La ‘despensa’ de la RAP promueve la colaboración entre familias en situación de vulnerabilidad para garantizarles una alimentación adecuada

Un total de 83 personas, integrantes de 21 familias, disponen, a través de la Red de Apoyo Popular (RAP), de alimentos variados y productos de primera necesidad. Esta plataforma, integrada por personas de Ciudad Real y gestada en los últimos meses, se define como una red de confianza que no pertenece a ninguna entidad, institución u organización.

El pasado viernes se llevó a cabo una recogida de alimentos en su local de la calle José Ribera, en el popular barrio de Pío XII, y allí acudió MiCiudadReal.es para conocer algo más sobre el proyecto de la RAP.

Esta red surgió a iniciativa de un grupo de personas que, a comienzos de este aciago 2020, se plantearon qué podrían hacer para ayudar a inmigrantes en situación de vulnerabilidad, a los que se les iban agotando los permisos y ayudas. Con esta idea en mente, llegó la crisis sanitaria a causa de la pandemia de covid-19 y decidieron seguir adelante con su proyecto, pero abriéndolo a cualquier persona que lo necesitara. Así, se configuró como una red de apoyo y acogida, que facilita acompañamiento y asesoramiento, además de alimentación y productos de higiene y primera necesidad a familias de la capital.

La RAP se nutrió en sus inicios con aportaciones de colaboradores y fondos procedentes del Colectivo de Organización Local (COL) y el Círculo de Bellas Artes de ciudad Real. Gracias a las donaciones y el remanente de estas asociaciones, de marzo a agosto se realizaron compras en tiendas de barrio y el reparto de cestas de la compra, con la idea de ayudar tanto a las familias en situación de vulnerabilidad que la red apoya como al comercio local. Apuntan que estos establecimientos, regentados tanto por españoles como por personas de otras nacionalidades, como marroquíes, colaboraron con ayuda de diversa índole al proyecto.

En una segunda fase, la RAP ha alquilado un local en la calle José Ribera, con facilidades por parte de su propietario, y está en trámites de adscribirse al Banco de Alimentos. Diligencias que, esperan, estén solventas en octubre, cuando podrían empezar a colaborar activamente con esta conocida organización que lucha contra el hambre y la pobreza. A partir de entonces, la idea es complementar los recursos provenientes de esta ONG con alimentos frescos y otros productos provenientes de otras aportaciones.

Autogestión y confianza
La labor de la RAP no se basa en el asistencialismo o la caridad, sino que, a través de sus colabores, se facilitan las condiciones para promover que las familias implicadas se organicen entre ellas. En el caso de la ‘despensa’ de Pío XII, gestionando el reparto en base a unos criterios establecidos.

A través de un grupo de Whatsapp, colaboradores y representantes de las familias interaccionan. Los primeros asumen determinadas tareas puntuales, y algunos de ellos realizan labores de coordinación entre cada tres de las familias integrantes de la RAP. La organización, explican, no es jerárquica, sino horizontal, y está orientada a fomentar la autogestión. Un proceso que lleva a familias de distintas nacionalidades a colaborar entre sí. Todo, recalcan, está basado en redes de confianza entre las personas que colaboran o ayudan y las personas a las que se apoya.

La RAP apuesta por configurarse como una red de calidad, no de cantidad; no pretende atender a las máximas familias posibles a costa de que la ayuda sea insuficiente. Por ello, persigue que las personas a las que que la red acoja tengan una alimentación digna y variada, con alimentos frescos, además de productos de higiene personal y limpieza. Lo que compondría la cesta habitual de cualquier familia en condiciones normales.

La situación actual derivada de la crisis de la covid-19 dificulta la celebración de reuniones o de eventos para recoger alimentos. Semanas atrás, recuerdan, se organizó una batalla de gallos en el barrio de La Granja. Algunos otros proyectos, como un mercadillo de segunda mano, se han quedado pendientes para cuando la alerta sanitaria lo permita.

Por último, advierten de que el problema social que aspiran paliar está lejos de ser coyuntural, y que se verá agravado por las consecuencias económicas derivadas de la pandemia. La sociedad se enfrenta a situaciones de pobreza y vulnerabilidad de carácter estructural, concluyen, que ni las administraciones ni las ONG están sabiendo atajar.

Quien desee contactar con este colectivo para conocer más sobre su proyecto o colaborar en él puede hacerlo a través de la página de Facebook de la RAP.

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