Érase una vez una república de poetas

Paco Doblas.- Seguramente al leer este título, a más de uno le puede venir a la cabeza otro cuento, aquel de como Platón en su República terminaría expulsando a los poetas de su Ciudad Ideal. Efectivamente en ese texto clásico del pensamiento platónico se nos presentará un antagonismo irreconciliable entre lo que consideraba dos figuras opuestas: el filósofo y el poeta.

Mientras el filósofo se propone exponer su pensamiento de manera exacta, racional y apoyándose en conceptos universales, el poeta, por su parte, es presentado como pura subjetividad, sometido a los engaños de la imaginación, a la expresión exaltada y la inspiración de las emociones.

Pero no, el cuento del que os voy a hablar aquí es otro, es otra la república mucho más plural y democrática, menos ideal pero más real que la de Platón, la II República Española. Y son otros también los poetas, una generación de hombres y mujeres, (que también las hubo) que confluyeron en aquel hermoso momento histórico lleno de esperanza y primavera. Pero empecemos este cuento histórico desde el principio.

Érase un país que se acostó monárquico y se levantó republicano

Tenemos que trasladarnos a las 9 de la noche del 14 abril de 1931 cuando el Rey el Alfonso XIII, abandona el Palacio Real por la puerta de atrás. Le acompaña solo el almirante José Rivera, que sube con él al coche que les va a trasladar a Cartagena para desde allí zarpar en el crucero Príncipe Alfonso de la Armada Española al puerto de Marsella. Ya no volverá nunca a Madrid.  

La monarquía se desmoronó en apenas dos días, desde que se conoció la victoria de la coalición republicana- socialista claramente en las elecciones municipales del 12 de abril, las masas se habían reunido en manifestaciones alrededor de los Ayuntamientos desde los que se fueron proclamando la república y colgando en sus balcones la bandera tricolor por toda la geografía. Fue una fiesta en la que el nuevo régimen llegó sin una sola víctima, sin pegar un solo tiro. Este era el fin de un proceso de degradación de la corona que se había sostenido gracias a la dictadura de Primo de Rivera manteniendo un sistema social caciquil y corrupto del que el propio rey era beneficiario junto a las élites económicas, la iglesia y el ejército, mientras la inmensa mayoría del pueblo seguía viviendo en la miseria, el subdesarrollo y el oscurantismo cultural. En esta situación social no es de extrañar que el republicanismo como esperanza de cambio se viniera afianzando entre las clases populares y también de forma muy mayoritaria entre los intelectuales, escritores y artistas.  Así lo expresa Paul Aubert en su magnífico trabajo  Los intelectuales y la II República.  [1]

“La II República representa un momento de plenitud para la intelectualidad española. En 1931, España dispone de una élite intelectual que no tiene nada que envidiar a Europa. Estos intelectuales, que han cristalizado en la prensa el malestar del país y han paliado la ausencia de cuadros en los partidos extra-dinásticos, piensan tener la oportunidad de construir el régimen republicano que han ideado. Tienen la impresión de redactar una página en blanco.”

Podríamos traer muchos ejemplos del republicanismo en boga entre los intelectuales , uno muy significativo lo tenemos en José Ortega y Gasset, uno de los mayores intelectuales del siglo XX de nuestro país, publicó un demoledor artículo el 15 de noviembre de 1930 en el antiguo diario EL SOL, bajo el título: Delenda est Monarchiafrase latina que se traduce con un significado cercano a “Hay que destruir a la Monarquía”.

Otro ejemplo lo tenemos en lo que escribió ante la huida del Rey el que era la figura señera de la generación del 98  Ramón María del Valle-Inclán  “Los españoles han echado al último Borbón no por rey, sino por ladrón. Hoy 90 años después desgraciadamente tenemos que contradecir al autor de Luces de BohemiaTirano Banderas, aquel no fue el último Borbón ni siquiera  fue el último que se apoyó en una dictadura militar para reinar, ni el último que tuvo que huir del país por “presunto ladrón”. Como dijo Mark Twain, “la historia no se repite, pero rima”.

La Edad de Plata de la literatura española.

En los albores de aquella joven república los intelectuales y artistas apuestan por ella casi sin fisuras y dentro de ellos tenemos que destacar a los escritores y muy específicamente a los poetas que forman de lo que se ha denominado la Edad de Plata de la literatura española. Efectivamente estamos ante una impresionante nómina de autores y autoras que tenemos que situar entre las llamadas generaciones del 98 y del 27 y que en su inmensa mayoría apostó, para enfado de Platón, por aquel nuevo orden republicano.

Si nos ceñimos sólo a poesía nos puede servir como ilustrativo de aquel enorme caudal lírico estas estrofas del hermoso poema de Llamo a los poetas de Miguel Hernández (El Hombre acecha, 1939), sin duda uno de los autores más comprometidos con la causa republicana y que según Dámaso Alonso el antólogo oficial de aquella época, fue “genial epígono de la generación”.

Entre todos vosotros, con Vicente Aleixandre

y con Pablo Neruda tomo silla en la tierra:

tal vez porque he sentido su corazón cercano

cerca de mí, casi rozando el mío.

Con ellos me he sentido más arraigado y hondo,

y además menos solo. Ya vosotros sabéis

lo solo que yo voy, por qué voy yo tan solo.

Andando voy, tan solos yo y mi sombra.

Alberti, Altolaguirre, Cernuda, Prados, Garfias,

Machado, Juan Ramón, León Felipe, Aparicio,

Oliver, Plaja, hablemos de aquello a que aspiramos:

por lo que enloquecemos lentamente […].

Ahí está Federico: sentémonos al pie

de su herida, debajo del chorro asesinado,

que quiero contener como si fuera mío,

y salta, y no se acalla entre las fuentes.

Esta extensa enumeración que nos trae a estos versos el poeta de Orihuela nos da una idea de la calidad y cantidad de poesía que convocó la II República Española, única en nuestra historia y aún así la lista está incompleta.  Para empezar faltarían las invisibilizadas mujeres que por supuesto las hubo y de enorme valía, aunque de sus nombres no parezcan querer acordarse las “nóminas oficiales”. Son las conocidas como Las Sinsombrero [2]como Ernestina de Champourcin, Josefina de la Torre, Concha Méndez, María Teresa León, por sólo nombrar algunas de las más relevantes. E incluso sería justo nombrar a tantos escritores y poetas extranjeros que vinieron, sobre todo durante la guerra a solidarizarse con La República. No existe un conflicto que haya interesado tanto a los escritores e intelectuales de todo el mundo como aquella contienda que atrajo hasta España, entre 1936 y 1939, a autores de la talla de Pablo Neruda, Ernest Hemingway, George Orwell, Octavio Paz o André Malraux, entre muchos otros.  Mención especial necesita el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura que tuvo lugar entre el 4 y 17 de julio de 1937, en tres ciudades españolas, Madrid, Valencia y Barcelona iniciativa gubernamental republicana del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de España que contó con el apoyo de la Alianza de Intelectuales Antifascistas y en el que participaron más de 110 congresistas de 28 países  [3].

Una República de poetas

Sea como sea, parece evidente que el número de poetas que desde una enorme diversidad estética, ética e ideológica, estuvieron con la II República, desborda  con mucho los 13 nombres que recogiera en la famosa antología poética de 1932 Dámaso Alonso y que mucho después  en 1948 llamó como Generación del 27 . Sin embargo pese al innegable éxito de esta denominación, no ha dejado de ser criticada por muchos especialistas porque para hablar con rigor de una generación literaria más allá de cumplir algunas características como la proximidad entre los años de nacimiento, la convivencia personal, una formación intelectual y unos referentes estéticos semejantes,… sobre todo es condición necesaria que exista un hecho generacional claro que los identifique y les obligue a reaccionar. En el caso de la Generación del 98 el hecho generacional claro que provocó la reacción fue el llamado Desastre del 98.   Nada que ver con lo que se nos lleva contando en los libros de texto como hecho generacional de la llamada generación del 27, los diversos actos de homenaje que ese año se realizaron entre Madrid y Sevilla para conmemorar el tercer centenario de la muerte del poeta Luis de Góngora. Sin negar la importancia de aquellos primeros encuentros que reunieron a muchos de los jóvenes poetas, creo que es objetivo decir que no se le puede otorgar la fuerza de un verdadero hecho generacional. Nada que ver si lo comparamos con lo que estamos contando del advenimiento de La República en 1931 que sí que fue un acontecimiento transcendental en todos estos hombres y mujeres poetas, y que se  verá reflejado de una manera más o menos explícita  en sus respectivas obras poéticas, la mayoría caracterizadas precisamente por el compromiso ético, social y algunas veces también específicamente político desencadenado por la experiencia republicana.

Para apuntalar este argumento, aporto aquí dos testimonios, que ilustran la importancia vital de aquel 14 de abril del 1931 para aquellos poetas. El primero de Antonio Machado que nos habla de cómo vivió aquella jornada en Segovia.

“Mi amigo Antonio Ballesteros y yo izamos en el Ayuntamiento la bandera tricolor. Se cantó La Marsellesa; sonaron los compases del Himno de Riego… Fue un día profundamente alegre, muchos que ya éramos viejos no recordábamos otro más alegre, un día maravilloso en que la naturaleza y la historia parecían fundirse para vibrar juntas en el alma de los poetas y en los labios de los niños.”

Y el segundo este bello testimonio de Vicente Aleixandre, el mismo día en Madrid donde participó en la manifestación de la proclamación, junto con su amigo y también ilustre poeta Luis Cernuda.

“Por la Gran Vía descendía otra masa humana, no apretada propiamente, sino suelta y fresca, con sus banderas y sus cantos, sus chistes públicos, sus risas primeras, una multitud niña […]. Luis Cernuda y yo, inmersos, no disueltos, bajábamos casi a oleadas, arriba, abajo, tan pronto claros, tan pronto hondos, sostenidos o sostenedores […]. Un instante, en atención a él, al ser pasados en el movimiento de las aguas de la calzada a la acera le dije: «¿Quieres que nos vayamos por esta bocacalle ahora, al pasar? Se puede». «No», oí su respuesta. «No», dijo sonriendo; «no», asintiendo, casi diría extendiendo sus brazos en el movimiento natural. Un momento le miré como nadador. Pero en seguida pensé; no hay agua mejor, curso mejor. Y le vi a gusto. Sonrió y se dejó llevar.

Podríamos seguir aportando testimonios personales similares que dejan claro que el auténtico acontecimiento generacional que zarandeó  la vida y la obra de aquellos poetas,  habría que buscarlo más en el 31 que en el 27.  Es por ello que muchos han preferido nombrar a esta cumbre de la poesía española como Generación de la República, o como yo me he atrevido a decir aquí de forma más lírica de la República de los Poetas. 

Y colorín colorado este cuento ¿se ha acabado?

Ya sabemos el final dramático de la breve experiencia republicana, tan sólo cinco años después de su proclamación, los militares se levantaron en golpe de estado, que el pueblo los volvió a parar en la mayoría de las ciudades del país, iniciándose una cruel guerra donde los militares rebeldes fueron apoyados por las potencias militares más importantes del momento, la Alemania nazi y la Italia fascista. El pueblo español resistió heroicamente más de tres años pero finalmente llegó otro abril, el 1 de abril de 1939 y en las radios se escuchó el último parte de guerra con aquello de Cautivo y desarmado… Pero aunque la guerra terminara ,  no llegó ni mucho menos la paz, llegó algo muy distinto, la victoria, que terminó con el sueño republicano y empezó una pesadilla de más de cuatro décadas de otoños.

Pero volvamos a la antítesis platónica que planteaba al comienzo de este artículo entre filosofía y poesía para hacer una última reflexión. Porque aquella aparente contradicción sería superada precisamente por una mujer de aquella generación republicana, María Zambrano, que desarrollará el concepto de razón poética en su obra Filosofía y poesía escrita en el año 1939. En ella la pensadora malagueña sostiene que ambos métodos el filosófico y el poético son formas distintas de encarar la realidad que se necesitan mutuamente, que la filosofía debe de recuperar su dimensión poética, en tanto que «Poesía y razón se completan y requieren una a otra. La poesía vendría a ser el pensamiento supremo para captar la realidad íntima de cada cosa, la realidad fluyente, movediza, la radical heterogeneidad del ser.”

Ojalá esta magnífica reflexión y reivindicación de la mirada plural, democrática e íntimamente subjetiva de la poesía por parte de Zambrano, sirviera como antídoto de todo intento de totalitarismo o pensamiento único en un momento como el actual donde vemos con pavor, que aquellos que finalmente derrotaron a la República y sumieron de nuevo a España en la absoluta oscuridad, vuelven a sus andadas autoritarias, ahora disfrazados de “derecha alternativa” o de “trumpismo” pero con el mismo odio, diciendo por ejemplo que habría que fusilar a 26 millones de hijos de puta y otras barbaridades por el estilo.  La pena es que hoy en estos tiempos tan malos para la lírica, estos tiempos de prosa y prisa, de pandemia global, de desmovilización, distancia social y distopia no se acaba de ver a un pueblo dispuesto a frenarlos y a coger las riendas de su historia ni tampoco una generación de poetas, artistas e intelectuales listos a acompañarlos.   

Así que mientras tanto, habrá que seguir recordando aquella primavera poética y republicana para no desesperanzar.  Y no queremos acabar con aquello de colorín colorado, porque este cuento todavía no se ha acabado como nos recuerda otra gran voz que participó activamente en aquella República de Poetas, la del chileno Pablo Neruda que al terminar la guerra escribiría estos versos.

“Podréis arrancar todas las flores, pero no podréis impedir la primavera”. 

A esa esperanza nos seguimos agarrando abril tras abril.

Y para no perder las buenas costumbres, acabo como siempre golpe a golpe y verso a verso. [4]

ABRIL

Abril florecía

frente a mi ventana

entre los jazmines

y las rosas blancas.

Antonio Machado

De Canciones

Cuentan que llegó un abril hace ya noventa años

cargado hasta las trancas de primavera y esperanza,

no una primavera de jazmines y rosas blancas,

no, esta vez era otra la poesía, esta vez era el pueblo,

los desdentados, los encallecidos, los que nunca pintan nada,

golpearon con sus puños en la mesa de la historia

y se estremecieron los cimientos de tronos,

                                                                         cortijos,

                                                                                        cuarteles,

se agrietaron los palacios, temblaron las catedrales.

Cuentan que aquel catorce de abril del treinta y uno

hubo fiestas por ciudades, arrabales pueblos y campos,

y por una vez los pobres se creyeron aquello de bienaventurados,

porque hubo fiesta donde nunca jamás llegaron antes las fiestas,

donde sólo habían llegado el hambre y la miseria mayúscula y homicida,

y aunque fuera por un día, la palabra España no dio miedo

porque ahora parecía alcanzable aquello de los últimos serán los primeros.

Y los poetas, cómo no, también se sumaron a la fiesta ,

abrieron las jaulas de sus versos para que volaran libre                                                         
y junto a los gritos del pueblo escribieran un poema                                                                                
que prohibiera el otoño y decretara la primavera sempiterna                                                                      
llenando de abriles el calendario.

Los eternos olvidados se creyeron sus quimeras, sus sueños

y proclamaron el reino de los cielos aquí abajo en la tierra,

y declararon la hermosura repartida de jazmines y rosas blancas,

y el perpetuo milagro de la multiplicación de los panes y los peces

y también de los alimentos del alma; arte, poesía, teatro,…

para ya nadie jamás, volviera a pasar más hambre                                                                            ni de primavera, ni de justicia, ni de belleza.                                                                       


[1] Paul Aubert es profesor de Historia, ciencia política y literatura de la España contemporánea en la Universidad de Provence

[2] Más información sobre Las Sinsombrero en https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/las-sinsombreros-generacion-del-27/

[3] Más información sobre el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura https://es.wikipedia.org/wiki/II_Congreso_Internacional_de_Escritores_para_la_Defensa_de_la_Cultura

[4]  El poema es una versión actualizada para este 90 aniversario de otro que saque hace tiempo en mi libro El Guernica Andaluz . Puedes encontrar todos mis libros de poesía en mi página de autor https://amzn.to/2VLhzHo . El 10% de la venta de los libros irá destinado a los proyectos solidarios de la Asociación VIVIR POÉTICAMENTE.

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26 COMENTARIOS

  1. Feliz día de la República a todas las personas que aún creen que fue una buena idea. Que somos muchos…y cada vez más.

    Ante la demonización de la ultraderecha, que nadie olvide que supuso un gran avance político, económico y social:

    1.- La introducción de un sistema de gobierno democrático y parlamentario.
    2.- El derecho al voto de las mujeres.
    3.- La separación de poderes.
    4.- El reconocimiento de la igualdad entre hombres y mujeres.
    5.- La reforma agraria.
    6.- Las reformas económicas y laborales: Salario mínimo y jornada de 8 horas.
    7.- La separación entre Estado e Iglesia.
    8.- El derecho al aborto.
    9.- Fin de la censura.
    10.-Libertad de manifestación.
    11.- Construcción de cientos de colegios públicos.

    En fin, tantas cosas que, por desgracia, no se pudieron implementar durante 50 años, por culpa de el odio, los ultras y un ejército que no sabía que su papel no era salvar a España de si misma.

    VIVA LA REPÚBLICA.

    • Pues sí fue un avance en muchos terrenos, yo aquí hablo sobre todo de poesía, pero fue un avance del país en muchos sentidos

  2. República asesina. La misma que quería convertir España en un satélite de la URSS. Quema de iglesias, asesinatos de políticos que pensaban diferente. DOY GRACIAS A DIOS QUE ESOS SANGUINARIOS NO GANARÁN LA GUERRA.

  3. Unas elecciones que ganaron los monárquicos. Un régimen republicano que jamás fue sometido a referéndum. Una constitución republicana que tampoco fue sometida a referéndum. Una ley de defensa de la República que instauró la censura. Una ley de vagos y maleantes. Una República que se inauguró quemando bibliotecas e iglesias. Los socialistas votando en contra del sufragio femenino. La izquierda aliada con el nacionalismo dando un golpe de estado en octubre de 1934 contra la República porque la derecha ganó las elecciones. El pucherazo de las elecciones de 1936. La izquierda asesinando al líder de la oposición, Calvo Sotelo. La izquierda robando el oro de los españoles y entregándoselo a Stalin; saqueando los ahorros y empeños de los montes de piedad. La izquierda saqueando el gabinete numismático del Museo Arqueológico Nacional y fundiendo monedas de oro y plata de fenicios y romanos. Alberti con un revólver al cinto mandando A Paseo desde El Mono Azul a los desafectos a la República. Ese Neruda llorando a Stalin. Esa Pasionaria defendiendo con vehemencia la invasión de Polonia por los nazis. Aquella Clara Campoamor huyendo porque la mataban los dizque republicanos…

    Pura poesía…

  4. Fue una República que quiso invertir más en maestros que en militares, que pagó con sangre la osadía; con un golpe de Estado, con una guerra que se prolongó artificialmente para consolidar la dictadura que vino. La primera democracia no nació en 1978. Nació en 1931. ¡Viva la República!

    Valiente texto. Enhorabuena.

  5. Asombra que se califique de valiente a alquien que escribe un artículo de esta guisa. Y lo es. Pero duele que, tras cuarenta y cinco años de democracia, haya que decir lo obvio con miedo a mamporrazos verbales. Y es que, pese a quien pese, los mayores responsables del desprecio y cuestionamiento de esa etapa de la historia , han sido los Felipe Glez. y sus secuaces, cuyo narcisismo rampante se ha vendido como los auténticos salvapatrias. Cuánto daño han hecho estos mal llamados socialistas a este país y a la memoria histórica. Porque, oiga, de los ppros poco se podía esperar. Ay, Felipe de mi alma, pronto demostraste que lo único que te interesó era codearte con los ricos y ser uno de ellos. Esa sí que es una verdad incontestable.

  6. Si pública es la mujer
    que por puta es conocida,
    República viene a ser
    la puta más recorrida.
    Siguiendo este parecer,
    que es de lógica absoluta,
    todo aquel que se reputa,
    ser de la República hijo,
    viene a ser a punto fijo,
    un hijo de la gran puta.

    De Don Clímaco Soto Borda

  7. X favor q se lea más. Sobre todo libros de historia de España, para saber realmente lo q trajo la República. Más cultura es lo q hace falta.

  8. Su narrativa es que un buen día de 1936 un general malvado se levantó de mal humor y convenció al Ejército para hundir la II República. Se saltan la previa persecución religiosa, los golpes de Estado, las quemas de iglesias y el cierre de periódicos conservadores (más de 120).

  9. El fracaso de la Segunda República en los años 30 es similar al fracaso de la pseudodemocracia actual.

    Grupos políticos totalitarios, dominados por ideas socialistas e intervencionistas, en busca de poder, dinero y control social, con represión y estigmatización al disidente.

  10. La Comisión Europea visitará España a final de mes para estudiar las quejas de tres de las cuatro asociaciones de jueces.

    España ha caído seis puestos en los índices de democracia

    Con este gobierno, sus mentiras y su asalto a la Justicia, retrocederá más.

  11. ¿Saben que durante toda la Segunda República existió la censura? Gracias a leyes como la de Defensa de la República aprobada en octubre de 1931 a instancias de Azaña y otras leyes de excepción, la libertad de prensa fue progresivamente constreñida e incluso anulada. (Sigue)

    https://t.co/idNPGbowsZ

  12. Los socialcomunistas festejando la República cuando sus «ancestros» la destrozaron para implantar un régimen totalitario stalinista.
    El Frente Popular no soportaba la democracia cuando ganó la CEDA y más tarde falseó las elecciones.
    Provocó la guerra.
    Por fortuna… perdió.

  13. El presidente de este país debe lealtad al Rey. Sánchez ha roto hoy públicamente ese juramento.
    Y lo ha hecho mostrando un total desconocimiento de la historia y una falsedad dignas solo de alguien como él. Aquí lleva mi respuesta.
    Viva España y Viva el Rey.

  14. Las Repúblicas en España nunca fueron democracias, salvo que se considere la persecución a los católicos y a la derecha un ejemplo de pluralismo.

  15. Bueno, «ladran Sancho, señal de que galopamos». El tema está claro que interesa, porque es el artículo más comentado. Gracias a todos los que habéis comentado incluso los que discrepáis desde el respeto. No a los que lo hacéis desde el insulto y la exaltación del odio y la dictadura. Hoy más que nunca me despido con el viejo saludo ¡salud y República!

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