Puertollano y el agua que pudo cambiar la historia de España

Raúl Daimiel Fernández. Historiador.– Finales del S. XVII. Carlos II, el “hechizado”, monarca del imperio español, se ha vuelto a casar, tras la muerte de su primera esposa, Maria Luisa de Orleans, sin dejar descendencia. La nueva reina es Mariana de Neoburgo, y tendrá como principal objetivo el dar un heredero a la corona española.

Carlos II fue el hijo heredero de Felipe IV y subió al trono español en 1665, aunque sólo tenía 3 años y su madre, la archiduquesa Mariana de Austria, ejerció de regente hasta que cumplió los 14 años. Según la mayoría de historiadores e investigadores, Carlos II nació con problemas genéticos derivados de los sucesivos matrimonios consanguíneos de la familia real. Era una persona débil y de salud frágil.

Tras contraer matrimonio a los 18 años con Maria Luisa de Orleans, no consiguieron traer descendencia y tras la muerte de la reina en 1689, el rey cayó en un profundo estado depresivo.

El problema sucesorio se convirtió en asunto de estado. Se buscó una candidata para ser la nueva reina de España y dar un heredero a la corona española. La elegida fue Mariana de Neoburgo, hija del elector palatino del Rin. La alemana era atractiva, delgada y pelirroja.

En 1690 tuvo lugar la boda real entre Carlos II y Mariana de Neoburgo y pronto sufrió la presión de dar descendencia al rey. Pero pasaron las semanas y los meses y esto no ocurrió.

El médico de la reina, el doctor Geleen, le recetó pócimas y brebajes afrodisíacos para aumentar su capacidad reproductora y se la trató con sanguijuelas.

A finales de septiembre de 1691 la reina estuvo recuperándose de unos ataques de convulsiones y estaba decidiendo ir a Puertollano a tomar sus aguas, pues parece ser que dijo “no quiere tomarlas aquí” (en Madrid).

El viaje de la reina a Puertollano estuvo en duda pues el parecer de los médicos de la corte y del médico de la reina, el doctor Geleen, no era el mismo.

Finalmente se decidió que tomara las aguas de Puertollano en la corte. Así, a finales de octubre la reina es purgada para empezar con el tratamiento. El agua agria llega a la corte y el doctor Geleen, junto a otro médico y dos especialistas empezarán con el tratamiento a la reina.

Toda la corte estaba pendiente de este agua milagrosa, que obró el milagro en la Condesa de Oropesa, que tras 13 años de esterilidad, tomó las aguas y al poco se quedó embarazada. Se esperaba que a la reina le ocurriera lo mismo, pero no fue así.

Carlos II murió sin descendencia, pero antes de morir, en su testamento, dejó el trono de España a Felipe de Anjou, que se convertiría en Felipe V, primer monarca borbón de España.

Pero, ¿Qué hubiese ocurrido si la reina hubiese decidido ir a Puertollano a tomar agua agria? ¿Os imagináis a la reina de España viniendo en carruaje hasta Puertollano? ¿O a los reyes de España visitando nuestra ciudad para que la reina tomara el agua agria y pudiera engendrar un heredero?

¿O si este agua milagrosa hubiera hecho que se quedara embarazada? ¿Qué agradecimiento hubieran hecho los monarcas españoles a nuestra ciudad?

Lo que está claro es que Puertollano no habría sido lo mismo, y que la Historia de nuestro país tampoco sería la misma. Los Austrias hubiesen seguido reinando en España y quizás los Borbones no hubieran llegado a nuestro país.

 Pero todo esto son suposiciones de lo que pudo pasar. Lo que sí sabemos con seguridad hoy en día, es que la reina de España tomó nuestra agua agria con la intención de que obrase en su cuerpo para poder quedarse embarazada del rey, y que esta agua milagrosa pudo cambiar el destino de nuestro país. Pero no fue así, y seguramente no fue por el agua agria si no por el rey.

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5 COMENTARIOS

  1. Que interesante artículo y curioso, me ha encantado el relato, lastima que algunos aprovechen cualquier tema para decir siempre lo mismo.
    Enhorabuena Raul y gracias

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