La cárcel del silencio

Emilio Nieto López, primer decano de la Facultad de Educación de Ciudad opinionReal.- Quiero presentarles una nueva realidad que cada día se va haciendo más cotidiana y comienza a preocupar a la sociedad  española incapaz, en la mayoría de las ocasiones, de dar respuesta positiva al problema.

Comienzan los seres humanos a convivir y a realizar una nueva experiencia formando una familia entorno al amor y a la concordia. Así van pasando los años y en la mayoría de las ocasiones llega un hijo al hogar que sirve para dar impulso a la relación y para crear nuevas y fructíferas ocasiones  de realización personal de la pareja.

Es verdad que en la mayoría de las ocasiones la convivencia en la familia pasa por altibajos y muchas veces por dejar pasar por alto planteamientos que no parecen normales. Al hijo se le dan todos los caprichos  posibles aunque sea a costa del presupuesto familiar. Los años van creciendo y el problema de convivencia cada día se va haciendo un poco más difícil entre los miembros de la célula familiar.

Los deseos de los hijos se convierten en obligaciones de los padres, unas veces por causa de la presión social que comienza por los amigos, la calle y las instituciones que viven cerca de la familia y otras por puro capricho familiar. Los vecinos, los amigos, la calle, las modas, la televisión, internet, la imaginación de ser diferente, todo camina en la misma dirección.

Los años van pasando y de esos problemas de la escuela que reproducen, en miniatura, los grandes problemas de la sociedad, como ser el más guapo, el que más cosas lleva a la escuela, el que viste a la moda imperante, el que lleva las mejores zapatillas de la marca en boga, el que colecciona los cromos más representativos del momento, el que posee el mejor ordenador y el mejor teléfono portátil, el que mejor juega a la consola del último minuto , el que contesta peor al profesor el que saca las peores notas, el que ya tiene una pandilla que mete miedo a sus colegas, el que se pasa en la playa todo el verano y no es capaz de leer ni un tebeo, ese es el prototipo al que todos deben imitar.

Así, poco a poco, se va formalizando una conducta  cuyas últimas consecuencias son imprevisibles y cuyo alcance nadie puede imaginar porque el niño sigue siendo niño y es preciso darte de todo para que no le falte de nada. Ya sabemos cómo son los padres que tuvieron la suerte o la desgracia de soportar en sus espaldas las restricciones de la guerra y la austeridad  más absoluta para poder seguir viviendo. Pero eso sí que al niño no le falte nada y no sufra lo que a nosotros nos tocó sufrir.

La familia comienza su andadura, eso sí en silencio, hacia diferentes roles, y diferentes status  formales. Los padres comienzan a ser dependientes del hijo  porque él es el único foco de atención y porque todo se subordina a que este pequeño monstruo, sea muy feliz  o al menos lo parezca. Se convierta en el príncipe azul y la vida familiar gira a su alrededor  cueste lo que cueste, aunque para ello el padre y la madre tengan que hacer horas extra.

El niño  ha terminado  muy mal quinto de primaria y tiene que pasar a sexto pero le han quedado dos asignaturas (lengua y matemáticas)  y sería conveniente que repitiera. El director llama a los padres y les cuenta el problema aconsejándoles que: el niño debe repetir porque no ha alcanzado el nivel suficiente de conocimientos y no sería bueno que pasara con dos asignaturas suspensas a sexto. Los padres no aceptan los consejos del director del colegio argumentando que la ley les ampara y que su hijo es un estudiante muy bueno que necesita una pequeña ayuda para que siga con el grupo. ¡Qué dirán  sus amigos si saben que su hijo ha repetido¡ Eso no lo pueden permitir. Se impone la autoridad paterna a la autoridad escolar y el niño pasa a sexto con muchas  deficiencias y sobre todo con un complejo de superioridad porque sabe que sus padres son más importantes que los profesores.

Se ha  consumado el primer asalto contra uno de los valores más importantes que la sociedad  tenía  consagrado, como era el respeto a la autoridad del maestro. A partir de este momento, el niño sabe que su maestro/a  está supeditado a la voluntad de sus padres.  La posible educación de la escuela se supedita a la autoridad de los padres, el respeto a la escuela y al sistema educativo tiene la primera fisura social por la que, sin duda se irán colando otros  muchos valores que el niño irá paulatinamente perdiendo.

Comienza el niño la andadura de su consolidación autónoma como persona, las amistades de la escuela se mezclan con las amistades del barrio y de los estudiantes de la ESO, Ya su identidad como persona es mucho más exigente. Comienza a ir al cine sólo o en compañía de chicos y chicas. La bebida, el cigarro, la droga, las salidas y llegadas a casa más tarde de lo permitido también comienzan sus itinerarios. El niño tiene doce años y todo su cuerpo  se ha modificado mucho más rápido que sus cualidades intelectivas. En definitiva es más cuerpo que inteligencia. Es más externo que interno. Priman las acciones sobre las reflexiones. Su voluntad es muy maleable y cede fácilmente a cualquier sugerencia  de acción. La imaginación se desborda, todo es posible y nada hay que no se pueda hacer.  Mil mundos pasan por su mente más sensitiva que intelectual. La visión de vida es instantánea y todo se quiere poseer. El tiempo para la acción se reduce a segundos. El todo y la nada se confunden y no es capaz de distinguir entre el hoy y el mañana porque todo le parece que tarda mucho en suceder. La impaciencia es la realidad de su vida. Lo que ve quiere hacerlo realidad al instante.

Su mundo lo lleva a casa y quiere hacerlo realidad. Los padres lo intentan y quieren satisfacer todas sus necesidades o mejor dicho todos sus deseos de lograr lo imposible. Ante esta imposibilidad el niño se revela y grita, pero grita contra sus padres que le han dado todo y más, pero que evidentemente son incapaces de llenar la mente de las infinitas apetencias de su hijo. Comienza su andadura la cárcel del silencio para los padres que se ven incapaces de dar soluciones a los deseos del hijo. El valor de la autoridad paterna se tambalea. La convivencia familiar flaquea. Los cimientos del  edificio, no hace mucho tiempo construido, se van corroyendo  y su entramado de cemento  y de hierro se va convirtiendo en arena. 

El niño pasa muchas horas cerrado en su habitación, en la que posee de todo, consola para jugar, ordenador para jugar, móvil para jugar y llamar a sus amigos y amigas. Comienza la aventura de la pornografía. Se pasa muchas horas y noches descubriendo su sexología  y el camino que conduce al súper yo.  Aquel verano pasó pero fue diferente a los anteriores porque el niño no quiso ir con sus padres de vacaciones y optó por quedarse en el piso sólo, eso sí intentando engañar a sus padres con el pretexto de que se quedaba con su tía. Gravísimo error por parte de sus padres pero de nuevo nada podían hacer ya por aquel niño que se iba haciendo mayor. Se había roto el valor de la convivencia familiar y el río comenzaba a desbordarse.

Se planteó  el dilema,  en el seno familiar,  de seguir el niño  estudiando o de trabajar. El niño no estaba preparado ni para lo uno ni mucho menos para lo otro, por lo que se optó por matricularle en la ESO, esperando un cambio en la conducta del niño. Muchas conversaciones entre los padres sobre la situación. Muchas diferencias de criterio todas ellas llenas de amor hacia el hijo y hacia su porvenir. A veces encontradas discusiones entre el padre y la madre sobre cómo deberían comportarse con el niño que ya era casi mayor y que había dado un estirón físico que le asemejaba al padre y superaba la estatura de la madre. Cuántas veces  se acercaba a la madre y la decía que ya era más alta que ella y que pronto iba a ser más alto que el padre. A veces la convivencia familiar era muy buena y especialmente cuando nadie preguntaba al hijo si iba bien en los estudios o si tenía algún problema.

Los estudios de la ESO fueron un fracaso. En primero le quedaron al niño cinco asignaturas de las que el padre se enteró de una forma casi milagrosa porque el niño presentó  a sus padres un documento  falso con unas espléndidas notas. Es verdad que los padres empezaron a dudar de su hijo porque veían que  éste no daba  golpe al agua y les parecía imposible que aprobara todo. Vino a casa un amigo del niño y sin darse cuenta se le escapo que venía de clase de matemáticas porque le habían quedado pero que estaba contento porque solamente le había quedado dos mientras que a José´ (que así se llamaba el niño) le habían quedado cinco. Las caras de los padres mudaron de color y el niño salió corriendo  dando gritos contra su amigo sin atender a los padres que le llamaban para saber la verdad. Se había perdido el valor de la confianza entre los padres y su  hijo.

El niño tuvo que repetir curso pero ya nada era igual en aquella familia porque el silencio era casi la norma y cuando el niño se sentaba a la mesa para comer, discutía con la madre porque la comida no era buena o no estaba de su agrado. Siempre pones lo mismo, otras madres de mis amigos cambian constantemente de comida y ponen productos buenos y tu buscas siempre las rebajas, decía  y repetía en todas las comidas dirigiéndose a su madre. Esta crítica era constante y casi el único contacto familiar entorno a la mesa se convertía  en un problema de comida y del cómo se realizaba esa comida. Si al padre se le ocurría preguntar al niño por los estudios, entonces el problema adquiría tintes dramáticos por lo que el padre  optó por no hablar más del tema.

Comienza la noviez  del niño con una chica y con ella pasa horas, días, noches enteras en su habitación sin que nadie le pueda decir nada porque se atacaría su libertad pero eso sí se había  roto el valor familiar de la virtud y del respeto a los padres, aunque hoy sea un valor tradicional hoy poco o nada considerado pero este hecho sirve para aumentar el silencio entre dos generaciones, padres e hijos. La nueva aventura de la vida no termina bien porque dura muy poco y por lo tanto comienza una  nueva forma de comportamiento del niño hecho mayor. Se van a suceder muy rápidamente nuevas conquistas y la casa de los padres se convierte como se dice vulgarmente en un picadero ante la pasibilidad de los padres que poco o nada pueden hacer por cambiar la situación. El distanciamiento generacional se acrecienta y el silencio se hace cada día mayor. El hijo muchos días no come en casa y a veces tampoco duerme.

No termina la ESO  y engrosa la lista muy amplia del fracaso escolar y comienza la época de la incertidumbre y del desasosiego por no decir de las dudas existenciales. Por primera vez ronda en su mente el posible suicidio dado que se siente sólo, sin nada que hacer  porque no está preparado para el trabajo y menos para el estudio.  Comienza la peor etapa de su vida porque, aunque lleno de fuerzas físicas, satisfecho de los placeres del mundo, yo diría plenamente insatisfecho intelectualmente, sin capacidad de respuesta, intoxicado por la amplia oferta  de espectáculos  y de divertimento  busca otras soluciones equivocadas para resolver su problema. Sigue dependiendo económicamente de sus padres a los que cotidianamente solicita la paga, ésta cada día es  más abundante pero siempre exigua para  satisfacer sus necesidades.

Sin estudiar, sin trabajar ha entrado, casi sin darse cuenta, en la generación del NI,Ni ( ni estudia ni trabaja) ha perdido los valores del esfuerzo, del trabajo y  de la consideración social.  Las horas, los días y los años pasan sin ninguna ilusión y con muy pocas posibilidades de mejora y de futuro. Aquellas ilusiones de niño se han convertido en frustraciones, en desequilibrios emocionales, en un falta total de consideración personal que le inducen, casi inexorablemente a los peor.

La familia, único refugio para sus males solamente sirve para el mal desahogo personal y para convertir el diálogo en bronca permanente; las palabras de dulzura paternas y maternas  en desesperanza y yo diría hasta en odio; las propuestas de cambio en desesperanza y amargor. El nido de amor  familiar se ha convertido en cárcel de  silencio. Las voces son un elemento cotidiano, las amenazas, las protestas, el mar humor  del niño  se han convertido en el eje fundamental de la vida diaria. A menudo se oye a la madre decir: ¡pero no ves que tus voces las escuchan en todo el barrio¡, ¡pero qué dirán de nosotros¡,! ya no podemos más¡,! te has vuelto loco¡, ¡has perdido la cabeza¡, ¡pero no ves que así no vas a ninguna parte, nos vas a obligar a poner en conocimiento de la policía todo lo que estás haciendo¡……. Es lo mismo porque todos los días se repite la misma historia y los padres sufren en silencio  las barbaridades que dice y que va hacer el niño hecho grande.

Una vez perdidos los valores que unían a ambas generaciones de padres  e hijos, puede ocurrir cualquier cosa en esa cárcel de silencio  en la que se ha convertido el hogar familiar. El niño, no ya tan niño, busca sin encontrar remedio a su situación que se acrecienta con la edad. Ha tenido los primeros contactos con las dogas y con el alcohol pero nada ni nadie  es capaz de colmar sus deseos de cambio.  Sigue en el hogar familiar pero su vida se desarrolla a más de mil quilómetros de distancia.

Al borde de los treinta años, conoce de nuevo el amor  y en esta ocasión, parece que va a ser  un amor de verdad o al menos con ciertas posibilidades de éxito. Es entonces, y solamente entonces cuando el niño reflexiona sobre su vida y como si se tratara de una película, ve en ella reflejada toda su existencia. La duda golpea su mente, ¿es posible?  ¿Aún es posible un cambio en mi vida? ¿Tengo alguna posibilidad? ¿Qué voy a ofrecer a mi nueva compañera? No tengo nada pero parece que tengo mucho o al menos eso es lo que piensan de mí. Quiero y debo demostrar que soy yo, que quiero seguir adelante, que quiero formar una familia, un hogar para vivir. Es entonces, y solamente entonces cuando nuestro niño se encuentra al borde del precipicio o en medio de la llanura. Debe decidir seguir como hasta este momento de su vida o cambiar pero cambiar radicalmente. Los problemas ahora son mayores porque nada tiene y poco vale. Eso sí se ha dado cuenta que los amigos lo son cuando el bolsillo suena y la cartera está llena y que el mundo sigue su rumbo aunque él no esté en la rueda.

Quiero dejar ahí a mi niño mayor para que sea capaz de decidir un nuevo camino o por el contrario seguir sin rumbo, falto de valores y rotos los lazos generacionales que le unían a sus padres

Asumiendo las palabras de Enrique Arnaz  Villarta  deseo presentar las siguientes conclusiones:

El hogar es el lugar  más hermoso para afianzar las relaciones de convivencia  y para crear unos vínculos intergeneracionales que puedan durar toda  la vida. También pare que es el espacio en el que ordinariamente comienzan a deteriorarse los vínculos que deberían unir a las personas debido  a:

  • La familia se crea voluntariamente y con vínculos afectivos muy fuertes.
  • Se comienza a relacionarse muy pronto las personas especialmente por causa de la dependencia y la subsistencia.
  • Es el lugar donde se deben inculcar al niño los valores permanentes del respeto, la dignidad, la convivencia, la tolerancia, el cariño, la autoridad, la disciplina el esfuerzo etc.
  • El ejemplo como motivación es muy importante para crear conciencia de que hay más elementos en la vida que nos unen que los que nos separan.

Vivimos en un modelo de sociedad productiva y de riqueza que conduce inexorablemente a convertir la Edad en el eje  de valoración y consideración social más importante y como consecuencia se producen los siguientes efectos:

  • Es bueno lo que es nuevo o joven. Lo  viejo hay que arrinconarlo y yo diría despreciarlo. Este elemento es  fundamental para conocer la distancia generacional entre padres e hijos y el abandono de los mayores por ser viejos.
  • La experiencia, la racionalidad de las personas mayores choca frontalmente con las improvisaciones con la falta de reflexión que se produce en la juventud.
  •  No todo lo nuevo es bueno pero se tiende a aceptarlo como bueno.
  • La edad crea grupos sociales y normas que rigen esos grupos lo que dificultad el diálogo entre los que no pertenecen a esos grupos de edad.
  • Nuestro modelo social segrega a unos de otros, los separa, reduce su espacio de comunicación, su importancia y sus posibilidades de acción y de convivencia.

España es uno de los países del mundo occidental en el que  más han cambiado el mundo de los valores en estos veinte últimos años de tal manera que aquella frase del Vicepresidente del gobierno de Felipe González, el Sr. Guerra cuando dijo que :Cuando termine nuestro mandato  a España no la conoce ni la madre que la parió se ha cumplido al pie de la letra y hoy los valores  tradicionales de autoridad, disciplina, convivencia, solidaridad, trabajo y esfuerzo no son considerados como tales y se han ido implantando otros contravalores que están rompiendo los lazos de la convivencia y del diálogo social como son:

  • El maltrato a mujeres y a hombres llegando a cifras alarmantes.
  • La creencia que sin esfuerzo se pueden conseguir las cosas ha llevado a que en España hay un índice de abandono escolar que ronda el 34. 5% de los alumnos de la ESO.
  • La desconsideración hacia las personas mayores o que no pertenecen a su grupo social es algo muy normal. Las residencias de mayores se han llenado de personas que podían ser atendidas en el hogar familiar.
  • La indisciplina y la falta de  autoridad son elementos que perturban la convivencia en las aulas llegando a agresiones verbales y no verbales de alumnos a profesores de hijos a padres y así en todas las escalas institucionales.

            Otro factor de riesgo del diálogo intergeneracional se ha producido en España en estos últimos años debido a la  crisis económica y por lo tanto de paro juvenil que lleva a considerar diferentes aspectos que dimanan de este hecho social.

  • Permanencia, casi ilimitada, del joven en la casa de los padres, creando situaciones precarias y frustrantes para todos, pero especialmente para el hijo que ha hecho bien los deberes de estudiante.
  • La falta de medios económicos para crear una nueva familia, y como consecuencia  se producen vivencias intergeneracionales muy difíciles de solucionar mediante el diálogo y la buena convivencia.
  • La consolidación personal y su realización se han puesto en peligro por causa de la dependencia del hijo respecto de los padres que siguen manteniendo a sus hijos durante muchos años de su vida.

Se ha producido un hecho muy significativo, por  primera vez en la historia de España y que consiste en que el hijo puede vivir peor que el padre, cuando durante muchos años de su niñez ha disfrutado de todo y nada le ha faltado. Bien sabemos todos que en general la generación anterior vive peor que la que la sigue. Este hecho puede tener relevancia en el diálogo intergeneracional aunque aún es pronto para conocer su incidencia.

Deseo terminar diciendo que el diálogo intergeneracional no consiste en imponer nuestro criterio por razón de ser mayor. No es intentar que todos piensen como nosotros porque esto lleva a la ruptura social. No es  que deban tomarnos por ejemplo como modelo  de referencia ya que como decía un viejo filósofo: cada generación tiene el derecho a  comenzar el mundo de otra vez. No  es  hacer muchas cosas juntos, sobre todo, sabiendo que nos encontramos en escenarios diferentes y que posiblemente haciendo alguna bien hecha es suficiente.

Por el contrario parece interesante que para que el diálogo intergeneracional se produzca deberíamos tener en consideración los siguientes aspectos: Aceptación mutua sabiendo cómo somos cada uno. Debemos apostar por una vida de calidad y tener deseo de cambiar y mejorar  aunque solamente sea un poquito nuestro mundo y nuestro entorno. Deberíamos mirar y caminar en la misma dirección siendo respetuosos con los valores sabiendo que no son los mismos para todos. Apostar por una vida en común sabiendo que la convivencia no es una suma de comunidades yuxtapuestas.  Aunque las palabras son muy importantes y el diálogo nunca debe olvidarse, también debemos compartir emociones y vivirlas. Es de suma importancia saber comprender a la otra generación a partir del contexto en el que hemos vivido para evitar posturas excluyentes. Y termino diciendo, como ya he señalado anteriormente, que la familia es un espacio privilegiado para potenciar y crear definitivamente un diálogo generacional permanente.

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9 COMENTARIOS

  1. Por eso es buena oportunidad para el que lo quiera conseguir. Ha bajado tanto el nivel que el que se lo trabaja lo tiene más fácil. Ahora a los dos piojosos que han pillado tirando piedras en la A 43 quien les explica lo que han hecho. Los padres? Un pedagogo? El del coche? Jovito el fachirrojo?

  2. Bueno, al menos, el Gobierno del Sr. Sánchez ha recuperado, a través de su nueva Ley de Educación, una asignatura en valores que el Partido Popular hizo desaparecer en 2013 y que el Sr. Zapatero impulsó por primera vez……

  3. Explícame esto Emilio:

    Público: Ayuso crea por la vía rápida la Agencia de Contratación Sanitaria, sospechosa de «favorecer la privatización». Un órgano sometido al Derecho privado, que aceptará donaciones y que ha levantado sospechas en partidos de la oposición y plataformas en defensa de la sanidad pública.

    Imagina cuando tengas que ir al médico y tu ecografía dependa de que un multimillonario que usa la ingeniería financiera para pagar menos, quiera o no donar un ecógrafo al Centro de Salud. O que solo haya médicos sin MIR traídos de América del Sur como pasa en muchísimas clínicas que no están en desiertos lejanos.

    Ante esto qué hacemos…porque me parece que forma parte de lo que denuncias en tu artículo y te aplaude el tontolhaba del primer comentario.

    • Por si no ha quedado claro el por que de mi comentario, extraigo un trocito del tuyo:

      «Es de suma importancia saber comprender a la otra generación a partir del contexto en el que hemos vivido para evitar posturas excluyentes. Y termino diciendo, como ya he señalado anteriormente, que la familia es un espacio privilegiado para potenciar y crear definitivamente un diálogo generacional permanente».

      Los padres de Ayuso disfrutaron de una buena sanidad pública, y ella ahora quiere destrozarla. Acaso la educaron mal? Ahora quiere privatizar todo aquello que sus mayores actuales dejaron pagado con sus cotizaciones. Jejeje.

      • Me sumo al comentario de Charles. En la Escuela se deben explicar muchas cosas. Y no se hace porque los de derechas consideráis que es adoctrinar.

        • Por eso ahora pasan de curso con asignaturas suspensas.

          La educación progre es hacerles imbéciles y sectarios de por vida como tú.

          En la escuela no deben aprender matemáticas, idiomas, lengua, ciencias sociales o naturales.

          Deben aprender tus mierdas infantiles y que conseguirán todo en la vida sin esfuerzo.

          Ayuso creo un hospital exclusivo para enfermos covid, el Zendal, en tiempo récord durante la pandemia.

          Los imbéciles sectarios como tú solo pensaron en sabotearlo y nadie pensó que un hospital sólo para Covid era necesario y lo más seguro para sanitarios y familiares de los enfermos…TUVO QUE SER AYUSO, LA QUE TRAJO LOS ANTIGENOS QUE SE VENDEN AHORA EN TODA ESPAÑA EN LAS FARMACIAS porque los socialcomunistas tampoco eso querían.

          Inútiles, malos y canallas.

        • Solo los borreguetes sectarios siguen pensando que una nave, símil hospital, estaba siendo boicoteado abriéndose ya demostrado que todo eran fallos de construcción.
          Los mismos borreguetes seguís aplaudiendo el gasto millonario innecesario en esa nave de pladur del Zendal, porque en Madrid los hospitales públicos ya disponían de esas 900 camas, sólo que ayusito las tenía cerradas y con falta de personal. Os la ha colado dando millones a un amiguete constructor en lugar de abrir esas camas y dotarlas del personal sanitario necesario. Os ha vendido una moto china trucada a trozos y os la ha cobrado a precio de Ducati de competicion recién sacada de fábrica. Como se aprovecha de los lelos.

        • Este mediocre, inútil, ignorante y supremacista pitufo de Pohai, todavía no entiende que lo que mejor se puede hacer con los enfermos de covid, sus sanitarios y las familias de los primeros es que sean tratados en edificios específicos.

          Nada, son así de sectarios y cortos.

          Ayuso además lo hizo bien y comercializó los test de antígenos en las farmacias en eso dio en el clavo como han dicho más arriba.

          Pohai y la extrema izmierda por supuesto nunca asumirán que son unos completos cerdos inútiles.

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