“Training canino”: un taller para entender y saber comunicarse correctamente con los perros

Que un perro no es un peluche, ni una calculadora, ni un niño, es algo que puede resultar obvio. No tienen un manual de instrucciones. Pero para aprender a tratarlos son muchas las personas que acuden al entrenamiento canino que imparte el centro Braña Alta, todos los sábados en el Parque de Gasset.

Un taller que se desarrolla a través de la Universidad Popular de Ciudad Real, impartido en sesiones semanales de 90 minutos, donde se trata además del adiestramiento básico, contenidos como la socialización, sociabilización, hábitos higiénicos, el miedo en el perro, la agresividad, etc. 

“La gente lo que suele hacer es reprimir los instintos del animal, de ahí la frustración, del amo y del perro. Por eso, ante todo pretendemos que la gente entienda lo que es un perro”, destaca Alfredo Díaz Sirgo, director del centro. “Un perro es un animal que vive gracias a su instinto, instinto de supervivencia, exploración, sexo, alimento, y lo primero que se debe de tener en cuenta son sus instintos con los que hay que aliarse para hacerlo feliz”, nos explica.

“Esos instintos, explotación, caza y gregario, son una herencia genética innata, y partiendo de ellos luego hay que ir a las expectativas, de ahí a las emociones, y de ahí al cambio de conducta. Esos instintos dan forma a un estado emocional, una conducta”. Por ello, subraya “hay que trabajar sobre la conducta partiendo del trabajo con esa emoción, expectativa”.

Alfredo Díaz Sirgo nos cuenta que, aunque cada persona va con un problema particular, el trasfondo es común, y lo que intentan con este tipo de talleres es dar a conocer las diferentes vías de comunicación como son la postura, mirada, gesto, y también el uso correcto de la correa, al tratarse de un canal de comunicación.

Los perros son cazadores, por ello, “es fundamental conocer qué les motiva, y premiar su éxito, ellos deben conseguir lo que quieren y hay que felicitarlos, y no se debe premiar ni sancionar fuera de la acción, porque si no él animal no lo va a entender”. “Te dicen es que es muy cabezón, no es eso, es el instinto, hay que entender al perro nosotros que somos racionales, si no el pobre no entiende nada”.

La gente que acude a este tipo de talleres, nos explica, es porque ha roto la cadena y todas las expectativas que tienen son de Disney y lo tratan como a un peluche. “Un perro es un depredador, las abuelas convivían con gatos, perros, y otros animales, y los conocían. Por ejemplo, no entraban en un gallinero si estaban nerviosas, no se les ocurría, lo tenían claro, las abuelas manejaban la emoción, pero ahora en los pisos, sin contacto con la naturaleza, se han perdido muchas cosas”.

Además, algo que suele ser común en los humanos, detalla Díaz Sirgo es que solemos proyectar sobre los animales nuestras frustraciones, “se las transmitimos, incluso a veces hay una sobrecarga afectiva sobre el animal y los perros son especialistas en captar emociones, si es capaz de detectar enfermedades, cómo no va a ser capaz de sentir tu adrenalina”.

De tal modo, siempre hay que tener en cuenta que los perros aprenden con el ejemplo, por eso este especialista en entrenamiento canino subraya que hay que partir de una pregunta básica: “¿qué les estoy transmitiendo? ¿Soy consciente de la emoción con la que me relaciono?”.

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3 COMENTARIOS

  1. Muchos nos preguntamos qué dirían nuestras mascotas si pudieran comunicarse con nosotros. En muchos casos dirían «g i l i p o l l a s, ponte a trabajar y deja de hacer el payaso conmigo».

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