Cuaderno de Pandemia (21)

Manuel Valero.Día 51 de confinamiento, en vísperas del debate parlamentario que ha de decidir si se prolonga otra quincena más el Estado de Alarma o sobreviene el caos. Hace una tarde casi veraniega, aunque el termómetro se muestra más condescendiente que ayer.

A simple vista la calle parece un poco más animada entre los turnos de liberación y nada denota, también a simple vista, que la sociedad civil viva con el corazón en un puño por lo que han de decidir sus señorías españolas sobre el destino de la nación, pandémica no solo de bicho sino de otros males.

Detrás de la hojarasca de cuanto ocurre hay una procelosa selva de intereses, la insidiosa intrahistoria de la política chica, cuyas maniobras sospechamos aunque no tengamos la información precisa, racional, y tranquila para apoyar la decisión que mejor convenga a la salud pública del país.

El análisis somero de la situación, qué remedio, nos arroja este teatro de operaciones:

El Gobierno quiere ganar el concurso de la Cámara baja (la Alta ya hace tiempo  que es una excrecencia, y habría que tenerlo en cuenta cuando llegue el tijerón de la “normalidad nueva”) para mantener el control de la situación de modo que el cuartel general sanitario y demás siga centralizado en La Moncloa con la complicidad legal de los ciudadanos que viviremos confinados pero un poco menos por otros quince días hasta que los aldabonazos de la vieja normalidad por regresar a su ser se oigan hasta en Mahón. (Esto lo decía mi abuela Casilda. Lo de Mahón).

Por otro lado:

La oposición izquierdosorepublicanacatalana, los indepes de postín, la ultra de Vox, la mayoritaria derecha popular, el aleph ciudadano y otros presis de primera, se muestran abiertamente en contra de seguir alarmados una quincena más o dudan de la idoneidad de una medida que ha sido buena hasta hoy pero que con la doma de la chepa coronoviral, el alargamiento de la cuerda, la lenta conquista de la calle por turnos y la tímida apertura del pequeño comercio, ya no hace falta que Pedro Sánchez gobierne con absoluta comodidad amparado en la excepcionalidad . Aducen que hay leyes que permiten apagar la sirena y ensayar medidas ad hoc con que desconfinarnos y desescalarnos.  

Como en todo, es la clase política la que enciende sus pasiones y apaga las nuestras, porque ocurra lo que ocurra mañana, se acatará como no puede ser de otra manera y así viviremos en libertad condicional por dos semanas o nos adentraremos en un campo sin hollar con el regreso por voluntad del Parlamento a la vieja normalidad,  vigilada de consuno por los territorios. Todo sea por detener el coronavirus de los cojones o que vaya perdiendo fuelle a medida que nos contaminamos todos que somos rebaño en la jerga epidemiológica, manda carallo. Conveniencia de seguir entre rejas domésticas con salidas al patio… o riesgos de rebrote al aligerar la condena. Ah, amigo, aquí está la duda. A simple vista , claro.

Me pregunto si en su fuero interno el Gobierno, o sea Sánchez, Iglesias y la compaña no desearían mandar a hacer puñetas el glamuroso, aplaudido, moderno y democrático Estado de las Autonomías, para poder seguir controlando la doma de la malade. Conste que dentro del océano de dudas que soy, también soy  de la opinión de que cuando pintan bastos de verdad como han pintado,-un desastre descomunal como éste o una tragedia natural o social- no hay circo Price autonómico que valga por muy estupendos que se pongan los antipáticos periféricos de siempre o los señores presidentes y presidentas de barrio.

Luego de casi dos meses de control absoluto para enmendar los errores y los horrores, las CCAA quieren  desfilar a gusto el día de la victoria, los eternos pelmazos identitarios  borrar la hegemonía de Madrid que ha traído el Covid 19 y  el PP arrebatarle al Gobierno el alarmante absolutismo de la gobernación jacobina, no vaya a ser que cuando estemos sanos y salvos nos acostemos capitalistas y nos levantemos comunistas. O algo así, que la distopía venidera da mucho juego. Y como siempre otra vez la raya que separa la España Ulterior de la Citerior (pongan las insignias  donde quieran o dénle la vuelta), o sea, a quienes defienden la vida que no previeron ayer y quienes arriesgan peligrosamente la salud de los sufridos contribuyentes levantando una alarma que ayer exigían. Todo este galimatías lo veremos mañana en el hemiciclo a la baja sin ERTE en lo que será más una batalla por el pendón político, partidista, territorial o nacionalista, que una desinteresada entrega y debate de propuestas en aras de las decisiones más beneficiosas para el objetivo  primordial y sin precio: la salud y en consecuencia, la vida.

A los ciudadanos de a pie nos llega el tímido reflejo de una realidad mucho más cruda, que es la que se cuece entre bambalinas. Pero se nota. Se les nota, se les ve que están jugando sobre el tablero apestoso de esta insólita circunstancia. ¿Dónde estará la verdad verdadera? Uno que se deja llevar por un entusiasmo casi adolescente piensa que en todas partes y en ninguna. Y que la mentira, la no verdad o verdad a medias está en todas partes y en todas partes. Y punto.

No sé si en otras comunidades la oposición, sea del PSOE del PP o de Partido Sursumcordiano se habrá empleado con tanta saña ad hominen como el PP de Castilla-La Mancha, que en pleno aguacero no deja de morderle la pierna a Emiliano García Page a quien quieren ver reprobado y hundido por las Cortes cuya mayoría fiel lo apoyaría en caso de debate reprobatorio aunque quedaría la foto.  Yo creo, es más estoy casi seguro, que los populares  lo hacen por el interés de todos nosotros, probos infantes de a pie, de a bicicleta o de a zapatilla, y no por el ansia viva  de volver a los sitiales de Fuensalida. La política en Castilla-La Mancha es especialmente desafecta y nos viene ya de décadas este insoportable cuerpo a cuerpo. Muy de lejos. Uno no quiere pensar que en el fondo de la refriega por la buena, mala o malísima gestión de la epidemia  se estén contando ataúdes por votos. Sería terrible.

En mi ciudad queda la insólita declaración pública de Vox que  aplaude la medida del gobierno socialista de exonerar a los bares de pagar el impuesto de terrazas este año maldito de la peste malaria. (Definición escuchada en el super. Suerte y en ello estamos). Y es estupendo.

Lo que estamos aprendiendo en estos tiempos raros.

Salud y saludos.

Relacionados

5 COMENTARIOS

  1. Los mensajes autoritarios, de fuerza, agresivos, se compran mejor que los mensajes de la prudencia y el raciocinio de la Ciencia. Nuestra ‘derecha’ lo sabe y lo utiliza…..

  2. Pase lo que pase hoy, el mensaje es:

    “Todos los días hay atropellos y no por eso prohíbes los coches”. Díaz Ayuso (la pistolera de Michigan).

    No se me ocurre nada más que decir. Está todo explicado y bien explicado. Los españoles estamos en buenas manos con nuestra oposición.

  3. Covid-19 en residencias:»Pedimos retrovirales y nos envían morfina y sedantes”.

    Ignacio Fernández-Cid, presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia (FED), con más de 2.400 residencias de mayores en toda España, da su versión sobre la muerte de más de 11.300 ancianos por Covid-19.

    https://www.diariomedico.com/empresas/covid-19-en-residenciaspedimos-retrovirales-y-nos-envian-morfina-y-sedantes.html

    MALDITOS.

    HAY PERIODISMO???

    CUANTOS FALLECIDOS EN LAS RESIDENCIAS DE CIUDAD REAL??

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img