Una almoneda llamada España

La vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, responsable de competencia, afirmó en una respuesta oficial  de 23-9-20:

“A fecha del presente escrito, las autoridades españolas no se han puesto en contacto con la Comisión para solicitar un régimen específico de ayudas al sector turístico”.

Seguramente nuestro Gobierno tendrá el reloj atrasado; sin embargo, son exquisitamente puntuales en sus sermones televisivos.

¿Otro acto más de incompetencia? ¿Cuántos irán ya? Yo he perdido la cuenta.

Repasemos la  situación: Francia, Polonia o Dinamarca ya habían solicitado la ayuda. España, la segunda potencia turística del mundo, cuyo desplome del PIB va camino de ganar todas las competiciones de la OCDE, espera; no sabemos a qué, pero espera.

Simón –no el del vino, sino el de los sermones- se congratuló de que determinados países europeos decidieran no visitarnos en el verano. Definitivamente, para llegar al Gobierno o sus aledaños, presentar un cuadro de deficiencia cognoscitiva debe ser un mérito muy apreciado; como el cinismo.

Tanta incapacidad es difícil de aceptar. Me temo que estamos ante una cadena de gatos encerrados.

En otros artículos, he venido a decir que en toda guerra o revolución hay sufrimiento, pero no todos sufren de la misma forma. Que el evento Covid -19 daría lugar a una colosal transferencia de riqueza de abajo a arriba -de los pequeños propietarios a los grandes- y de los países periféricos a los centrales nacidos del nuevo tablero geopolítico. Añadí, entonces, que España, nos gustara o no, formaba parte de la periferia, fruto de la actitud genuflexa de nuestras élites, independientemente de su ideología de salón.

Manifesté, asimismo, que el sistema financiero estaba quebrado, necesitado de una enorme guerra o de un hundimiento económico general; se ha elegido la segunda alternativa.

La desindustrializada España tiene dos joyas: el sector turístico y el sistema público de salud. Uno y otro están siendo empujados hacia el despeñadero. El primero, cortándole los flujos de dinero procedentes, bien de los clientes, bien de las ayudas de la UE, retrasándolas inexplicablemente; cuando lleguen será tarde para muchas empresas del sector. El segundo, desprestigiándolo. El pésimo funcionamiento de la atención primaria telefónica y sus consecuencias de mala praxis, incluso con resultado de muerte (recordemos el reciente caso sucedido en Espinosa de los Monteros –Burgos-, donde una mujer murió de cáncer sin que su médico de cabecera se dignara darle cita) va a cuestionar el sistema ¿Desde cuándo el teléfono es la mejor forma de atender a un paciente? ¿Qué pretende la OMS con esta práctica auspiciada por ella y obedientemente implantada en nuestra sanidad a pesar de su sinrazón?

La gobernanza mundialista sabe lo que hace. Están sentando las bases para poner ambos sectores en manos de los fondos de inversión foráneos con la excusa de la necesidad de nuevos capitales para optimizar su funcionamiento: Black Rock, Black Stone, Vanguard o cualquier otro, o varios a la vez.

Estamos ante un ejemplo claro de financiarización de los sectores económicos: La toma de control por parte del poder financiero de todo aquello que merezca la pena.

Se acabaron los tiempos en que Ramón Areces llamaba por su nombre a cada empleado de El Corte Inglés; en que Alfonso Escámez llagaba a presidir al extinto Banco Central habiendo entrado de botones.

Hoy, gracias a la financiarización, fondos situados a miles de Kms. decidirán el destino de una empresa y sus trabajadores desconociéndolo todo sobre ella salvo unos cuantos ratios supervisados por la inteligencia artificial de unos robots encargados de analizar los Big Data desde un rascacielos de cualquier ciudad estilo Boston. Esta será una de las consecuencias del evento Covid -19.

Estos sectores, comprados a precio de saldo con la complicidad del Gobierno en su hundimiento y desprestigio, serán reconvertidos por sus nuevos controladores; las viejas reconversiones serán una broma.

El gran fondo, Black Rock, participa en 18 de las 35 empresas del IBEX-35. Es el principal accionista de casi el 90% de las empresas del índice S&P 500. Los gestores de fondos han desplazado a los bancos como actores globales claves. Dominan a las grandes multinacionales como accionistas. Son imprescindibles en la monopolización de la riqueza en cada vez menos manos, atentando contra ese mantra, imposible en la realidad de la vida, llamado libertad de mercado. Black Rock asesoró al gobierno de España en la creación de la Sareb; obtuvo información privilegiada y la utilizó.

Los estados de bienestar se tambalearán tras el evento Cobid -19; mucho más en los países periféricos, llamados a ser presa fácil, es decir, proveedores de gangas para los depredadores de nuevo cuño. Curiosamente, serán éstos quienes aparecerán en escena como los salvavidas perfectos. El PSOE y UP no tendrán ningún pudor en entregarles el país. En “La red secreta de Soros en España”, el periodista Joaquín Abad afirma que 33 miembros del PSOE forman parte de la misma, al igual que 9 del PP y 6 de Podemos. Entre los actuales integrantes del gobierno estarían Arancha González Laya, Manuel Castells, Nadia Calviño, Pablo Iglesias y el propio Pedro Sánchez; también la actual fiscal general del Estado, Dolores Delgado y, como dato de interés, Abad incluye al exjuez Baltasar Garzón y al abogado de Puigdemont Gonzalo Boye. No son los únicos. Los hay de otros partidos, del mundo empresarial, periodístico, etc; lo que nos indica que los nuevos afrancesados son un cáncer en la sociedad española y aprueban, cuando no participan, la entrega de España a las potencias globales –nacionales o privadas- que emergerán, antes o después del saqueo, al final de la revolución en que nos encontramos.

Mérkel quiere más y reclama Telefónica; Deutsche Telekom estudia cómo plantear la OPA decisiva. El diario El País ya preparó el terreno de la mano de su Director, advirtiendo que Telefónica no estaba en condiciones de asumir el desafío de la nueva era digital. Ana Patricia Botín debe estar de acuerdo; sería impensable un posicionamiento así de su diario tutelado, sin su autorización previa. El Santander también está participado por Black Rock.

Los megafondos de inversión tienen un problema: nacieron para invertir en sectores con beneficios en continuo crecimiento, lo que obligará a una búsqueda permanente de nuevas minas empresariales; de no haberlas, las inventarán; un ejemplo claro es el cambio climático. Más que una necesidad del planeta, se trata de una enorme oportunidad de negocio con beneficios encadenados a largo plazo. El cambio climático es una imposición del mundo de los nuevos meganegocios, inyectada en la médula de la opinión pública mediante una campaña de mercadotecnia muy bien diseñada y ejecutada con la técnica del martillo pilón. Iberdrola está participada por Black Rock.

Un megafondo avanza sobre una bicicleta que no se puede parar a riesgo de que se caigan todos los que se sientan en ella.

La ONU pretende que estos monstruos formen parte activa de su diseño de gobernanza global, al igual que otras entidades privadas, como determinadas ONGs. No sería extraño ver, por ejemplo, a Greenpeace, nacida bajo el manto de armiño de la corona británica para evitar el desarrollo de las naciones predestinadas, según su modelo internacional de división del trabajo, a ser eternas proveedoras de materias primas. Un claro instrumento a favor de un neocolonialismo brutal de apariencia amable y seductora. Una organización que ha pasado de puntillas sobre las tropelías medioambientales realizadas por sus padrinos anglosajones.

En este nuevo diseño de la ONU hay demasiados indicios de que el papel de los parlamentos nacionales será testimonial. Las únicas instituciones elegidas por sufragio universal podrían quedar relegadas.

El sobrehundimiento económico de España no es natural, como tampoco lo fueron ni la pésima gestión de la Covid -19, ni su desarrollo, ni sus consecuencias. Es imprescindible evitarlo. Con una ciudadanía asustada será muy difícil.

Hay que dejar de ver los noticieros donde de manera malsana y dolosa se sigue equiparando contagiados con positivos en las pruebas PCR.

Sin la reacción popular, de España puede no quedar ni la bandera.

_

Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com

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12 COMENTARIOS

  1. De acuerdo completamente con tus aldabonazos. No coincido con todas tus reflexiones, pero la idea general la comparto. Y aunque la cutrez se extiende a más ámbitos que el político, lo que nos tocó en suerte en la tómbola de la investidura de Sánchez (sin comprar siquiera boleto) lo vamos a pagar bien caro y durante mucho tiempo.

  2. La reacción popular por las circunstancias en que nos encontramos,(pandemia, miedo, contagios, confinamientos, distanciamiento social…) es difícil que se produzca. Cuando ocurra, que ocurrirá, y la ciudadanía se organice, movilice, y proteste, será demasiado tarde.

    • Una España quiere vivir a costa de la otra y le da igual el panorama y volvería a votar lo que ha votado. Solución, cerrar y que vivan del aire que respiran y del que prometen que es muy ecologista eso.

  3. Interesante planteamiento el que expone, señor Lastra. Sin embargo, olvida Vd que Telefonica es una empresa privada (cuya privatización lejos queda de los sujetos a quien usted acusa en este artículo de mucha paja y poco grano) y, como tal, el gobierno no tiene ni voz ni voto en ella. ¿O está sugiriendo subrepticiamente una intervención estatal para recuperar «lo que es nuestro»?

    Porque si la memoria no me falla, nacionalizar empresas está en el programa de uno de los partidos del gobierno. Antes de que se den cuenta los liberatas de boquilla de España, esta estará vendida como usted bien dice a la Black Rock de turno.

    • Muchas gracias por tu comentario.
      Las empresas privadas están sujetas a las presiones e intereses políticos. Quién ha hecho el movimiento de fuerza no ha sido el DBank, sino Merkel. El DBank hará otro movimiento en función del resultado de la presión, pero esta acción del banco alemán ya será de carácter operativa. El gobierno español podría negarse y Merkel recordará que puede obstaculizarlos fondos que España pueda recibir. Telefónica podría oponerse y enfrentarse al gobierno si llegara el caso. Bien, pero deberá asumir el posible ataque de los mercados financieros interesados en el cambio de titularidad.
      La pureza de empresa privada y pública sólo existe en los negocios pequeños. Hoy, además, la financiarización es el nuevo modelo de acumulación de capital.

      Un cordial saludo

  4. España a la venta, quién quiere comprar un pedacito de costa en la futura Venezuela europea??? Hay lo que hay que tener como en Grecia??? Las costas son de dominio público, pero hay que mantener a la casta estatal y autonómica. España a la venta!!! España a la venta!!! La culpa del PP y por supuesto de Franco!!! Quién va a llevarse la comisión??? Qué juez va a impedirlo???

    • Llevas toda la razón:

      El PP acata la sentencia de Gürtel pero acusa a Sánchez de llegar al poder “con una mentira” (entiendo que esa mentira es como la derecha llama a eso tan feo de ganar unas elecciones en las urnas).

      El Supremo confirma que el partido se lucró gracias a la trama corrupta y que debe devolver el dinero.

      No hay más que decir. Bueno, que si, que España ha sido gobernada por gentuza.

  5. Buenas tardes Don Marcelino

    Coincido a grandes rasgos.

    Estos están colaborando con gentuza de fuera para hundir la naciñon y saquearla. Y quedarse ellos cómo asministradores de la miseria.

    Pero no me encaja del todo en el tema del turismo y de la sanidad.

    Parto de la base de queienes gestionan esos fondos son malos pero no tontos. Y esos fondos normalmente atacan paises con una gran base de materias primas (Venezuela, Argentina.. ) los arruinan y luego los saquean.

    Aquí, en turismo y sanidad no hay materia prima, hay material humano.

    Y el material humano no es tan sencillo de saquear.

    En éste momento no se encuentran médicos y enfermeras, y cada día se encontrarán menos, porque simplememte se largan a Portugal, Uk.. etc y no creo que un repuesto de médicos cubanos sea muy atractivo para que el capital internacional pueda vender España cómo destino sanitario.

    Idem a largo plazo con el turismo. No es fácil y sencillo llegar al nivel de excelencia turística que se ha llegado aquí. Hacen falta profesionales bien valorados que lo muevan y gestionen. Y éso en manos de fondos buitre..

    No se exactamente que querrán de nostros. Ya he dicho que tontos no son.

    Pero me temo que es algo peor y mas complejo que saquear nuestro turismo y nuestra sanidad; aunque no dudo de que si pueden meter la cuchara ahí, y para mal, también lo harán.

    Un cordial saludo

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