El gigante asiático

China sigue siendo el país enigmático que siempre hemos conocido, pero que ahora está de actualidad por sus misiones espaciales y por los proyectos energéticos innovadores que está desarrollando. En los últimos años, ha alcanzado un liderazgo mundial incuestionable, sobre todo, en los campos de la industria y la ciencia. Y hoy es la gran fábrica, si no la única, de todo occidente. Pero allí se produce de todo y para todo el planeta. Para los países desarrollados, para el tercer mundo o para sí mismos, —ellos solos, son más de 1.400 millones de consumidores.

Hace algunos años conocí la inmensidad, la intensa actividad de sus habitantes y las desigualdades de aquel país. Shanghái fue el botón de muestra de estas evidencias. Es una de las ciudades más pobladas del mundo, con más de 27 millones de habitantes, que está engullendo —de forma acelerada— su cultura y su vida tradicional para dar paso a una fría e irreconocible ciudad moderna (foto) y cosmopolita. En cuanto a su frenética actividad, recuerdo un viaje de sábado —día laborable en aquel país— en el que muy temprano su estación central estaba abarrotada de viajeros y en la que para acceder a los trenes de alta velocidad había empujadores que facilitaban el acceso.

 En aquella estación ferroviaria, vimos a un hombre de mediana edad que pedía para su sustento, medio a escondidas, para no ser detenido e ingresado en prisión. Destino obligado para los mendigos que descubrían allí, según contaba el traductor chino que nos acompañaba. Pero muchos nativos eran ostentosos con sus vehículos europeos dotados con el mejor equipamiento del mercado y personalizados a su exclusivo gusto, lo que contrastaba con el uso de coches más modestos, carromatos, bicicletas o vehículos arrastrados por animales.

En 2004 se puso en servicio el primer tren bala que circulaba a 400 km/hora. El pasado año 2021 entró en funcionamiento en Shanghái el nuevo tren que circula por levitación magnética a más 600 km/hora, desdiciendo a algunos expertos españoles que, en aquel tiempo menospreciaron el desarrollo ferroviario chino. Desde entonces, se ha convertido en el primer país del mundo en cuanto al número de kilómetros en explotación. Hoy tienen unos 40.000 km de vías de alta velocidad, es decir, más kilómetros que el resto de países juntos.

Llamaban la atención algunas construcciones de edificios a mucha altura que, utilizaban como andamiaje estructuras de bambú donde los trabajadores realizaban su actividad con escasas medidas de seguridad.

Actualmente, los chinos compiten con europeos y americanos en la conquista del espacio. Tienen misiones operativas en Marte y en la Luna. Y están desarrollando muchos proyectos en los que son pioneros. Especialmente interesante resulta el de la creación de un Sol artificial —una instalación para producir energía— que, a través de la fusión nuclear podría resolver el problema de escasez, contaminación y elevado coste de las energías tradicionales. 

Han sido criticados, hasta ser ridiculizados, por plagiar tecnologías de otros países. Pero, en estos momentos, son ellos los copiados en las más diversas actividades, como la espacial, la de la lluvia artificial o la de la fusión nuclear, por citar únicamente algunas. Sin embargo, en la tecnología militar, ellos siguen copiando. Los Estados Unidos se quejan de esta práctica china, como el plagio de sus nuevos aviones de combate.

Pero China sigue ofreciendo serias dudas por su actuación oscurantista en algunos ámbitos y en determinadas regiones del mundo. Todavía no se ha aclarado la controversia que generó la expansión de la extraña pandemia que padecemos, que podría estar relacionada con el desarrollo de virus modificados genéticamente en laboratorios de Wuhan. La carencia de compromiso en el cuidado del medio ambiente, es un hecho, como lo son la falta de libertades y de respeto a los derechos humanos.

Su intervención en los países iberoamericanos es cuestionada, pero sobre todo, la de África, donde ejerce el control sobre algunos recursos naturales estratégicos —como la tierra o determinados minerales—. Mientras las naciones pobres que los poseen se ven sometidas al todopoderoso gigante asiático.

Además, son poseedores de casi toda la deuda pública de Estados Unidos, lo que puede comprometer el futuro de la primera economía mundial, que, probablemente se verá desplazada por China en muy pocos años.

Pero este país es, políticamente, un régimen comunista con una economía de mercado ultraliberal. Algo extraño y difícil de conciliar, pero que funciona desde que Deng Xiaoping iniciase sus reformas económicas en 1978. En Shanghái pude comprobar una de estas sorprendentes contradicciones. Visité una zona residencial exclusiva en la que vivían empresarios y directivos chinos de empresas privadas, en la que tenían guardias particulares y sofisticados sistemas de seguridad. Las viviendas eran amplias, lujosas y decoradas ostentosamente, aunque con desigual gusto.

El actual régimen sigue negando estas profundas desigualdades sociales. Las cuestiona por las mejoras conseguidas en los últimos años que, aunque son innegables, solo han llegado a una pequeña parte de su población.

Manuel Fuentes Muñoz
En otoño

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7 COMENTARIOS

    • Habló el p… amo de la prosa,el Charles, el sumo «mandalín». ¡Qué profundidad tienen tus comentarios, maestro…,y qué ridículo haces día tras día!

      • Tu si que haces el ridículo constantemente. Solo apareces para criticar a Charles, no se yo que es más ridículo. Eres un bufón.

        • Pues sólo ha dicho lo que otros pensamos, que Charles es ridículo.
          Un ridículo pelota, sectario e hipócrita.

  1. China emite más gases contaminantes que todos los países desarrollados juntos según reveló un estudio de Rhodium Group. Ha multiplicado por 4 su contribución al calentamiento global en solo 3 décadas. ¿Por qué no llevan a Greta a la dictadura comunista para que dé sus discursos?

  2. Estimado Manuel Fuentes, aunque en el fondo del artículo pudiera estar de acuerdo contigo, no dejo de apreciar ciertos errores de apreciación.

    Estoy de acuerdo contigo en que China se puso las pilas hace tiempo en lo concerniente a la economía capitalista globalizada, pero sigue siendo una Dictadura Comunista que se ha adaptado al Capitalismo más feroz, lo cual es una contradicción es sí mismo. ¡Ahí si Mao Zedong levantara la cabeza!

    En China, eso que nosotros llamamos «Derechos Sociales» brillan por su ausencia, al igual que muchos países, léase: Corea del Norte, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Siria, Federación Rusa, Bielorusia, Chad, Turkmenistán, Laos, Guinea Ecuatorial, Tajikistán, Yemen, Arabia Saudí, Libia, Venezuela y otros países sudamericanos, etc. (la lista sería interminable), pero, efectivamente, pudiera ser China la contradicción más absoluta entre lo que es el Comunismo y el Capitalismo.

    En cuestión de conquista del espacio, Rusia sigue por delante de la Unión Europea y, por puesto detrás de China y EE.UU.

    Y si nos referimos al efecto que tendría en el cambio climático, según mi apreciación, China también estaría por delante de EE.UU., Rusia y la UE en este tema.

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