Hogueras purificadoras

Julián Plaza Sánchez. Etnólogo.- Aunque la festividad de la Inmaculada Concepción de María es una fiesta de ámbito universal, estamos ante una fiesta con un marcado carácter español. España se preocupó muy especialmente por conseguir el dogma de María Inmaculada.

Tras innumerables años de lucha por conseguirlo, se logró gracias al papa Pio IX, que lo promulgó en la bula “Ineffabilis Deus” el 8 de diciembre de 1854. A partir de esta fecha se viene celebrando de manera oficial esta festividad, aunque ya desde hacía varios siglos comenzó a ser una fiesta popular. Actualmente  continúa festejándose con gran solemnidad, en nuestra tierra manchega con algún hecho particular, como el de encender hogueras la noche de la víspera.

Este dogma de la Iglesia Católica, sostiene que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de su concepción por los méritos de su Hijo, Jesucristo, recogiendo de esta manera el sentir de dos mil años de tradición cristiana al respecto. Tenemos que remontarnos al XI Concilio de Toledo, en el que el rey visigodo Wamba ya era titulado “Defensor de la Purísima Concepción de María”, abriendo una línea de fieles devotos entre los reyes hispanos. Monarcas como Fernando III el Santo, Jaime I el Conquistador, Jaime II de Aragón, el emperador Carlos I o su hijo Felipe II fueron fieles devotos de la Inmaculada y portaron su estandarte en sus campañas militares.

El rey Carlos III, muy afecto a esta advocación mariana, creó una orden en su nombre (la Orden de Carlos III) y la declaró patrona universal de España. Desde el siglo XIV existen en los reinos peninsulares referencias de cofradías creadas en honor a la Inmaculada. La más antigua se localiza en Gerona, que data de 1330. En el siglo XVI se revitalizará este fervor con un ingente número de cofradías constituidas bajo la advocación de la Pura y Limpia Concepción de María, hermandades consagradas a las labores caritativas y la asistencia social.

Los franciscanos fueron muy fieles a la creencia en la Inmaculada, y contribuyeron a su arraigo y extensión por todo el mundo. Era tan grande el amor por la Inmaculada, que Sevilla juró la defensa de la Concepción de María, Toda Pura, en 1615. Fue fiesta de guardar en “todos los reinos de Su Majestad Católica”, desde 1644 y declarada fiesta de guardar en toda la Iglesia desde 1708 por orden del papa Clemente XI.

Esfiesta de carácter nacional, en virtud de la batalla de Empel  que tuvo lugar entre los días 7 y 8 de diciembre de 1585 durante la guerra de los Ochenta Años. En esta batalla, los zamoranos del Tercio Viejo hicieron que Zamora figurara en el mapa de la historia de la épica y de las grandes batallas.​ Durante la celebración de dicha festividad, los sacerdotes españoles tienen el privilegio de vestir casulla azul. Este privilegio fue otorgado por la Santa Sede en 1864, como agradecimiento a la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción que hizo España.

Esta fiesta  cristiana, probablemente suplantó y sustituyó a la figura de otra diosa pagana anterior de carácter purificador y de nombre desconocido, que en la antigüedad fue venerada y se le dio culto. Fiesta cristiana que utiliza en su celebración un elemento pagano como el fuego, como elemento sanador y purificador. Al mismo tiempo se complementa con la santidad de la Madre de Jesús. Respecto a la presencia del fuego, los investigadores antropológicos han dado dos explicaciones de las fiestas que utilizan dicho elemento: asegurar la provisión de luz y el calor del sol o finalidad purificatoria con la destrucción de las fuerzas del mal. Estas dos hipótesis son complementarias pues la vitalidad del sol es la victoria contra el poder del mal y la purificación es el medio sacrificial necesario para que ese triunfo se posibilite y asegure.

Resulta difícil de precisar si el origen de estos ritos del fuego, como son la quema de hogueras, provienen de tiempos de la civilización greco-romana o de una cultura indígena anterior. Vesta era la diosa pagana del fuego que ardía en el hogar y que no se unió a ningún dios para conservar la virginidad. Las vestales eran las doncellas sacerdotisas que daban culto a Vesta, al fuego del hogar doméstico.

El paralelismo con la Purísima Concepción es evidente. Culto al fuego y a la virginidad en ambos casos, aunque en el tiempo de celebración anual difieran. Las fiestas vestales tenían lugar el 7 de junio y los fuegos de la Concepción el 7 de diciembre. En muchos pueblos manchegos se ha conservado la tradición de encender una hoguera a las puertas de las casas o de la iglesia, la víspera de la Inmaculada Concepción.

Tradicionalmente el fuego está considerado como un elemento sagrado, de mediación entre los dioses y los hombres. Por este motivo, las hogueras poseen carácter sagrado. Representan la pureza de la Virgen y, atendiendo a esto, se tiene costumbre saltarlas para ser purificados. Actualmente se va perdiéndose el sentido religioso de culto y deriva hacia el carácter lúdico. Las hogueras son puntos de reunión y encuentro entre los vecinos para comer, beber, hablar y cantar. Por otra parte fomenta la comunicación intergeneracional, constituyéndose en elemento socializador para los vecinos.

Esta tradición religiosa está muy arraigada en el ámbito rural, que mueve a los vecinos de muchos municipios de nuestra provincia a encender, la noche previa a la celebración del día de la Inmaculada Concepción, hogueras en las calles, con la intención de purificar a través de las llamas los malos augurios, los pecados y demás sortilegios que puedan enturbiar la celebración del Purísima.

En muchos pueblos calatravos siguen con la celebración de la fiesta, como es el caso de Miguelturra. En este pueblos el día 7 de diciembre se celebra el día de las hogueras, víspera de la Inmaculada. La actividad está arraigada desde tiempos inmemoriales, en un principio se hacían en las puertas de las iglesias y eran bendecidas por el párroco. Frente al recogimiento religioso, los vecinos asan chorizos y beben alrededor de la misma. Las hogueras sirven para recibir a la Virgen libre de impurezas. En este pueblo la hoguera principal se prende en la plaza de Nuestra Señora de la Estrella, situada en la puerta de la parroquia.

En Pozuelo de Calatrava también se celebra el día de las Hogueras de la Purísima, previo al día de la Inmaculada Concepción. El Ayuntamiento publica un bando por este motivo, para dar una serie de recomendaciones a todos aquellos que deseen encender una hoguera en la noche del día 7 de diciembre.

En otros como es el caso de Almuradiel, se celebra el día de la patrona. Son las fiestas grandes con muchas actividades, además de las hogueras. En este caso es además un motivo de llamada a todas las personas que, por un motivo u otro, tuvieron que abandonar el pueblo. Reunidos al calor de la lumbre, un año más  conseguirán mantener viva la tradición de la fiesta en honor a la Purísima.

Por último tenemos que hablar de la devoción en la capital a la Purísima. Para ello nos remontamos al año 1484, cuando llega Isabel la Católica a Ciudad Real y el Concejo solicita a su majestad una casa para sede del Cabildo. El edificio que lo había albergado quedó destruido por causa de un incendio. En la plaza pública se encontraba la casa confiscada al judía Alvar Díaz, que es solicitada para la nueva Casa Consistorial. La petición fue aceptada, paro la construcción no fue tan rápida. Se tiene noticia de la concesión por el emperador Carlos V y su madre doña Juana, de 120.000 maravedíes en 1526, para finalizar la edificación. El edificio fue dotado con una capilla dedicada  a la Purísima Concepción, abierta al público en 1528. En 1668 Felipe IV aprueba las ordenanzas municipales de Ciudad Real. En Ordenanzas Municipales aprobadas por Felipe IV el 5 de Julio de 1632, se reafirmaba que conforme a la antigua costumbre, el Cabildo ordinario se reuniría los lunes y viernes de cada semana, precedido de toque de  la campana en la Iglesia de San Pedro y Misa en el Oratorio del Ayuntamiento.  La devoción del primitivo Concejo por la Inmaculada, quedó  enraizada a partir de 1731, en el compromiso de renovarlo anualmente (Voto).

El deterioro producido por el paso del tiempo fue decisivo para que en 1868 se decidiera construir un nuevo Ayuntamiento en la zona sur de la Plaza. El antiguo edificio fue adquirido por León Bermúdez Vera, que lo reconstruyó para poner su negocio. Como era devoto de la Virgen y aficionado a  la pintura, realizó en 1869 un cuadro de la Inmaculada Concepción, que colocó junto con un farol a su lado para que siempre estuviera alumbrada. Más tarde sus hijos siguieron cuidando el retablo, salvándose de las destrucciones de la Guerra Civil y de un incendio en 1953. En 1981, los herederos cedieron la propiedad al Ayuntamiento. Hoy bajo los arcos de piedra debajo del antiguo Consistorio, se puede contemplar la oración sobre tabla de madera, el farol y una fotografía reproduciendo el primitivo cuadro, cuyo original se encuentra el Museo López Villaseñor. Conforme al Voto, actualmente es costumbre del Consistorio celebrar una misa anual en honor a la Inmaculada Concepción.

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3 COMENTARIOS

  1. Interesante artículo sobre la festividad de la Inmaculada Concepción y su vinculación con Ciudad Real.
    Además, por lo que a mí respecta, el hecho de que se haga referencia a la historia de la Casa del Arco más allá que su presente como sede del reloj carillón me alegra, rescatando su pasado judío del que en tantas ocasiones nada se habla cuando dicho edificio se menciona.
    Gracias Sr. Plaza
    Manuel Cabezas Velasco, autor de «La huida del heresiarca»

  2. Interesante artículo: destacaría que las fiestas de hogueras, son una apropiación cultural del cristianismo. Y muy sorprendente que el dogma de la inmaculada concepción, consista en que la virgen fue concebida sin pecado original. Menos mal, que no nos paramos a reflexionar en las cosas que nos enseñan de pequeños, porque si no, sacaríamos alguna conclusión trilera.

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