Feminismo o barbarie

Charo García Saco, portavoz de Igualdad del Grupo Socialista en las Cortes de CLM.- El día 4 de marzo, asistí en las Cortes de la Castilla-La Mancha a un hecho histórico, la celebración por primera vez de un pleno institucional de igualdad, y pude comprobar cómo la casa de la soberanía popular de las mujeres y hombres de esta región refleja fielmente nuestra sociedad.

Tomaron la palabra 5 mujeres admirables, una por cada provincia y provenientes de diferentes ámbitos, que representaban a las mujeres trabajadoras, luchadoras y comprometidas que habitan esta Región. Cada una de ellas nos fueron contando sus anhelos en esta lucha por eliminar la brecha de género en el día a día, en el medio rural, en el mundo de la cultura, en el ámbito empresarial, en la intervención social o en la educación. 

El trabajo de las mujeres que se organizan para crear redes de apoyo en empatía y sororidad he de reconocer que me emociona y me reconcilia con la sociedad en este momento tan difícil.

Y digo que estas Cortes reflejan la sociedad y sus vaivenes, porque la derecha de Castilla-La Mancha, el PP del señor Nuñez hizo lo que se esperaba de ellos y ellas, no estar a la altura de la situación. Bien está que desde la tribuna de las Cortes se debata o se discrepe, que es la base de la democracia, pero hay que saber cuándo se hace, pues no era el día ni el momento. Era el día de sumar, de escuchar, de tomar conciencia y de tender puentes.

Pero poco se puede esperar del Partido Popular de esta Región en el momento de crispación nacional que estamos viviendo, cuando se intenta culpabilizar al movimiento feminista de la propagación de la pandemia, cuando se ridiculiza el lenguaje inclusivo y no sexista, cuando se niega la existencia de la violencia de género, cuando se intenta implantar el pin parental en centros educativos. Poco se puede esperar de un partido que no ha sabido o no ha querido aportar nada positivo para salir de esta pandemia, solo enfrentamiento y el lenguaje bronco.

Quizá lo que más me entristece es que mujeres del Partido Popular que ostentan puestos de responsabilidad, que son mujeres independientes y referentes para otras mujeres, no se consideren feministas, pues están lanzando un mensaje erróneo. 

El Feminismo es el movimiento social que surgió en defensa de los derechos de las mujeres y de la igualdad entre hombres y mujeres. Es por esta razón que me causa sorpresa que una mujer no quiera tener los mismos derechos que los hombres, pero que además se jacte de ello, me deja perpleja. 

Por las afirmaciones de mujeres en contra del feminismo, se hace más necesario que nunca educar en igualdad para que las generaciones futuras crezcan con una sociedad sin discriminación por razón de sexo, para que las niñas puedan tener referentes de grandes mujeres que llenaron la historia, las humanidades y la ciencia, es necesario continuar implementando políticas con perspectiva de género que eliminen discriminaciones, para que las mujeres podamos tener una vida laboral y familiar plena, sin renuncias y corresponsabilidad.

Necesitamos seguir contando con un Gobierno Regional y con un Presidente, como Emiliano Garcia-Page, comprometido con la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida, con presupuesto para llevar a cabo políticas para la prevención de la violencia de género y la eliminación de cualquier forma de discriminación, olvidando los recortes y el desinterés que mostró el PP cuando gobernó esta Región. 

Este año, en el que desde el PP y la ultraderecha continuan con el desprecio hacia el movimiento feminista y ponen en peligro los avances sociales y legislativos, en el año de la crisis sanitaria que ha puesto contra las cuerdas la conciliación de las mujeres, aumentando la brecha laboral y de cuidados, se hace más necesario que nunca reivindicar el feminismo el 8 de marzo, pero no en manifestaciones multitudinarias, por responsabilidad y respeto hacia quienes se han dejado la vida con esta pandemia. 

Este último año, hemos reinventado la manera de relacionarnos, de trabajar, de vivir. Hagamos lo mismo con el 8-M, reinventemos una nueva manera de reivindicar derechos y denunciar desigualdades sin poner en peligro la salud, centremos el debate en las causas que hacen que miles de mujeres pidan igualdad cada 8 de marzo, no en las limitaciones de reunión, pues estaremos olvidando lo más importante, que es la desigualdad y la discriminación que sufrimos las mujeres por el simple hecho de serlo.  

Una gran amiga me regaló un parche de tela que decía “feminismo o barbarie”. Pues va a ser verdad.

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