaciones, ha perdido su originalidad. Lo espontáneo de los mozos de otras épocas ha dado paso  a lo organizado e institucionalizado. En muchos pueblos estas fiestas han sido declaradas de Interés Turístico Nacional o Regional. En la noche del 2 al 3 de abril se canta los mayos a la Cruz. Con esta perspectiva destaca la celebración en Villanueva de los Infantes o en Piedrabuena por su espectacularidad, aunque la Cruz es venerada en una gran mayoría de pueblos de la provincia de Ciudad Real.

Para ver cómo ha evolucionado la fiesta nos vamos a fijar en Puebla de don Rodrigo, una localidad situada en la zona de los montes de la provincia. Muchos pueblos de los montes, año tras año, reviven estas fiestas tradicionales. La particularidad en Puebla de don Rodrigo, es que a los doce de la noche del día treinta de abril, los mozos organizan la subasta de la vara del “alcalde de los mayos”. En este acto solamente pueden participar los jóvenes del pueblo y el que más puje es el que se queda con la vara. Esto le permite organizar y dirigir la fiesta hasta el día tres de abril con la celebración de la Cruz. El primer privilegio que tiene es nombrar a la alcaldesa que, junto a él, será la protagonista de la fiesta.

El “alcalde de los mayos” y su comitiva el primer mayo que cantan es a la Virgen, para después proseguir cantando a las mozas del pueblo. Los actos que completan la celebración es plantar el mayo en la plaza y cortar enramadas para colocarlas en los balcones de las mozas con las que quieren iniciar una relación amorosa.

El Mayo a la Virgen comienza con esta estrofa: En nombre de Dios comienzo / y de la Virgen María / y del Santo San José / por ser la primer folia. También el alcalde de los mayos planta el árbol-mayo a la puerta de la iglesia, este privilegio solamente lo tiene el alcalde. A continuación se inicia la ronda por el pueblo para cantar los mayos a las mozas. El primero será para la alcaldesa: Mis compañeros y yo / traemos en el empeño / el dibujar a esta dama / la más hermosa del pueblo. En la noche del dos al tres de abril es cuando se planta el mayo y colocan enramadas los mozos en el balcón de la casa que les interese despertar un inicio de relación amorosa con la doncella que en ella vive. Esa misma noche se canta a la Cruz: En nombre de Dios comienzo / y de la Virgen María / y de esta Divina Cruz / por ser la primera folía.


Comienza la ronda en Puebla de don Rodrigo. Año 1980

En Puebla de don Rodrigo se conservan los rituales que tradicionalmente se llevan a cabo en el momento culminante de la primavera. Plantar el árbol-mayo proviene de los antiguos ritos primaverales de la fertilidad en la Europa precristiana. En la antigua Roma, durante esta estación, un pino que simbolizaba a la diosa Cibeles, diosa del amor y de la fertilidad, era llevado a su templo en el monte Palatino. También en toda Europa septentrional, los jóvenes iban a los bosques y traían ramas que colocaban en las casas de sus amadas. Las enramadas estaban consideradas como símbolos fálicos, utilizados en numerosos ritos de fertilidad. Estas enramadas han formado parte del mundo campesino castellano dentro del ciclo de la primavera.


Plantar el árbol-mayo delante de la iglesia en Puebla de don Rodrigo, año 2011.

Como es obvio, aunque estas fiestas se perpetúan en el tiempo, las relaciones amorosas han cambiado. Las ocasiones en las que los mozos y mozas hacían patentes sus sentimientos han desaparecido, la transformación del mundo rural y de la sociedad tradicional es un hecho evidente.


El mayo es plantado en el balcón de la amada en Puebla de don Rodrigo. Año 1980

Este año no podemos oír a los mozos cantar debajo de los balcones de sus amadas la estrofa:

Ya estamos a treinta / del abril cumplido, / mañana entra mayo / de flores vestido, / mañana entra mayo / de flores vestido.

            A cantar el mayo / vengo a tu ventana, / si me das licencia, / hermosa dama.

Tampoco podremos ir al Camarín de la Virgen del Prado para cantarle el Mayo, las estrofas sonoras de otros años se perderán en el silencio de la noche:

            Pido me dé permiso / para cantar este mayo / a la Santísima Virgen, / Nuestra Señora del Prado.

 A ti, Madre Virgen, / quiero dibujaros, / os pido nos libres /de todo pecado.

 Lo mismo pasará con las Cruces que no se podrán exponer, ni se podrán cantar los mayos a las mismas. Solamente podemos rememorar las estrofas cantadas otros años.

El árbol divino

de la Santa Enseña

de rosas y flores

vestidle, doncellas.

De la Cruz en torno

niños y doncellas

asidos las mangas

forman una rueda.

Empiece la zambra

y empiecen las vueltas

y el cante y el baile

animan la fiesta.

Y siga la zambra,

y siga la fiesta,

y cantan los coros

dando a la Cruz vueltas.


En estos momentos tristes y de sufrimiento quiero mandar aliento a todas las personas. Los españoles a lo largo de la historia nunca se han rendido, ahora tampoco y como dice Mario Benedetti en su poema “No te rindas”:

            No te rindas, aun estas a tiempo

            de alcanzar y comenzar de nuevo,

            aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,

            liberar el lastre, retomar el vuelo.

 Como ejemplo de resistencia tengo que mencionar al pintor David Hockney, que a sus 82 años es uno de los pintores vivos más cotizados y que nos quiere mandar un mensaje de vida y renovación. Recluido en su casa de Normandía pasa los días dibujando la primavera. Su cuadro de narcisos lo tituló: “Recuerda que no pueden cancelar la primavera”, y comenta que no importa cómo fue el día de ayer, los pájaros siempre empiezan el nuevo día con una canción.

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