Eduardo Muñoz Martínez.- La Hermandad del Santísimo Cristo de la Caridad de Ciudad Real, enclavada canónicamente en la «perchelera» Parroquia de Santiago Apóstol, llevó a cabo este sábado su habitual campaña de recogida de material escolar.
Este año se ha realizado con el matiz de que debía ser material nuevo para cumplir con las medidas sanitarias y de seguridad, con el fin sufragar en la medida de lo posible las necesidades de tantos niños y niñas, miembros de las familias más necesitadas, atendidas por la Cáritas Parroquial, y si ello fuese posible a la solicitud de otras parroquias que puedan atravesar semejante situación socioeconómica.
Durante toda la jornada el punto de recogida, ubicado en la plaza aledaña a la parroquia, fue «lugar de peregrinación», si se permite la expresión, para infinidad de personas, no solamente de la feligresía, sino de varios puntos de la ciudad, lo cual demuestra. Y hace patente una vez más, como decía María López, directora de la institución diocesana, en lo que a esta comunidad de la Iglesia local se refiere, y que, -junto con la referida hermandad-, afrontaba la celebración del evento, la solidaridad y la generosidad de los ciudadrealeños ante este tipo de llamadas. Respuesta, por otro lado, que ha permitido alcanzar los objetivos marcados.
Donativos en metálico
Mochilas, carpetas, cuadernos, bolígrafos, lapiceros, sacapuntas, rotuladores, gomas de borrar, pinturas, plastilina…, sería interminable la lista de lo aportado para tan humanitario fin. Todo ello ha sido complementado con donativos en metálico, «a pie de plaza», así como los de quienes hayan preferido hacerlo a través de la cuenta facilitada por la organización. En definitiva, una vez más los vecinos de nuestra ciudad, y algunos de allende nuestras fronteras, han demostrado que no tienen un «corazón de piedra».
