Mundo posnacional

Pierre Trudeau, padre de Justin Trudeau, actual primer mandatario de Canadá, fue el responsable de impulsar el nacionalismo quebequés que a punto estuvo de fracturar a su país.

Pero algo consiguió: Transformar la identidad nacional canadiense en un agregado étnico formado por anglófonos y francófonos. Esta realidad bicultural fomentada por los poderes del Estado fue el necesario primer paso a la subsiguiente política multicultural promovida por Trudeau padre; corría el año 1.969. Desde entonces, Canadá sería paladín del multiculturalismo, convirtiéndose en receptor de una importante inmigración multiétnica.

El paso siguiente fue cambiar la bandera del país. En una palabra, modificar la simbología patria. Los escudos tradicionales fueron sustituidos por la actual hoja de arce.

El hijo de aquel Trudeau, Justin, un profesor suplente de teatro, fue catapultado para continuar con los planes de la élite globalista: el resquebrajamiento de Canadá.

Justin Trudeau afirmó sin ambages que Canadá era un país sin cultura ni identidad propia, lo que lo convertía en un destino propicio para todo tipo de inmigración, ya que no tendría nada a lo que adaptarse. Este profesor suplente de teatro devenido en “estadista” ha manifestado su orgullo al observar cómo Canadá se está convirtiendo en un lugar único, donde tienen cabida todas las identidades del mundo:

“No existe ningún núcleo de identidad mayoritaria en Canadá. Estas cualidades nos convierten en el primer Estado posnacional”

Lo que no explica este ariete del globalismo –ni se espera que lo haga- es qué políticas piensa seguir para amalgamar en su seno a todas las identidades del mundo. A este respecto, The Guardian se hizo en 2.007 la siguiente pregunta:

“El experimento del Canadá: ¿Es este el primer país posnacional del mundo?”

La palabra experimento no es baladí. Define claramente la prueba piloto sobre Canadá efectuada por los poderes globalistas con la colaboración entusiasta de sus gobernantes.

Supongamos que el experimento no acabara de cuajar ¿Habría algún plan de contingencia? Sería la gran oportunidad de implantar la anarcotiranía: Modelo de gobierno cuyo fin es mantener cierto orden a cualquier precio debido a la existencia del caos nacional. En pocas palabras: Un gobierno tiránico, demandado y aplaudido por el pueblo, ante la imposibilidad de construir conjuntamente una comunidad nacional entre identidades culturales manifiestamente antagónicas.

“Se busca empleado: No debe ser hombre ni blanco, para cubrir puestos de oficiales del Departamento Federal”

“Empleados de un hotel canadiense despedidos por ser blancos” (BBC, 1-Nov-2.018)

“Hombres blancos que no pueden conseguir trabajo dicen que están siendo discriminados” (Market Watch, 2-4-2019)

“BBC criticada por prohibir pasantías a blancos” (METRO, 19-Ene-2018)

¿Qué hace la sociedad canadiense? Nada o muy poco. Acepta la situación resignadamente o la defiende. Está apoyando su propio suicidio.

No debemos olvidar que muy cerca de nosotros, al otro lado de los Pirineos, Macron llegó a decir que “(…) no existía la cultura francesa sino la cultura en francés”. Ante las críticas detuvo su ataque a la identidad gala. Es así como actúan los fabianos. Dejan que las aguas vuelvan a su cauce y esperan el momento de retomar la iniciativa. Su estrategia siempre ha sido, y es, el gradualismo, evitando la confrontación.

Un periodista preguntó a Albert Rivera sobre la figura de algún mandatario de referencia: Justin Trudeau, respondió. Sánchez, como buen globalista, también ha manifestado sus simpatías por este personaje.

Hoy, la idea de país posnacional forma parte de los objetivos de la Agenda 2020/2030 de la ONU, eso sí, debidamente camuflada en la usual palabrería hueca y ampulosa utilizada por el globalismo.

Quien no quiera ver hacia dónde nos quieren llevar es porque ha decidido vendarse los ojos.

_

Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com

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16 COMENTARIOS

  1. Magnifico artículo
    Totalmente de acuerdo
    Todo esta agenda progre globalista es a costa de Occidente, al que se le hace culpable de los males del mundo
    El hombre blanco simboliza esa supueta maldad, cuando,históricamente (y hoy también), es, comparativamente (la cosa empezaría, pongamos, por los griegos) el hombre blanco occidental es, con diferencia aplastante, el que mas ha aportado al progreso de la Humanidad, en todos los órdenes.
    Hoy son paises blancos occidentales los que siguen a la cabeza del progreso humano con libertad
    En cambio, potencias dictatoriales, como China, no son cuestionadas en esa agenda globalista
    Tampoco es cuestionada en esa agenda progre una ideología totalitaria, como el Islam,plenamente vigente
    La estupidez progre es suicida y lo peor es que nos arrastra a todos. ¿donde nos refugiaremos cuando hayan destruido Occidente?
    Saludos, Marcelino

    • En efcto, magnífico artículo.

      Sólo que en Canadá también ha influido esa eterna manera colonialista acomplejada francesa, que si no da por saco no puede vivir.

      La manera en que se aceptó en Canadá la intromisón gabacha sólo es equiparable a como en España hemos tragado con la anglosajona. Gibraltar al respecto es un caso de libro.

      Si Gibraltar fuera francés y se hubera tragado como se ha tragado con lo que desde allí se ordena, estaría en Canadá, no lo dude.

  2. Vivamos del pisto y las migas a diario. Recemos el rosario todas las tardes. Comamos paella el domingo. El coche, por supuesto, diésel y grande. La mujer en la cocina, las hijas a cuidar de los padres y el niño, que no estudie. O futbolista o camarero.

    Porque esa es la España que hace feliz a Marcelino.

    Y, por supuesto, que inventen ellos.

    De verdad que sí lo tonto doliera….

    • Tú serías el campeón.

      Hobbes de luto dice:

      7 febrero, 2021 a las 15:54

      (…)

      Mensaje a todos: si alguien me cambia test de nariz por anal, encantado. Aunque quiénes se han hecho la PCR de nariz creo que no repiten. Jajajaja obseso eres un puto enfermo.

      (…)

  3. Ahora cuántos votantes de derachas se arrepienten de haber renegado de su herencia cultural y de lo que se va a perder sin ella. Ese desprecio por lo propio que tan especiales y parte de algo nos hizo sentir en otro tiempo.
    Y solo por el hecho de hacerse los modernos guais con su estatus de superioridad sobre esos barriobajeros, lumpens, pueblerinos… Que atesoran la cultura que heredaron.
    Como las élites con el pueblo llano en el s.xviii hoy los que van de modernos se creen élite sobre los demás.

    Reivindiquemos lo nuestro! Los toros, el flamenco, el catolicismo apostólico y romano, la lengua española, etc. Los valores que nos hicieron imperio

    De los votantes de izquierdas no espero un cambio porque su tendencia es más una enfermedad mental que una postura racional

  4. Un artículo desvelador. Agenda 2030, ¿alguien es capaz de explicarla? Pocas cosas hay tan poco transparentes como esa Agenda, quizás lo que llevan las vacunas, pero eso es secreto farmacéutico. Enhorabuena Marcelino.

  5. Bueno si lo que importa para el autor es la cuestión nacionalista pues puede ser un ejemplo de país poco patriota pero que yo sepa y creo que para la mayoría de las personas es mucho más importante otra clase de indicadores que demuestran la fortaleza de un país. Canadá, está entre los 20 países con más renta per cápita del mundo, ocupa los primeros puestos en el IDH, la tasa de desempleo en estos momentos de pandemia es de un 8%, el gasto sanitario y en educación per cápita es también de los más altos del mundo por elegir entre algunos índices. Si lo comparamos con España está muy por encima de nosotros en casi todos los aspectos importantes tantos económicos como sociales. Por lo que me parece un tanto atrevido por parte del autor en criticar a un país el cual se sitúa en los primeros puestos de la tabla del mundo en todos los indicadores de bienestar por un tema identitario. Creo que podemos mirarnos nosotros mucho más el ombligo.

    • Canadá era uno de los países más ricos del mundo antes de que llegara Pierre Trudeau. País que arruinó con políticas socialistas.
      Lo sacaron del gobierno e implementaron políticas liberales de mercado y no ha dejado de crecer hasta la llegada de su hijo al gobierno, que sigue la inercia del anterior.
      En cuanto a educación en Canadá solo es gratuita la obligatoria, la siguiente te la pagas como ocurre con la sanidad.
      Un país se puede destruir de varias maneras, la más lenta es la identitaria. Y si no fíjate los problemas que está recogiendo Francia ahora de sus políticas inmigratorias. O la misma España, donde la mitad no se siente parte de ella

      • Canadá era y es uno de los países más ricos del mundo. Como te digo, a fecha de hoy, está entre los 20 países con más renta per cápita de la Tierra. Estás francamente obsesionado con si hay un político socialista o de izquierdas que gobierna ya tiene que hacerlo mal. Habla con datos y no con suposiciones y paranoias tuyas. Canadá, únicamente contrajo su PIB en 2009 a causa de la gran recesión mundial y en 2020 con la pandemia. Algo que ocurrió en TODOS los países occidentales. El resto de años, ha crecido en mayor o menor medida. La cuestión identitaria no es tan importante, por ejemplo de poco vale sentirte español sino tienes cubiertas unas necesidades mínimas como una casa o un trabajo.

        • El caso español es que con tanta inestabilidad política nacionalista, primero de ETA, luego del pactismo con nacionalistas que dan golpes de Estado, el desequilibrio interregional afecta a la renta per capita. Ejemplo: dónde realizar inversiones públicas. El último caso es el de la fabricación de baterías de coches (la industria del motor es la que lidera nuestras exportaciones) o en Extremadura (región con menor renta per capita y rica en litio) o en Cataluña (niña mimada por el PSOE por culpa del pactismo).

          Por supuesto que la identidad afecta a la renta per capita. La inestabilidad política provocada por el PSOE su causa. El desequilibrio entre regiones crónico desde tiempos de Franco (industrialización de la periferia en perjuicio del interior).

  6. Bueno, antes de cotejar, hay que tomar cautelas, siquiera para precaverse del feo vicio que consiste en comparar a beneficio de inventario o, como diría un castizo, arrimar el ascua a la sardina propia……

  7. La clave es que ese cambio cultural, social, no se produce de forma natural. Es impuesto desde una élite política y económica. Y eso tiene un nombre y unas consecuencias. Por eso lo tienen que disfrazar cambiando el nombre a las cosas, amansando a los nacionales con «ingresos mínimos vitales», corrompiendo las instituciones o enfrentando a sexos.

    Un placer leerle.

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