Alfonso XII de Castilla y la casa de la moneda de Ciudad Real

Emilio Nieto López, primer Decano de la Facultad de Educación de Ciudad Real.– El rey Castellano Juan II está, para siempre, ligado a la vida de la historia de nuestra ciudad desde que en 1420 se decidiera conceder a Villa Real el título de Ciudad Muy Noble y Muy Leal  debido a los grandes servicios que las huestes manchegas proporcionaron al rey cuando fue cercado en el castillo de Montalbán, después de haber sido hecho prisionero por su primo el infante Enrique de Aragón, en el llamado Golpe de Tordesillas el 14 de julio de 1420, cuando el rey acababa de ser proclamado mayor de edad a los 14 años.

El Infante D. Enrique traslada rápidamente al rey a Madrigal de las Altas Torres y de allí a la ciudad castellana de Ávila donde fue obligado a casarse con la Infanta María, hermana del infante Enrique de Aragón. Pero ante el peligro de ser atacado por las fuerzas de su hermano el infante D. Juan de Aragón que había vencido en Olmedo a las  mesnadas de Enrique, éste sacó al rey Juan II de Ávila para llevárselo a territorios de la Orden de Santiago (No olvidemos que él era el maestre de esta orden) concretamente a Talavera de la Reina donde contrae matrimonio con la hermana del rey Catalina de Castilla el 28 de noviembre de 1420. Estando el infante D. Enrique entretenido con los esponsales nupciales, el rey Juan II y  D. Álvaro de Luna, más algunos caballeros que les acompañaban, logran escapar hasta llegar al castillo de Montalbán donde propuso, a petición de algunos procuradores, que el pueblo de Villareal trocase su nombre y condición por los de Ciudad Real. En el castillo permaneció veintitrés días y la víspera de navidad pudo finalmente quedar totalmente libre y emprender el viaje hacia Talavera de la Reina.

 El rey Juan II gobernó Castilla desde 1406 hasta que falleció un año después de que mandara decapitar, en la plaza de Valladolid, a su valido el Condestable de Castilla D. Álvaro de Luna, a pesar de la inmensa ayuda que éste prestó a su rey durante toda su vida. Doña Juana de Pimentel, mujer del conde D. Álvaro de Luna, entregó la fortaleza de Escalona a las tropas reales y a partir de ese momento firmará todos los documentos con el nombre de la Triste Condesa.  Juan II, de su primera esposa María de Aragón, tuvo tres hijos: Enrique IV, Catalina de Castilla y Leonor de Castilla y de su segunda esposa Isabel de Portugal, nacieron Alfonso XII de Catilla e Isabel I de Castilla.

A  la muerte de Juan II hereda el reino de Castilla su primogénito Enrique IV, el 23 de  julio de 1454,  pero pronto, debido a intrigas de nobles tales como el Marqués de Villena, el arzobispo de Toledo, Alonso Carrillo, los Condes de Plasencia y de Alba y otros nobles y eclesiásticos que le achacaban su simpatía con musulmanes, su posible homosexualidad, un carácter en demasía pacífico y que no era el verdadero padre de la princesa Juana, le obligaron a  proclamar a su medio hermano Alfonso como Príncipe de Asturias en 1464 y  un año más tarde fue destituido como rey en el acto, llamado Farsa de Ávila, en el que proclamaron rey de Castilla a Alfonso XII, conocido como Alfonso el Inocente, con aquel grito del Conde de Plasencia al derribar la estatua de Enrique IV ¡A tierra puto!.

Alfonso XII establece su corte en Arévalo rodeándose de los poetas más nobles tales como Diego Gómez Manrique y su sobrino Jorge (el de las coplas a la muerte de su padre), Juan Álvarez Gato o historiadores como Diego de Valera. A pesar de reinar solamente por un espacio de tres años,  su relación con Ciudad Real quedó plasmada para siempre ya que según escrito mandado realizar por el rey  castellano  en la localidad de Segovia,  crea en Ciudad Real el 16 de octubre de 1467 la Real Casa de la Moneda, un año antes de morir en la localidad de Cardeñosa (Ávila) el 5 de julio de 1468. Todos los indicios señalan como causa de su muerte un posible envenenamiento mandado ejecutar por los partidarios de su medio hermano el rey Enrique IV de Castilla.

El escrito de creación de la Casa de la Moneda en Ciudad real dice literalmente lo siguiente “Don Alfonso, por la gracia de Dios, rey de Castilla, de León, de Toledo, etcétera: acatando los muchos e buenos e señalados servicios que la mi Ciudad Real e los vecinos e moradores della se han fecho e fecen de cada día, mi merced a voluntad es de enoblecerla, e otros y porque enterado que cumple ay a mi servicio e a pro e bien común de mis regnos a señoríos segund la comarca e sitio donde la dicha ciudad está, tengo por bien e es mi merced que agora e de aquí adelante por siempre jamás en la dicha Ciudad Real aya Casa de Moneda en que se labren las mis monedas de oro e plata e vellón e otras monedas que yo ha mandado e mando labrar… e que en la dicha Casa de Moneda de Ciudad Real aya un tesorero e un escribano, e dos alcaldes, e un aguacile, un talancario, e un entallador, e dos guardas, e otro tanto de números de oficiales, e obreros, e monederos, e capataces, como tienen en mi Casa de Moneda de la ciudad de Cuenca, e que dicha Casa de Moneda de Ciudad Real, e los míos tesoreros e otros oficiales, e obreros, e monederos, e capataces della, ayan e gozar e le sea guardados todas las honras, gracias mercedes, privilegios, franqueas, esenciones, libertades preeminencias, prerrogativas, e todas las otras casas e cada una dellas que han e deben aber e gozar e deben ser guardadas a las otras mis Casas de Moneda

         La real Casa de la Moneda se ubicó, tal como señala P. Jurado, párroco de la Iglesia de San Pedro: saliendo por la calle la Mata, frente al Convento de Santo Domingo, casa de los herederos de D. José Torres. Concretamente en el edificio donde se ubicó mucho tiempo  después el Instituto Popular de la Concepción y en 1927 fue ocupado por la Escuela Superior de Maestros. Este hecho es muy importante para Ciudad Real ya que ese mismo año se crearon, por parte del rey Alfonso XII, tres  Casas de la Moneda, en Valladolid, Madrid y Ciudad Real. Estas tres casas fueron creadas con licencia real a pesar de que había otras casas de la moneda con licencias a individuos particulares de la nobleza  para acuñar monedas.

El Rey Alfonso XII de Castilla nombra a Alfonso Gutiérrez como tesorero de la casa de la moneda de ciudad Real, siendo testigos Alfonso Gonzales escribano de la ciudad de Segovia y Martín vecino de Oviedo y otros y yo Diego de Villa Real escribano de cámara del Rey y su notario en la corte y todos los vecinos  y señores presentes.   Durante el reinado de Enrique IV  y concretamente el 12 de mayo de 1473, en la ciudad de Segovia, se marcan los nuevos valores de las monedas que a partir de esta fecha  tendrán  los siguientes valores en el reino: el Enrique equivaldrá a 400 Maravedís, la Dobla de la banda tendrá un valor de 300 Maravedís, El Florín aragonés 200 Maravedís, 3  Blancas tendrán un valor de 1 maravedí y 1 Blanca equivaldrá a 3 Cornados. En su reinado se acuñaron las siguientes monedas:

De oro: Dobla de 50 Enriques, Dobla de 10 Enriques, Dobla de 5 Enriques, Doble Enrique, Enrique de la Silla, 1/2 Enrique de la Silla, Enrique, 1/2 Enrique y Dobla de la Banda.

De Plata: Real, 1/2 Real y 1/4 Real.

De vellón: Blanca de la Blanca, Cuartillo (1/4 real), Blanca de 2 maravedís, ½ Cuartillo, ½ Blanca de un maravedí, ¼ de Blanca y Dinero

Mientras que durante el corto reinado del rey Alfonso XII, llamado el Inocente, se acuñaron en todo el reino castellano y por lo tanto también en  Ciudad Real las siguientes monedas:

Monedas de Oro: Dobla y ½ Dobla.

Monedas de plata: Real y ½ Real

Monedas de vellón: Cuartillo, Blanca de la Blanca, Blanca, ½ Cuartillo y Dinero

Tenemos testimonios que  el edificio de la Casa de la Moneda existía  en 1690 según nos relata e P. Jurado ya mencionado. Lo que me ha sido imposible conocer cuántos años estuvo en funcionamiento esta casa de la moneda en nuestra capital. No sería justo terminar este apunte histórico sin hacer referencia a los trabajos realizados por los investigadores: Luis Delgado Merchán, D. Emilio Martín Aguirre,  D. Hermenegildo Gómez Moreno y a la magnífica traducción realizada por Manuel de Almagro de la obra Moneda, Precios y Política en los Castillos del siglo XV.

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3 COMENTARIOS

  1. Menudo rollo marca D. Emilio, hay que sintetizar más y mejor, pero por lo menos en esta vez no hay comunistas de la edad media, aunque, por cierto, parafraseando a Teresa Panza: ¿qué es eso de «Alfonso XII» en esta época, que no lo entiendo? Perdone la ignorancia.

  2. Y es que tras su llegada al pueblo de Cardeñosa (Ávila), el Rey Alfonso XII de Castilla cenó una trucha en una posada local a raíz de lo cual pasó varios días en la cama con fiebres elevadas hasta su muerte. Los síntomas registrados, además de las fiebres, fueron la pérdida del habla y la conciencia e insensibilidad al dolor. Las especulaciones sobre su posible envenenamiento prendieron casi al momento por toda Castilla. El principal sospechoso, Juan Pacheco, el hacedor de reyes…..

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