Los capellanes de hospitales de Ciudad Real defienden los cuidados paliativos frente a la «cultura de la muerte» de la eutanasia

El equipo de capellanes de los hospitales del SESCAM en la provincia de Ciudad Real firman este artículo en el que apuestan por los cuidados paliativos como respuesta a la cultura de la muerte que propugna la eutanasia. «Es la alternativa más humana y la que más se corresponde con el anhelo de vida que tiene toda persona y su familia», dicen.

Comunicado.– Duele escribir un artículo sobre la eutanasia cuando todavía estamos sobrecogidos por las muertes provocadas por la epidemia SARS-COVID-19. Hemos visto mucho dolor y sufrimiento en los hospitales: en los enfermos, en sus familias y en el personal sanitario. Hacer defensa de la vida hasta que llegue la muerte natural no es lo mismo que hacer apología del dolor. Ambas realidades, constitutivas del ser humano, vida y muerte, no se deben menospreciar haciendo de ellas armas  ideológicas desde las que defender nuestros posicionamientos políticos. Con profunda tristeza asistimos a un debate interesado que quiere hacer de la eutanasia una alternativa de progreso en oposición a los que no están de acuerdo con ella, definidos estos como inmovilistas e insensibles ante el sufrimiento humano.

Desde la experiencia en el hospital afirmamos que no es la muerte lo que angustia a los enfermos y a sus familiares, sino el dolor físico y el sufrimiento. Es necesario que seamos honestos en el uso de nuestras palabras como cuando decimos «morir dignamente», expresión edulcorada con la que se quiere enmascarar a la eutanasia. Porque la muerte programada y ejercida sobre el enfermo no es la única alternativa. Eutanasia es eso: «Una acción realizada en el cuerpo de otra persona a petición explícita y reiterada de esta con la intención de poner fin a su vida» (JC Delgado, 2007). Es, por lo tanto, «un acto deliberado de dar fin a la vida de un paciente, aunque sea por su propio requerimiento o a petición de sus familiares» (Prof. Diego Gracia, intervención en el Senado, 16 de junio, 2007).

La alternativa más humana, que más se corresponde con el anhelo de vida que tiene toda persona y su familia, son los cuidados paliativos. Estos ayudan en el proceso de la enfermedad o de la muerte, cuando es inevitable, por medio de prácticas de confortabilidad, orientadas a evitar el sufrimiento innecesario. Las medidas paliativas se articulan en el principio de beneficencia médica hacia el enfermo, la cual no solo cura (no siempre se puede curar la enfermedad), sino que cuida. La buena praxis nos enseña de hecho que el cuidado y la atención espiritual, en sentido amplio, son en sí mismas un modo de sanación. Curación y cuidado son elementos que senecesitan mutuamente y que nacen de una atención integral al ser humano reconociendo su valor intrínseco y su dignidad. En este sentido nos preocupa la deriva hacia una valoración de la persona hecha desde parámetros de bienestar exclusivamente físicos o emocionales, utilitaristas en el peor de los casos. ¿Qué hay entonces de las personas con capacidades diferentes? ¿Quién debe dictaminar lo que es una persona capaz y para qué?, ¿cómo definir su dignidad?, ¿con qué criterios?…

La defensa del derecho a la vida y su cuidado integral choca con el mal llamado «derecho» a la muerte. Que este sea un deseo no lo convierte en un derecho, pues entra en contradicción con el derecho primero y fundamental como es el de la vida. No todo deseo se convierte automáticamente en un derecho. La defensa de la eutanasia se ampara en el principio de la libertad que aparece como un absoluto irrenunciable del ser humano y se define como autonomía personal para disponer de la enfermedad terminal y de la muerte. Vivimos en una sociedad —muchos tenemos la suerte de haber nacido en este lado del bienestar y del progreso— que discurre por los caminos del hedonismo y del individualismo más extremo, nutridos, interesadamente, por un sistema económico que sustenta esta cultura del occidente acomodado. Se enaltece al individuo y se le facilita todo lo que esté a su alcance para que sea feliz. Se sobredimensiona lo que suponga para el individuo felicidad placentera a toda costa y por encima de todo, eliminando cualquier sombra o posibilidad de sufrimiento que, por otra parte, es inherente a la propia condición humana. El dolor y el sufrimiento son hoy uno de los mayores tabús para nuestra sociedad, un escándalo (sinsentido).

Antes de que nos duela tenemos el recurso que neutraliza ese dolor, inmediatamente. Desde el punto de vista humano, ¿se puede controlar todo sufrimiento, todo dolor?, ¿de qué tipo de dolor o sufrimiento hablamos? Porque hablamos del dolor físico, pero ¿y el dolor psicológico?, ¿y el dolor moral o espiritual? ¿No hay alternativas para su cura más que la de la muerte? ¿No estaremos con ello apoyando nuestro mayor fracaso social, como es el de no sabernos cuidar y acompañar en todos y cada uno de los procesos de nuestra existencia? Con Daniel John Callahan (Washington, D.C, 1930 ), nos tememos que «una vez que una sociedad permite que una persona quite la vida a otra basándose en sus mutuos criterios privados de lo que es una vida digna, no puede existir una forma segura para contener el virus mortal así introducido. Irá donde quiera».

EQUIPO DE CAPELLANES DE LOS HOSPITALES DEL SESCAM EN LA PROVINCIA DE CIUDAD REAL

Relacionados

18 COMENTARIOS

  1. En su derecho están los capellanes y que no duden en ponerlo en practica en las familias que así lo quieran.

    Pero, por favor, que dejen en paz a quienes no están de acuerdo con su «cultura del sufrimiento innecesario» y han hecho un testamento vital.

    Somos adultos y hemos decidido si queremos paliativos o morir dignamente. Las dos opciones son voluntarias y respetables.

  2. Ya está bien de intentar confundir a la gente, los paliativos no son alternativa a la eutanasia, no tiene nada que ver una cosa con la otra . Los paliativos son para gente con una enfermedad terminal, que va a morir de forma cierta en un corto espacio de tiempo y con estos cuidados se pretende que la muerte no sea dolorosa ni agónica, mientras que la eutanasia es para aquellas personas que por enfermedad o accidente, su vida ha perdido tanta calidad que no les merece la pena vivir.
    A ver si estos delegados de la inquisición se enteran y no enredan más… Supongo que para ellos es más humano quemar a la gente en la hoguera…

    • Ahora la gente muere de miedo en sus casas o en las residencias. Todo ese miedo hace enfermar de cualquier cosa y en los hospitales solo tienen derecho a ser asistidos los jóvenes. En el descarte ya tienes tu eutanasia, la real y efectiva.

      • Eso es un absoluto insulto y falta de respeto a los sanitarios que se parten el lomo para ayudar a todo aquel que entra por la puerta de un hospital.

        De hecho, a día de hoy hay más personas mayores que jóvenes (por desgracia) en las UCIs.

        NADIE ha pedido ni va a pedir la eutanasia para NADIE. Ese derecho es absolutamente individual y debe estar pedido de manera voluntaria y sin ningún tipo de coacción por parte de nadie a la persona que lo solicita en pleno uso de sus facultades mentales.

        DEJAR DE ENREDAR Y DE MENTIR. Si no queréis la eutanasia para vosotros o vuestros familiares, NADIE OS PONE PEGAS, pero dejadnos a los demás morir como nos salga del pijo.

        • Ya sabemos que para ti, el COVID en realidad ha sido un alivio para la miserable vida que llevan nuestros mayores. Ergo no es una tragedia morirse cuando uno no quiere.

        • Llamar a esta mierda progresismo:

          Hobbes de luto dice:
          3 mayo, 2020 a las 10:51

          «O sea, y mi comentario solo puede ser entendido por quien no tenga las orejeras rancias: desde el punto de vista de las pérdidas humanas (que a cada familia nos ha tocado lo nuestro), HA SIDO TAN MALO EL VIRUS?? O ha sido un ALIVIO de situaciones realmentr dramáticas que nos llevan a pensar si merece la pena vivir encamado en un sitio donde te visitan una vez a la semana, y lo normal es que ni siquiera sepas quiénes la persona que te visita.

          Piensen antes de escribir el insulto. Piensen.

          Y mucha salud para todos, porque cuando se pierde y tienes que depender de los demás…estás jodido. Y yo por ahí no quiero pasar»

          https://www.miciudadreal.es/2020/05/02/cuaderno-de-pandemia-20/#comment-3260659

          Así se autoconsolaban los nazis con la eugenesia.

  3. Cuando sus cuidados paliativos curen o atenuen el dolor, que avisen; mientras tanto que no tergiversen ni demonicen a quien está sufriendo sin solución.

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img