Sentencias XXII de Juan de Portoplano

Jesús Millán Muñoz.– Al atardecer el de Portoplano pensaba en tantas observaciones y conceptos y preguntas que se había hecho a lo largo de los años, se cuestionaba en cuántas habría avanzado en algo en cuanto a la verdad, en cuántas se habría perdido más, si en algunas habría aportado algo, y si al final, todo se perdía, tanto esfuerzo de tantas docenas de años… 

– Pensamos no solo con la cabeza, las ideas y la razón que arrastramos, sino también, con los traumas y heridas que soportamos y que hemos heredado o nos han causado… 

– Es una enorme tristeza, percibir y ver, que la persona de buena voluntad, es rechazada por casi todos, y vive en el rincón de su existencia, muchas veces, esperando que Dios, tenga piedad de él o de ella, y ya se lo lleve con Él. 

– Puede que Dios no exista, pero si no existe, no tienes que insultar a una realidad que no existe, y si existe, menos aún. 

– Usted puede ser ateo o agnóstico, pero antes de seguir siéndolo, debe buscar datos y conceptos sobre este tema, quizás tarde varios años, y muchas lecturas, entre otras, debe pensar y analizar los setenta milagros oficialmente aprobados en Lourdes, el milagro del arroz de Olivenza, y tantos otros, que se van aprobando oficialmente por el catolicismo cada año… 

– Creo que no soy ateo, creo que no soy agnóstico, pero pienso que si lo fuese, nunca hablaría y escribiría en contra de Dios, porque un Dios racional y prudente, como el que muestra el cristianismo, es absolutamente necesario para la sociedad humana, para el individuo concreto, porque con Dios podrá sobrellevar mejor todos los problemas, y el mundo moderno, tiene muchos, el humano de todas las épocas… 

– La realidad es blanca y negra y de colores, pero tantos pensadores y escritores y artistas que solo reflejan lo negativo, personalmente no me gusta. Porque hay personas, demasiadas, que quizás no tengan tantos conocimientos, y los listos e inteligentes y cultos, les llevan hacia caminos de desesperación y pena y angustia y tristeza. En un mural de diez metros cuadrados, una mancha negra se nota mucho, pero el cuadro tiene muchos colores… 

– No puedes regodearte en tus defectos. 

– El problema de tus defectos y de tus errores es que no tienen porqué soportarlos los otros, porque tú, no quieras cambiar… 

– Cae al lado de Cioran una castaña y se le abren mil preguntas y mil respuestas. Lo pequeño abre algo de la interioridad humana. 

– No necesito adversarios culturales, ni enemigos culturales, si necesitaría que otras personas con respeto diesen argumentos a razones o datos que yo ofrezco, que pueden estar mal. Esas razones y demostraciones serían como lluvia, porque me permitirían seguir avanzando en el conocimiento de la realidad. 

– Uno de los problemas del fracaso cultural, es el solipsismo cultural, como lo que construyes a nadie interesa, nadie lo analiza, nadie critica con respeto datos y argumentos, nadie amplifica otros conocimientos y otras visiones. Vives dentro de la selección de ideas y datos que has ido acumulando, vives en un solipsismo cultural. Cuánto bien me haría que cientos de personas analizarán mis ideas y escritos y pinturas y chistes y artículos y me dijesen los errores que tiene, siempre con respeto y argumentación. 

– No es un delito que me equivoque en alguna idea o en muchas, no soy perfecto, no soy Dios, por tanto, habrá muchos errores. 

– Si ustedes se fijan, intento no criticar negativamente a nadie, aunque existan ideas que no esté de acuerdo, y así lo exprese, a veces, por respeto, ni siquiera menciono a autores de esos conceptos, por lo que pueden pensar, que no tengo la suficiente erudición, y lo hago como un signo de respeto. Al final, analizo y critico una idea abstracta que se puede concretizar en multitud de modos y modas y formas y maneras y matices… 

– Debo decirle, que antes que admita un concepto escrito por mí, es que será un concepto heredado de alguna tradición o concepción cultural, que a lo sumo habré añadido o quitado algún matiz o matización. Por tanto, no me responda con tanta acritud, porque si he acertado, no es mérito mío en todo, si me he equivocado, no es mérito mío en todo. 

– Hoy, la humildad y modestia, son actitudes y aptitudes psicológicas y morales, que no se aprecian, ni en uno mismo, ni en los demás. Se toman como debilidad, como falta de personalidad. Pero ser humilde y modesto hoy es una de las antiguas virtudes más difíciles, porque no son tiempos para estas formas de ser y actuar, tampoco para la castidad, la templanza, la justicia, la equidad, la prudencia… 

– Te ves y te sientes muy solo y en soledad, demasiadas veces, solo has deseado ser un librepensador, con una moral tradicional, solo eso, y te han cerrado tantas puertas, te han pillado tantas veces los dedos, que a veces dudas, de si sigues teniendo falanges en ellos… 

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