Nosotros y el Campo de Calatrava

Jesús Millán Muñoz.- No voy a narrar, lo que ustedes saben y conocen, que Calatrava o el Campo de Calatrava es una comarca-territorio antiguo e histórico, localizada en la Mancha Baja, en la Meseta Sur, en el centro-sur de la provincia de Ciudad Real, al oeste de Castilla la Mancha. 

Ni tampoco algo de la historia, perteneciente, al Reino o Taifas de Toledo, en todos sus avatares, entre esa dicotomía-ambivalencia-dialéctica de siglos entre la Corona de Castilla y la Taifa de Toledo y, posteriormente, la Orden Militar de Calatrava, después, con la enorme influencia del Arzobispado de Toledo, hasta que hace un siglo y pico, se construyó como diócesis autónoma dentro del panorama eclesiástico español, y también como provincia de Ciudad Real. 

Pero si desearía fijarme, en un punto-objeto-fin-objetivo, es decir, quizás, igual que en otras comarcas de esta “peña-patria-Estado-sociedad-país” que denominamos España, que ha tenido muchos nombres Iberia-Celtiberia-Hispania-Piel de Toro-Tierra de Conejos- Sepharad-Al Andalus, etc. Reitero y repito, igual que en otras “comarcas” de esta Península Ibérica, se sienten orgullosos de sus microvalores-características-paisajes-historias, quizás, nosotros, tengamos que reiventar-recopiar esas ideas-sugerencias. Nosotros, en nuestra modestia y sencillez, aunque sea con dos siglos de retraso, tenemos que reivindicar, el valor y los valores de nuestro territorio-sociedad-lugares que habitamos, y que otros, antes que nosotros lo hicieron, y otros, después, horadarán con su sombra estos lugares. No por ello, vamos a olvidar, que formamos parte de un Estado, que está en transformación, para conformar el sueño de los Estados Unidos de Europa

Pero, podríamos, reivindicar nuestro lugar, por lo general, los humanos, tenemos dos, donde nacemos y en parte nos criamos, y, en segundo lugar, dónde terminan nuestros huesos o al menos, viven-reviven mucho tiempo dando sombra. Después, esas dos ciudades-lugares-aldeas-pueblos, pueden estar en una misma comarca o en dos, en este caso hablamos de la llamada Campo de Calatrava, ésta a su vez, según la conformación sociopolítica actual, está dentro, de la denominada la Mancha y Castilla la Mancha, dos significados distintos, que a su vez, aunque no se diga, sentimos estar dentro del concepto, más amplio y antiguo de Castilla, que como una muñeca rusa, está dentro del concepto-sueño-patria-deseo-anhelo de España, y, ahora, también esa otra visión de los Estados Unidos de Europa y Europa. Es decir, en todo, lo anterior, existe un ámbito geográfico o territorial, un ámbito histórico o sociohistórico y cultural, y un ámbito de sueño-visión-deseo-pasión-imaginario-memoria. 

Recuerdo que en un pueblo de la provincia de Toledo, entre bromas y medio en serio, se reían-sonreían, de que no hay color-comparación entre la Catedral de Ciudad Real, en definitiva, una antigua iglesia transformada en catedral, es decir, sede del obispo, y la catedral de Toledo. 

Igual que este ejemplo o anécdota real, no imaginaria, sucedida, a este escribiente-pensante-observante, existen muchas. Por consecuencia, creo que ya es tiempo, que retomemos, modesta y moderadamente nuestro pequeño orgullo, y empecemos a valorar-revalorizar todo lo que somos y todo en lo que estamos y en donde somos y en donde estamos. Sin olvidar-negar las deficiencias, pero también, nuestras excelencias… 

Creo que esa identidad, siempre que sea racional, yo diría suave, es un incentivo, para ayudar y colaborar, a y en otros factores, sean sociales, económicos, culturales, etc. Esta tierra, guste o no guste, se ha convertido durante siglos, “en paridora de migrantes” hacia el exterior, hacia el gran foco de Madrid, hacia otras regiones de Hispania y de las Españas y de España, hacia Europa o hacia el mundo. 

Una, de las razones, de esta realidad, anteriormente descrita, creo y estimo, es que “no nos queremos-valoramos lo suficiente, no nos estimamos-amamos lo suficiente, ni como individuos, ni como colectivo”. Sin negar-renegar de la realidad social y política, de la que formamos parte, ahora Castilla la Mancha y España y Europa, en distinto grado de concretización y materialización, sin olvidar-negar estas entidades-realidades, necesarias, absolutamente necesarias para nosotros, debemos reivindicar más y mejor, nuestro terruño, cada uno su aldea-pueblo-ciudad, y al mismo tiempo, también, nuestra comarca, dónde está enclavada, nuestra existencia… 

Hemos tenido mala suerte histórica, dicen que los archivos de la Orden de Calatrava, que rigió, gran parte de nuestra historia, siglos, se perdieron o quemaron adrede o por accidente, en el Archivo Catillo de Consuegra, si mi memoria no me falla, en los avatares de los franceses en la guerra llamada de la Independencia. Bien haríamos en realizar una campaña de estudio y recogida en todos los Archivos del Mundo, empezando por los Vaticanos, de lo que tengan de nuestra región y comarcas… 

Por tanto, y por consecuencia, como es costumbre, en mi forma de ver y sentir y pensar y desear el mundo. No tiene sentido, unas palabras, conversación o diálogo, sea en el lenguaje oral, sea en la escritura, sea en un modesto artículo como éste, que es un pájaro que se envía al mundo, si no tiene una proyección de idea o sugerencia, si no tiene una dimensión práctica y no solo teórica. 

Por tanto, en este caso, la lección final es fácil. Quizás, los que habitamos la Comarca, no la de la novela famosa de El Señor de los Anillos, sino de esta comarca denominada Campo de Calatrava o Calatrava, podríamos encender los interruptores, empezar a tener un poco más de orgullo y de valor, de lo que somos y lo que tenemos, y lo que podremos tener y, empezar a caminar, con diversos proyectos. 

Esto también aplicable a otras comarcas de la Mancha: Alcudia, La Alcarria, Señorío de Molina, La Jara, La Sagra, Talavera, Campos de Hellín, Sierra de Segura, etc. 

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