Almagro: escenario teatral y ambiente cultural

Julián Plaza Sánchez. Etnólogo.– El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro está considerado como el certamen más importante del mundo, se trata de una cita cultural que tiene lugar cada mes de julio en Almagro. Tanto las representaciones teatrales como la importancia adquirida de este Festival, se han ido fraguando a lo largo del tiempo.

Desde la Edad Media los gremios costeaban en la procesión del Corpus danzas, música y representaciones. La escenografía de los autos, durante esta fiesta, se llevaba a cabo sobre carros. Al comienzo del siglo XVI, las representaciones teatrales estaban costeadas por la iglesia. No sería hasta la década de 1540, cuando comienza a fraguarse el concepto de actor. Por estas fechas ya tenemos noticias que testimonian una actividad profesional en diferentes puntos de la Península. En 1542 el tesorero del Cardenal Arzobispo de Toledo, pagó 8 ducados a Manuel Perea que con otros compañeros, habían representado una farsa.

Es en la época del dramaturgo Lope de Rueda cuando comienzan a asentarse las bases de una actividad teatral, que para desarrollarse de manera estable, iba a necesitar un espacio teatral específico. Es por esto que se inicia la construcción de los corrales de comedias, edificios para llevar a cabo las representaciones teatrales. Existía la figura del alguacil de corral de comedias para impedir ruidos y mantener separados a los hombres de las mujeres. En el Siglo de Oro, estos edificios eran centros de una activa vida social.

Actualmente el Corral de Comedias de Almagro es el único en donde se representa como hace casi cuatrocientos años. El presbítero de la Iglesia de San Bartolomé el Viejo, Leonardo de Oviedo, pidió permiso en el año 1628 al consistorio para la edificación del corral en el patio del Mesón del Toro. La escritora Monserrat Rayo Olmo en su novela De dragones, de estrella y del corral de ver y oír las comedias, se centra en la figura de este presbítero. La primera representación de la que se tiene referencia estuvo a cargo de la compañía de Juan Martínez en 1629.

Este Corral de Comedias fue redescubierto en 1954 y declarado Monumento Histórico Artístico un año después. En 1955 recuperó su actividad teatral con la representación de dos entremeses de Miguel de Cervantes. Hoy se constata una intensa actividad teatral a lo largo del año. Constituyó el punto de partida y sigue siendo el eje central en torno al cual gira el Festival Internacional de teatro Clásico de Almagro. Fue en 1978 cuando el Ministerio de Cultura decidió celebrar las primeras Jornadas de Teatro Clásico, y desde entonces las representaciones de los clásicos se han ido sucediendo ininterrumpidamente. Estas Jornadas dieron origen al Festival de Teatro clásico de Almagro, con una convocatoria anual. El eje sobre el que giraban las representaciones siguió siendo el Corral de comedias, pero a parir de 1980, de las quince representaciones programadas, cinco se llevaron a otros espacios escénicos.

En el año 1984, se crea un patronato conjuntamente con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Diputación de Ciudad Real y el Ayuntamiento de Almagro. La principal finalidad de esto es dar una proyección internacional a Almagro como Ciudad del Teatro, y la creación de un festival internacional en torno al teatro del Siglo de Oro.

Con el paso de las distintas ediciones, el Festival crece y aparece la necesidad de ampliar los lugares y espacios para las representaciones. Por esto se han venido realizando importantes labores de rehabilitación y recuperación de espacios emblemáticos de Almagro para al mismo tiempo, impulsar la puesta en valor de su Patrimonio Histórico. El simbólico Corral de Comedias, la Antigua Universidad Renacentista, el Claustro del Museo del Teatro perteneciente al Palacio Maestral, el Patio de Fúcares, el Hospital de San Juan y el Teatro Municipal. Ampliaron los lugares de representación a plazas, iglesias y ermitas: la Plaza de Santo Domingo, la ermita de San Ildefonso, la de San Juan, la de San pedro, la Iglesia de las Bernardas y San Blas. Además de espacios escénicos también se recuperan otros para exposiciones y jornadas durante los días del Festival: la Iglesia de San Agustín o el Palacio de Valparaíso.

La genialidad y la capacidad creativa nos ha llevado a conseguir representar hasta en coches en movimiento. Lo que en otros tiempos fueron carros de comedias, hoy son coches modernos. La idea surge desde el patrocinador oficial del Festival, Autotrak Mercedes-Benz, que junto a la compañía manchega El Taular Teatro lleva a cabo la representación en uno de los coches que cede Autotrak. Su inauguración fue en la 42 edición del Festival y se conoce esta actividad como El Teatro de sus Mercedes. Su éxito ha conseguido consolidarlo como una actividad teatral única.

Durante todas las ediciones se ha representado una versión de Ignacio García, de la obra de Lope de Vega El perro del hortelano. En esta ocasión los celos, los amores, las contradicciones entre lo socialmente correcto y el libre albedrío, se desarrollan por las blancas y adoquinadas calles de Almagro. Los cuatro espectadores a bordo de un Mercedes disfrutarán de los bellos y fervientes versos de Lope. Dos actores, uno de ellos el conductor del vehículo, mostrarán en 25 minutos la esencia dramática de la obra en este singular espacio escénico. Dirigida por José Vicente Gómez, se pone a disposición del público un nuevo espacio para representar. Los participantes vivirán algo único y excepcional.

En definitiva el Festival ha amarrado un nuevo concepto de turismo cultural, pues muchas personas de diferentes puntos de España y del extranjero se desplazan, durante estos días a Almagro. En la mayoría de los casos llegan con la intención de reunir nueva información y experiencias para satisfacer sus necesidades culturales. En este caso estamos hablando de un festival de éxito, por eso crea un poderoso sentido de la localidad donde se lleva a cabo. Se convierte de esta forma en un imán que atrae tanto a los participantes como a los espectadores.

Año tras año se van sucediendo las distintas representaciones y el numeroso público que asiste a ellas, siempre lo hacen esperando encontrar algo distinto a su cotidiano quehacer. Todos desean que la función sea un éxito y por eso utilizan la expresión “mucha mierda”. Esta expresión proviene de la época en que se iba al teatro en coche de caballos que dejaban un rastro de mierda. Una puerta de teatro limpia  de excrementos no era buena señal para las arcas del empresario ni para el ego de los artistas.

Podemos concluir este breve artículo, que la vida más que sueño es representación y lo sabemos desde la época de los griegos. Estos lo han transmitido en el vivir, en el sentir y en el hablar.

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