Ucrania: Páginas de guerra y muerte de nuevo en Europa

Natividad Cepeda.- No puedo recordar la hora exacta  en la que mi hija residente en Berlín me dijo hace días que fallaba Internet a causa de Rusia en ataque de guerra no solo con el armamento también con las comunicaciones.

Los corresponsales de las cadenas de radio y televisión  han venido informando de la eminente guerra provocada por Rusia y a la mayoría de nosotros percibía que nos quedaba lejos. No así a las familias que tenemos hijos en el extranjero y por ello si mantenemos mucha atención a la nefasta noticia. Hoy en esa página del día el corazón se ha estremecido ante la cruda realidad de la guerra. Y han ido brotando las palabras desde esas alacenas de las hondas donde casi todos nos sumergimos. Todo ha sucedido rápido y de pronto las imágenes y las voces de nacionalidad ucraniana residentes en España han surgido llenas de angustia por su país y los suyos.

Desde mi soledad he pensado en aquellas palabras escuchadas en mi infancia acerca de las cicatrices dejadas por la guerra, la hambruna y la miseria y el miedo a las bombas con el rastro de muerte y destrucción que dejan.

De nuevo he creído escuchar  las historias familiares de las personas que convivieron con ellos evacuados de Madrid y acogidos en sus hogares, casi todos madres con niños y abuelos huyendo del Madrid sitiado. Refugiados que fueron acogidos ignorando la palabra solidaridad  incluso cuando en las familias tenían sus hombres en el frente o camino del temido frente. La quinta del biberón y la quinta del saco, llamados los primeros por su juventud y los últimos por haber cruzado la cuarentena. De aquellos hombres movilizados muchos de ellos no regresaron y yo escuchaba como las mujeres contaban su pérdida con una voz de ausencia y viento lejano.

Hoy mi hija me ha llamado y me ha pedido orar por unos amigos residentes en la ciudad de Lutsk. Preocupada y angustiada me ha referido que la familia, el matrimonio y dos niños de corta edad además de los padres estaban refugiados en el sótano de su casa, que escuchaban el ruido de las bombas y que en las calles había muertos sin poder recogerlos. Que tenían preparado lo imprescindible para ponerse en camino enseguida que cesaran los bombardeos y que les pedían ser recibidos como refugiados de conflicto de guerra. Le suplicaban que lo hicieran oficialmente porque temían que de un momento a otro se quedarán sin poder comunicarse por estar destruyendo las antenas para impedir los contactos con los países libres europeos.  Mi hija me decía que escuchar hablar con ruido de armas y estruendo de paredes caídas a pesar de estar en el sótano ha sido una triste experiencia. Y reconozco que escucharla a ella poniendo nombres a personas determinadas y cercanas no ha sido lo mismo que escucharlo en las noticias dadas por lo medios informativos.

El carnaval se anuncia y se decreta con esas ganas enormes de salir de tanta oscuridad de la muerte y la enfermedad por culpa de la pandemia. Culpa, si. Así lo he escuchado en demasiadas ocasiones como queriendo encontrar una verdad de por qué ha sucedido.

Pero en este tránsito del olvido de lo malo y de lo triste está la muerte en las calles de Ucrania. Viene el dolor, una vez más, de la impotencia de no poder parar la maquinaria de la guerra sintiendo la impotencia de ser ciudadano de a pie, anónimo, asistiendo a ver como la ambición de un tirano destruye la vida inocente de muchos seres humanos que solo quieren vivir en paz.

Metralla y escombros.  Que poco vale una vida cuando las armas escupen muerte. Siento en mi lengua sabor a fracaso.  Hay en el aire de la vieja Europa ese idilio terrible de hacer morder el polvo a los europeos,  cualquier iluminado que  surge con infulas de feudalismo retrogrado, ahora Vladimir Putin y los que lo apoyan. Que se cree invencible, bogado y ex agente de la temible KGB.  Después de convivir con la pandemia a día de hoy también tenemos que soportar la vanidad y ambición de un nuevo Caín  en esta comedia social  atravesada por  el fracaso de Occidente en su economía y en los valores que ha perdido por lo que en demasiadas ocasiones pierde su timón y su norte.

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26 COMENTARIOS

  1. Ha empezado en Europa una guerra que estaba planeada. Una guerra en el concepto tradicional de la palabra que no es si no una batalla de la auténtica gran guerra que estamos librando desde hace dos años.

    Me gustaría influir en mucha gente para que empiece a darse cuenta de que todo lo que nos parece circunstancial es en realidad un plan gestado y ejecutado por unas élites globalitarias que ya nos dominan desde hace tiempo, pero que todavía necesitan nuestra ignorancia para avanzar.

    Les asusta que la gente se de cuenta y eso es una buena noticia para nosotros porque significa que aún podemos invertir la situación.

    Disfrazados tras conceptos que nadie discutiría como Paz, Salud, Justicia, Igualdad, Ecología y Vida, manejan a la Humanidad con fases que tienen previamente diseñadas.

    Ahora tocaba una guerra creada para justificar el crack económico con subidas de precios aún mayores y desabastecimientos de todo tipo para que la gente se olvide de la masacre de repentinitis que asola a los países cuya población engañada ha permitido que les inyecten ARN sintético.

    Si, es tal el escándalo y tan descomunales las responsabilidades de la Plandemia que hace falta una guerra para hacer de tinta de calamar y ocultar la masacre.

    Pero está en nosotros dejarnos engañar de nuevo o no; volver a creernos lo que las TV de los Soros y los Gates nos dicen o abrir los ojos a lo evidente.

    Sorprende que gente despierta con el falso virus pique en lo de Ayuso/Casado/Feijoo/Sánchez o lo de Ucrania/Rusia.

    ¿Acaso creen que los que nos quisieron engañar en una cosa de pronto nos dicen la verdad en otras?

    Necesitan un desencadenante para cada movimiento. Ese reactivo inicial del proceso de manipulación social puede ser un magnicidio, un virus quimera o una guerra a medida, les da igual.

    Lo único que les quita el sueño a los plutócratas globalitarios es que nos demos cuenta de lo que hacen.

    Por eso invierten tanto en propaganda, por eso sus cortinas de humo, los capotes que nos tienden para desviar nuestra atención son tan devastadores como una falsa guerra en la que ellos nunca perderán y mucho menos morirán.

    De nuevo nosotros, el pueblo, la Humanidad, ponemos el brazo, ya sea para recibir inyecciones letales o para empuñar un arma.

    Juegan con nuestros sentimientos para crear toda suerte de miedos, y los alternan cuando empezamos a descubrirlos.

    La “vacunación” de la tercera dosis es un rotundo fracaso, millones de binoculados en todo el mundo se han dado cuenta de que han sido engañados y ahora son los mayores negacionistas.

    La gente está viendo morir a personas cercanas más ahora que en la supuesta pandemia. Jóvenes y niños inundan las consultas y hospitales con afecciones nunca antes vistas con tal profusión.

    Callan, no lo dicen, cada familiar debe pensar que ha sido mala suerte; ellos se encargan de que nunca veamos que el bosque entero está ardiendo.

    Esta guerra es la misma que la de Wuhan, es la misma que le costó la vida a J.F. Kennedy, la misma que empezó a fraguarse tras la II Guerra Mundial.

    Hoy ha empezado una guerra en Europa y la mayoría de los españoles la ve lejana como les pasó hace dos años con un extraño virus nuevo en China.

    Es cosa de chinos, es cosa de ucranios, es cosa de rusos…

    Pero los globalistas de Bruselas, la OTAN, la OMS y las Naciones Unidas no son más que instituciones privadas cuyos dueños colocan allí a sus peones para que nos mantengan entretenidos entrando a cada trapo que nos ponen.

    Mientras no nos metan el estoque no se acabará la faena, pero es imperativo convencer a la Humanidad de que somos el toro en esta lidia.

    No perdamos de vista a los culpables de la falsa pandemia y sus colaboradores políticos.

    Ahora vendrá la inflación, la recesión, la subida del gas, el petróleo, la electricidad, las materias primas, los cereales de Crimea y lo vamos a pagar otra vez todos nosotros.

    Aunque todos sean parte de lo mismo, si tiene usted que elegir hágalo siempre hacia quien los medios pongan como el malo; sin duda ese es el menos malo.

  2. Prontos a cerrar el telón del COVID y esconder los gravísimos efectos de las mal llamadas vacunas COVID; después de obtener pingües beneficios a costa de la salud de la población mundial, ahora toca el negocio de la guerra para distraer la atención de la masa inocente. UCRANIA es solo cortina de humo con olor a sangre y muerte para captar la atención de la población y que no siga creciendo la REBELDÍA MUNDIAL.

  3. Te dijeron que estábamos frente a un virus super mortal, la peor pandemia que había enfrentado la humanidad.
    Resultó tener una mortalidad inferior al 0,2 de los infectados.

    Te dijeron que hacer ejercicio era contraproducente, que la vitamina D y el sol no servían para nada, y que tenías que comer 7-10 veces al día lleno de fritos y pan para que tu cuerpo estuviera fuerte.

    Te dijeron que tenías que dejar solos a tus familiares «por un bien mayor», que la única solución era tomar un medicamento de emergencia, y que si no te lo ponías ibas a morir aunque fueras joven y también todos los demás porque eras una máquina de contagiar.

    Te dijeron que no podías ver a tu familia en Navidad, que teníamos otra ola que iba a matar a todo el mundo y que estábamos saturados. En 1 mes, esa ola desapareció y se acerca el verano y el fin del bozal.

    Los medios se pasaron 2 años hablando de muertos POR covid y resultaron ser CON covid.

    HOY los medios te dicen……

    Que tenemos delante la tercera guerra mundial.
    Que va a subir la luz, el gas, la comida y todo.
    Y que un hombre muy malo quiere que mueran inocentes (mismo discurso que con los No vacunados)

    Solo te diré una cosa.

    Plantéate porqué durante estos 2 años, hablaron de muertos POR covid, y ahora los medios hablan de una guerra entre Putin y Ucrania, y nadie nombre al presidente de Ucrania, es mas, si no lo buscas en Google nadie sabe el nombre.

    Es simple….

    Nombrando a Putin en lugar de a Rusia, se crea la imagen de un tirano contra un pueblo. Un producto que se vende solo. Recordad cuando usaron esa estrategia con Trump no hace tanto.

    PROGRAMACIÓN MENTAL.

    Habéis sido testigos de un experimento de programación mental durante 2 años a base de miedo diario.
    Si vuelves a comprar ese producto de los medios….es que no has aprendido nada.

    Apaga la TV.

  4. ¿Por qué la misma perdona se empeña en escribir con distinto nick tratando de hacer creer que sin varios? Intenta hacer lo mismo que critica, lavar el cerebro. Está totalmente abducido por su amado líder. Cuál capítulo de los Simpsons.

  5. Gente buscando en Google dónde está Ucrania, dónde Crimea y viendo videos de modo compulsivo en YouTube para hacerse los geoestrategas en Twitter. Pasó lo mismo con el ARNm. Y con los volcanes.

  6. Lo cierto es que Vladímir Vladímirovich Putin es un ‘matón’ y le estamos dejando masacrar al hermano pequeño. Algo que tendrá graves repercusiones político-militares…….

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